Caso Malaya

Un técnico acusa a Del Nido de reclamar pagos a sus hermanos

Se habrían falsificado facturas para malversar dinero del Ayuntamiento de Marbella

La Razón
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Uno de los acusados en el «caso Fergocon», sobre las presuntas irregularidades en trabajos contratados por el Ayuntamiento de Marbella (Málaga) en 2001 y 2002, declaró ayer que el letrado José María del Nido iba a la oficina municipal donde él trabajaba como ayudante de medidor para reclamar los pagos de obras encargadas a la empresa de sus hermanos. Además, aseguró que a él no le ofrecieron dinero extra por firmar las facturas de dichas actuaciones.

La Sección Octava de la Audiencia de Málaga continuó ayer con el juicio en el que están acusados el ex alcalde marbellí Julián Muñoz, Del Nido –para los que el ministerio fiscal pide 11 años de prisión–; y otras 10 personas. La vista sigue el lunes con la declaración del mismo acusado.

Este técnico procesado se enfrenta a una petición de ocho años de prisión y 15 de inhabilitación por delitos de malversación y falsedad, al considerar el fiscal que dio el visto bueno, junto a otros procesados, a obras sabiendo que esos trabajos no se habían llevado a cabo o no se había realizado en la forma correcta. El ministerio público le ha mostrado gran cantidad de facturas para preguntarle por las mediciones y por su firma. En su declaración, el acusado, que trabajaba para una de las sociedades municipales relacionada con el control de obras como ayudante de medidor, insistió en que realizaba mediciones de las actuaciones antes de firmar las facturas y en que no rubricó documentos sin hacer una comprobación efectiva de los trabajos realizados o en ejecución, apuntando que no tenía ningún cargo de responsabilidad.

Aaseguró que Del Nido acudía a la oficina a «reclamar» que se pagaran las facturas emitidas por la empresa Fergocon y decía «que espabiláramos, que moviéramos ya el asunto, que se tenía que pagar porque llevaba mucho tiempo demorado».

Aunque ha dicho que no llegaron a coaccionarle, sí señaló que sus superiores en el Ayuntamiento marbellí le dijeron que era obligatoria su rúbrica y, al final, se presionaban para que salieran adelante las certificaciones. Sí admitió que no se negó a firmar facturas porque «tenía un buen trabajo y quería conservarlo». Eso sí, negó que le ofrecieran dinero y dijo que no le consta que lo hicieran a otros técnicos.