Soria

Decenas de familias muestran su interés por habitar el pueblo soriano de Torlengua

El municipio ofrece a quienes lo soliciten viviendas sociales a precios imbatibles para alquilar o reformar

El alcalde (D), Matías Ágreda, junto a un grupo interesado en reconstruir La Fragua (en la imagen) o los viejos molinos para mejorar el pueblo
El alcalde (D), Matías Ágreda, junto a un grupo interesado en reconstruir La Fragua (en la imagen) o los viejos molinos para mejorar el pueblolarazon

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística demuestran que la regresión demográfica afecta ya a 40 provincias españolas. Es decir, a casi todo el país. Sin embargo, entre las tres más azotadas por la despoblación se encuentran dos de Castilla y León: Zamora y Soria.

Sin embargo, no todo está perdido. Los municipios luchan por seguir adelante y las iniciativas para atraer habitantes se suceden cada año.

Este es el caso del municipio soriano de Torlengua, con 15 habitantes durante el largo invierno y más de 400 en la temporada estival, cuando vuelven de la capital de la provincia y de otras Comunidades los familiares de los habitantes que aún quedan o los que se fueron, pero no olvidan el pueblo.

En el año 2013, ante la pérdida de población y el traslado de la única familia con niños a Soria capital, el Ayuntamiento de esta pequeña localidad empezó a idear un plan para atraer nuevos pobladores al municipio, que ya está viendo sus frutos.

Decidieron rehabilitar viviendas municipales para adecuarlas a las necesidades actuales y destinarlas al alquiler social en el que se debe pagar cada mes la cantidad simbólica de 100 euros, explica a LA RAZÓN su alcalde, Matías Ágreda.

La otra opción a disposición del nuevo vecino es que termine por sí mismo la reforma de la vivienda con exención del alquiler en función de la obra que quedase por realizar.

Para el año 2020 esperan tener seis domicilios listos para habitar -uno de ellos adaptado para personas con silla de ruedas-, y el primero de ellos «estará terminado en un mes, aunque puede que no se ocupe hasta verano», explica Ágreda.

Por el momento hay más de 60 familias interesadas en residir en este municipio cercano a la «Raya» con Aragón y tres de ellas han visitado ya el pueblo. «Esperemos que con el buen tiempo sean más los que vengan», desea el regidor.

El servicio médico está cubierto y el abastecimiento también gracias a la venta de productos ambulante. Además, recientemente se reabrió el bar o «Salón social» de la mano de una de las primeras personas que llegó en 2014 atraída por el pueblo.

Hay colegio en el pueblo de al lado, a cinco kilómetros, e instituto en Almazán, a 35 kilómetros, y ambos servicios cuentan con transporte escolar.

El Ayuntamiento no ofrece empleo, pero el alcalde asegura que las posibilidades de autoempleo y teletrabajo no faltan.