Política

Sevilla

Un acusado de matar a su mujer alega que «tuvo la desgracia de ver un cuchillo»

Su defensa niega premeditación pese que llevaba el arma en el coche y afirma que ella «pudo huir»

La víctima fue asesinada por su marido delante de sus dos hijos menores/ Foto: EFE
La víctima fue asesinada por su marido delante de sus dos hijos menores/ Foto: EFElarazon

Su defensa niega premeditación pese que llevaba el arma en el coche y afirma que ella «pudo huir»

El juicio por jurado popular contra J.M.R.M., asesino confeso de su mujer Stefanie M.G. a la que asestó una docena de puñaladas delante de sus hijos que entonces tenían 5 y 3 años, comenzó este lunes en la Audiencia de Sevilla con las alegaciones de las partes, entre las que llamó la atención la de la defensa, que considera los hechos un homicidio y no un asesinato al negar que existiera premeditación y sorpresa porque su cliente «tuvo la desgracia de ver el cuchillo» que llevaba en el coche en un momento de «ofuscación» y ella «pudo intentar huir» al verle con él en la mano.

Frente al relato de fiscal (que pide 23 años de pena), la acusación popular que ejerce la Junta (que exige 30 años) y la acusación particular de la familia (que además de por asesinato y violencia de género acusa al procesado de dos delitos de lesiones por las secuales psicológicas causadas a los niños), el letrado de la defensa, José Soler, negó que el 16 de octubre de 2016 J.M.R.M. tuviera planeado matar a su mujer al llevar a sus hijos a su casa en Olivares (Sevilla), un mes después de que dejaran de vivir juntos y ella solicitara una orden de alejamiento que le fue denegada. Según su abogado, cuando la víctima le pidió la carpeta de los deberes de los niños, junto a ésta el acusado «tuvo la desgracia de ver el cuchillo» en un momento de «ocusfación» tras haber confirmado sus «sospechas» de que la víctima tenía una relación con una persona vinculada al consumo de droga.

El acusado, de nacionalidad dominicana al igual que la víctima, es un expolicía especializado en la lucha contra el narcotráfico por lo que «temía que sus hijos se vieran relacionados con ese mundo». En un momento de «arrebato» y «enfado», al ver el cuchillo recorrió con él en la manoa «15 o 20 metros frente a frente con la víctima», por lo que «no hay ataque sorpresivo, ella pudo intentar huir pero no, según se definía ella misma en las redes sociales, era una mujer fuerte, decidida sin temor». La defensa también sostiene que de las 12 puñaladas que presentaba la víctima, y que las acusaciones sostuvieron que indica alevosía, «siete son defensivas». Por todo ello considera los hechos como homicidio imprudente, por el que pide un máximo de cuatro años, o subsidiliariamente doloso, con una pena de diez años. Rechaza que existiera violencia de género los delitos de lesiones a los niños, por los que la acusación particular pide 10 años en total, ya que «en los mil folios de la instrucción no hay ni una sola línea» que aluda a ello ni los forenses y psicólogos que examinaron a los niños vieron nada.

Los pequeños estuvieron un tiempo tutelados por la Junta ya que la única familia en España era la abuela paterna y «no se consideró que fuera la persona adecuada para quedarse con ellos», según la letrada de la acusación popular, hasta que finalmente se asignó su guarda y custodia a una prima de la víctima en Italia. Una decisión que la defensa del acusado criticó porque la familia paterna «no tiene culpa de nada».

El juicio continúa el martes con el interrogatorio al acusado.