Política

Andalucía

Vámonos pa Cai

Cristiano Ronaldo tras su comparecencia judicial / Foto: Reuters
Cristiano Ronaldo tras su comparecencia judicial / Foto: Reuterslarazon

Esta copla que le escribieron a Estrellita Castro los maestros Perelló y Mostazo le dio mucho éxito y mucho dinero. Tanto que la gran artista cogió para toda la vida la costumbre de despedirse en cualquier situación con un «vámonos pa Cai». En los momentos tan recios que estamos viviendo te apetece acogerte al dicho de Estrellita y marcharte a la ciudad de la gracia, y más ahora que ya está llena de los sonidos y las letras de las comparsas, chirigotas y coros que compiten en el Falla. Claro que allí también te pilla el alcalde, que es una comparsa «malage» en sí mismo. Si a eso le añadimos que su partido, ni las confluencias de su pareja, no están en momentos no ya de asaltar el cielo, ni tan siquiera de rozarlo, solo entregándose en cuerpo, porque doy por hecho que almas no tienen, a la fiesta pueden venirse arriba. Esas chirigotas frívolas llenan las páginas de las revistas del color, que tanto consuelo dan en las salas de estar de dentistas –esta semana estoy de revisión, por eso sé lo que consuelan–, médicos en general, notarios y colectivos varios. Recomendaría que también las administraciones públicas habilitaran un presupuesto para tener en todas las salas de espera administrativa las revistas semanales. Al igual que la música, estas publicaciones amansan a la fiera que todos llevamos dentro y, en la espera para resolver un problema con los poderes públicos, todos estamos a punto del zarpazo. Ahora me entrego a un tema que parece una receta de cocina por lo largo: deportivo, judicial, fiscal y sazonado con una buena cantidad de corazón –esto también se lo debo a la sala de espera de mi dentista–. Es la entrada y salida triunfal de Cristiano Ronaldo en los juzgados, donde fue condenado a pagar 19 millones, más una condena de 22 meses de cárcel, que no cumplirá por el acuerdo que entre el fiscal del caso y la defensa del futbolista habían llegado. A Isabel Pantoja se le deben poner los vellos como escarpias cada vez que se entera de asuntos como éste por la diferencia de trato. A mí lo que me resultó fascinante fue la puesta en escena. Rodeado de una multitud de medios aparece Cristiano de la mano de su pareja Georgina. Él con sonrisa entre chulesca y divertida, la cara reluciente como si hubiese pasado por un maquillador, conjunto negro con pantalones ceñidos, dos buenos brillantes en las orejas, gran reloj de pulsera y otros complementos. Lo más barato que llevaba puesto eran las deportivas de más de 500 euros. Lo más caro, los solitarios de brillantes que llevaba en las orejas, que no bajarían de los 25.000 euros. Añadir la ropa toda de marca. Nos vamos a 10.000 euros más y así llegó y salió de un juicio, en el que fue condenado como si se tratara de un paseo por una festiva alfombra roja. Apoteosis final: a la salida el público lo vitoreaba y le pedía autógrafos.