Barcelona

La herencia de Goya

Una veintena de artistas contemporáneos dialoga con «Los disparates» del maestro aragonés

Uno de los grabados de Goya
Uno de los grabados de Goyalarazon

BARCELONA- El legado de Francisco de Goya sigue siendo un terreno fértil de inspiración para otros artistas, especialmente su obra gráfica. Una exposición indaga en la huella goyesca de la serie de grabados «Los disparates» en la producción de artistas actuales que pueden considerarse sus discípulos. Son 21 creadores cuyas obras forman parte del Museo del Grabado Goya en Fuendetodos, la población natal del genio aragonés.

En una primera parte de esta propuesta expositiva, abierta en el Museo Diocesano de Barcelona, se puede contemplar una selección de 12 de los 33 «disparates» goyescos. En ellos se aprecia la musculatura artística de un pintor que navegó contracorriente, capaz de crear un estilo propio que sigue hoy en día ganando adeptos. Son los grabados en los que Goya se convierte, como dijo André Breton, en uno de los precedentes más inmediatos del movimiento surrealista.

En este trabajo las formas fantasmagóricas y extrañas se hacen un hueco en un espacio de un potente blanco y negro, donde el maestro demuestra su buena mano para modelar espacios y figuras. La serie, grabada entre 1819 y 1824, recoge escenas que no parecen de este mundo, en ocasiones rozando lo absurdo, con las obsesiones que adueñaron del imaginario de un Goya que en aquel tiempo luchaba contra sus demonios internos, además del exilio y su sordera. Es el misterio y el enigma que luego han seguido otros creadores.

Éstos son los otros protagonistas de esta exposición, una veintena de nombre que no han ocultado su deuda con Goya. El museo barcelonés reúne a discípulos de la talla de José Manuel Broto, Eduardo Arroyo, Günter Grass, Martín Chirino, Luis Feito, Juan Genovés, Manolo Valdés, Luis Caruncho, Andrés Rábago (El Roto), José Beulas, Ricardo Calero, Julio León, Alicia Díaz Rinaldi, Darío Villalba, Luis Gordillo, José Hernández, Rafael Canogar, Jaume Plensa, Víctor Mira, Pascual Blanco y Guinovart. Todos ellos representan diferentes estilos y visiones de la creación artística, aunque el punto común es la admiración por Goya.

Cada uno de estos artistas fue invitado a participar en un proyecto que se puso en marcha en 2001. Se trata de que realicen su particular interpretación de las figuras protagonistas de estos grabados.

En algunos casos el público también puede ver el proceso de elaboración de cada uno de los nuevos lienzos, con los dibujos preparatorios, las planchas, las pruebas de estado y las estampas finales. Es una invitación a poder conocer el taller de cada uno de estos artistas, una manera de poder conocer el sistema de trabajo hasta lograr el resultado final, la pieza que se exhibe en el Museo Diocesano.

La iniciativa impulsada desde Fuendetodos solamente impone una única condición a los participantes de esta propuesta: que las medidas de sus lienzos sean de 38 por 53 centímetros, siguiendo al maestro aragonés. Por el momento, han participado en la iniciativa 39 artistas, de cuyas obras también se hacen copias que se ponen a la venta y que ayudan a sufragar las actividades del centro.

Entre los participantes destacan, por ejemplo, Manolo Valdés, que se apoya en «El perro» de las pinturas negras goyescas y que hace dialogar con otro picassiano. Por su parte, Jaume Plensa plantea un diálogo a partir de la célebre frase de Goya: «el sueño de la razón produce monstruos».

Un autor con alumnos

Antes de su muerte, Francisco de Goya ya supo que tendría seguidores importantes que de alguna forma seguirían su trabajo. Es el caso, por ejemplo, de Vicente López, quien llegó a retratar al maestro, o de Eugenio Lucas que nunca ocultó la influencia que ejerció el estilo goyesco. Ya en el siglo XX, después de una época en la que una parte del mundo de Goya había quedado desprestigiada por cierta crítica, llegó la recuperación. La huella del genio de Fuendetodos se percibe, por ejemplo, en las escenas de tauromaquia imaginadas por Picasso. El Equipo Crónica también rescató a Goya, pero quien mejor supo entenderlo fue Antonio Saura que lo reivindicó en varios cuadros.

- Dónde: Museo Diocesano de Barcelona. Av. Catedral, 4.

- Cuándo: Hasta el 15 de septiembre.