Barcelona

El PSC toca fondo

Navarro no expulsará ni abrirá expediente a quienes defiendan en público tesis independentistas
Navarro no expulsará ni abrirá expediente a quienes defiendan en público tesis independentistaslarazon

Al lado de las letras PSC, los socialistas catalanes acabarán estampando un uróboros, esa imagen de la serpiente mordiéndose la cola con la que los egipcios ilustraban el eterno retorno. A principios de año, la Prensa publicaba que «el derecho a decidir desgarra al PSC», después de que cinco diputados rompieran la disciplina de voto en el Parlament al negarse a votar en contra de la declaración soberanista. El PSC zanjó su crisis con una leve multa a los diputados rebeldes, mientras sus enemigos se frotaban las manos al leer que los socialistas «cerraban en falso su crisis». Siete meses después, el PSC toca fondo con otra pelea entre la dirección, federalista declarada, y un sector catalanista, que ya hay quien lo ha bautizado como «independentista».

Cuando los cinco diputados rompieron la disciplina de voto, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, que llevaba un año al frente de un partido cuya fractura iba «in crescendo», planteó su expulsión. Según fuentes del PSC, Navarro estaba harto de las controversias provocadas por un sector catalanista que representa una porción minoritaria del PSC (cerca de un 25 por ciento). Pero el secretario de Acción Política, Antonio Balmón, lo frenó.

Balmón se reunió con Àngel Ros, uno de los díscolos, a quien trasladó su disgusto por no haber respetado el funcionamiento democrático del partido. Apostó por el diálogo, entendiendo que en el PSC, desde su fundación, han convivido diferentes sensibilidades, una identidad esencialmente catalana y otra española o tan catalana como española, pero todas comprometidas con el socialismo. Por eso, el goteo críticas este verano por la tibieza con la que el PSC se está implicando en el proceso soberanista, colmó su paciencia. Publicó un artículo donde invitaba a irse a destacados exdirigentes como Joaquim Nadal, Marina Geli o Montserrat Tura, a quienes tildó de «profesionales de la polvareda».

El sector catalanista que agrupa a la vieja guardia de Pasqual Maragall y que se constituyó el jueves como corriente crítica con el nombre de Agrupament reclamó a Navarro la reprobación de Balmón, que junto a los primeros secretarios del PSC del Baix Llobregat y Barcelona, Antonio Poveda y Carles Martí, forman ahora el sector más duro con los críticos.

El portavoz del PSC, Maurici Lucena, sin embargo, aclaró que ni se plantea su expulsión ni se les abrirá expediente disciplinario por participar en la cadena humana o defender tesis independentistas. Navarro se reunirá con todos los sectores las semana que viene para buscar «espacios comunes». Como apunta Lucena, el PSC es un partido transversal, que no va a cerrar las puertas a independentistas, aunque éstos tienen que tener claro que el Consejo Nacional del PSC, el máximo órgano entre congresos, aprobó por unanimidad –con un voto en contra– la Declaración de Granada, que recoge la propuesta de reforma federal avalada por el PSOE. Aunque voces críticas como Tura o Nadal no votaron el documento, les invita a reflexionar si se sienten cómodos en un partido que se declara federalista y no independentista.