Barcelona

Colau quiere cobrar licencia de obras a la Sagrada Familia

Reclama 840.000 euros anuales al Arzobispado de Barcelona

La Basílica recuerda que tiene un permiso desde 1885
La Basílica recuerda que tiene un permiso desde 1885larazon

No está siendo una buena semana para la obra de Gaudí. Hace apenas unos días, el concejal de Arquitectura del Ayuntamiento, Daniel Mòdol, calificaba la Sagrada Familia de «mona de Pascua». El miércoles, la Unesco ponía en tela de juicio la restauración del Parc Güell, apenas queda un 10% por ciento de la cerámica original. Y ahora resulta que la Sagrada Familia no tiene licencia de obra. Por todo ello, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunció ayer que el gobierno municipal comenzará a fiscalizar la obra.

La continuidad de los trabajos, en cualquier caso, no está en duda. Eso no quita, sin embargo, que el Ayuntamiento esté estudiando cobrar a la basílica una licencia de obra; ya que, desde que comenzase su construcción en 1882, nunca ha tributado en la ciudad. El impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras durante el 2016 asciende al 3,35 por ciento del presupuesto total de la obra, pero el Ayuntamiento de Barcelona no ha querido concretar ninguna cifra a la espera de que tenga lugar la reunión. «Situamos en el campo de la normalidad el hecho de hablar de una situación que hace más de 100 años que dura y que, por tanto, en algún momento vale la pena tratarlo. Sin prisa y con voluntad de acuerdo, y siempre sin poner en duda la continuidad de las obras», matizan desde el Consistorio.

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, reconoció que se trata de una «cuestión compleja». «Lo que queremos es que en algún momento se aclare cómo se están desarrollando estos trabajos y tenemos que acabar de concretar si esto remite a tiempos anteriores y en qué momento empieza a contar», añadió.

«Mona de Pascua gigante»

Hace apenas una semana, el concejal de Arquitectura del Ayuntamiento, Damiel Mòdol, calificaba la Sagrada Familia de «mona de Pascua». A su juicio, los añadidos posteriores la convierten en una «pseudo obra de Gaudí». Por lo que la junta constructora tuvo que salir al paso y asegurar que se están siguiendo los bocetos de Gaudí.