Andalucía

Problema gitano o cuestión gitana

La Razón
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La sociedad tiene la impresión de que en la historia reciente de este país se han dedicado ingentes recursos económicos a intentar integrar una población que parece que no quiere vivir bajo los estándares de los españoles. Es decir, la idea es que se ha malgastado el dinero intentando solucionar el «problema gitano» o, como lo llaman los activistas romaníes, la «cuestión gitana». Sin embargo, hace más de siete siglos que los primeros gitanos entraron en Andalucía por Jaén y, desde entonces y hasta hace poco, la mayoría de ellos han sido discriminados por su condición étnica. No existe la conciencia de que los 750.000 gitanos que viven hoy en día en Andalucía son españoles igual que el resto, muchos de ellos invisibles a los ojos de la sociedad, y no tienen que integrarse en nada, viven en su país igual que el resto, lo que ocurre es que otros muchos están estigmatizados con la pobreza y la marginación, no con su cultura y sus valores. Hace mucho menos tiempo que los afroamericanos sufrían una terrible discriminación en EEUU y su presidente actual es Barack Obama. La cuestión gitana ha sido y es una patata caliente que va pasando de plato en plato por los servicios sociales de los ayuntamientos, las fuerzas de seguridad del Estado, las políticas educacionistas de las comunidades autónomas y los proyectos sociales de los ministerios. La falta de implicación de los profesionales de los recursos sociales y de los centros educativos en unos casos, la ausencia de recursos en otros, la ignorancia existente de la historia y cultura gitanas, unido al sensacionalismo mediático, ponen a esta comunidad en la encrucijada de la delincuencia por ser pobre y en la de la marginación por ser ignorante.