Asuntos sociales

Una cajita llena de sentimiento para ayudar en el duelo perinatal

Sanitarias del Vall d'Hebron obsequian a más de 400 mujeres gestantes que perdieron a un hijo

En la imagen, alguna de las cajitas elaboradas por el personal del Hospital del Vall d’Hebron / Foto: La Razón
En la imagen, alguna de las cajitas elaboradas por el personal del Hospital del Vall d’Hebron / Foto: La Razónlarazon

Sanitarias del Vall d'Hebron obsequian a más de 400 mujeres gestantes que perdieron a un hijo.

Hace apenas una semana, Gabriela, José y el hijo de ambos, de 7 años, esperaban con ilusión el nacimiento de Adrián, el benjamín, pero en el quinto mes de gestación, el embarazo se interrumpió y ahora la familia se encuentra en proceso de asimilar dicha pérdida y de afrontar el duelo, un proceso en el que está resultando clave una objeto tan simple pero a la vez tan gratificante como la caja «Un poco de ti».

Se trata de una caja de pequeñas dimensiones confeccionada manualmente por las comadronas, enfermeras, celadores... del Servicio de Urgencias de Obstetricia y Ginecología de Vall d’Hebron a partir de materiales reciclados y en la que la familia que ha sufrido la pérdida de un hijo durante la gestación puede poner dentro cualquier cosa que le recuerde al bebé, desde su huella del pie o la mano, el gorrito, un papel con su nombre... «La idea es que estás cajas ayuden a las familias a tener un recuerdo más gratificante de lo sucedido», explica Isabel Salgado, comadrona y supervisora del Servicio, quien señala que «no tener recuerdo de lo sucedido crea una sensación de pérdida, como si aquello ni hubiera existido, lo que genera más insatisfacción». «Es importante que exista una despedida, que haya duelo y desapego; no hay que olvidarlo como si nunca hubiera pasado», añade.

De hecho, la iniciativa de las cajas «Un poco de ti», que arrancó hace año y medio, se enmarca en el programa de atención al duelo perinatal, que se puso en marcha hace cinco años en Vall d’Hebron con el fin de ayudar a las familias a superar el difícil trance, el cual, entre otras medidas, apuesta por que los padres puedan coger y ver al feto tras la interrupción del embarazo. «Antes, la atención a las familias que atravesaban un episodio como éste estaba enfocada a borrar los recuerdos, a olvidar lo sucedido, sin embargo, desde hace 5 años trabajamos para acompañar a las familias de forma más humana y personalizada para que tengan una experiencia lo menos traumática posible y un recuerdo más gratificante», explica Salgado.

Así pues, el hecho de poder despedirse del bebé o el guardar sus recuerdos en una caja son herramientas para dar identidad al feto, gestionar mejor el duelo y normalizar lo sucedido y ello debe hacerse con independencia del momento de la gestación en el que se haya producido la interrupción del embarazo y con el apoyo y acompañamiento de la comadrona de referencia, que permanece en todo momento con los padres. Y es que frecuentemente, quienes acaban de perder a un bebé son de inicio reticentes a verlo e incluso a acumular recuerdos de lo sucedido, sin embargo, con el apoyo de las comadrona y tras un tiempo de reflexión, la mayoría acaba aceptando de buen grado ambas propuestas. De hecho, ya se han entregado más de 400 cajitas, cuando Vall d’Hebron atiende al año una media de 300 casos de muertes fetales. «Al principio me negué a ver al bebé y rechacé la cajita, porque no me veía capaz de despedirme de él, pero la comadrona me hizo cambiar de opinión y ahora puedo decir que se lo aconsejo a todas las madres que pasen por lo mismo», revela Gabriela, quien señala que de esta manera «te vas a casa igualmente con una sensación de vacío pero más tranquila, porque has visto a tu bebé y te llevas algo de él». Por su parte, el padre, José, señala muy emocionado que «aunque ya no vas a volver a ver más a tu hijo, al menos tienes su recuerdo».

Gabriela admite que no es fácil «hablar ni afrontar lo sucedido, pero cuando piensas que se van a llevar a tu bebé y que va a quedar en nada, el poder cogerlo o el tener un recuerdo suyo es gratificante». «Es una caja muy sencilla pero con mucho sentimiento», señala esta madre, quien además hace hincapié en que «ésta ha ayudado mucho también a nuestro hijo de 7 años». «Al principio, cada vez que cogía la caja lloraba, pero ahora le habla: la caja le ha ayudado a aceptar la situación».