CDC lanza una campaña para captar a los «otros catalanes»

La meticulosa negativa de Mariano Rajoy a la solicitud de Artur Mas de negociar una consulta soberanista no ha cambiado los planes de Convergència. El partido de Mas no levanta ni un milímetro el pie del acelerador de su proceso soberanista. Ayer mismo presentó una nueva campaña dirigida a convencer a los «otros catalanes», que tan bien retrató Paco Candel en los años 60, de las bondades de la independencia.

Con el lema «orgulloso de sus orígenes, orgulloso de Cataluña», presenta a varios militantes convergentes de Galicia, Andalucía o Aragón que avalan el proyecto de Mas. La campaña, que se verá por televisión e Internet, pero también se distribuirá mano a mano, vía folletos, arranca con un gallego como protagonista que explica que «en Cornellà, soy el gallego. En el pueblo, el catalán». Con argumentos como «si vives en Cataaluña, si crees que el futuro y el de tus hijos está aquí, hay razones que deberías tener en cuenta para decidir sobre el futuro de Cataluña», tratará de persuadir a los indecisos y a esa «mayoría silenciosa» que se mantiene apartada del proceso.

La campaña, en catalán y castellano, es un pulso para contrarrestar iniciativas similares del PP y del PSC, que lanzó una campaña contra la independencia en L'Hospitalet de Llobregat, uno de sus últimos bastiones.

El secretario de organización de CDC, Josep Rull, y el vicesecretario general de coordinación institucional del partido, Lluís Corominas, fueron los encargados de presentar la iniciativa que durará hasta que la consulta. Rull y Corominas no escondieron que se trata de una propuesta dirigida a captar simpatizantes de todos los partidos con argumentos como que en una Cataluña independiente el catalán será la lengua del Estado pero el castellano se mantendrá como lengua cooficial; que la nacionalidad catalana también se dará a quienes vivan en el extranjero y tengan en la comunidad su última vecindad administrativa, o que el Govern no se opondrá a la doble nacionalidad. También asegura que los títulos de las universidades catalanas serán reconocidos en Europa y cosas más imaginativas como que la esperanza de vida crecerá.