Tráfico

El radar de tramo del Paseo de Extremadura, listo para otoño

Carmena opta por la instalación de dos medidores de velocidad para reducir el ruido en Batán aunque Medio Ambiente reconoce que hay métodos mejores y con menor impacto sobre el tráfico

Un radar fijo vigila desde hace años, en el kilómetro 4 del Paseo de Extremadura, que nadie pise el acelerador demasiado
Un radar fijo vigila desde hace años, en el kilómetro 4 del Paseo de Extremadura, que nadie pise el acelerador demasiadolarazon

Carmena opta por la instalación de dos medidores de velocidad para reducir el ruido en Batán aunque Medio Ambiente reconoce que hay métodos mejores y con menor impacto sobre el tráfico.

A lo largo del último trimestre del año los automovilistas madrileños tendrán dos vigilantes más de la velocidad en la capital. Es la fecha en la que el Ejecutivo de Manuela Carmena prevé poner en marcha el segundo radar de tramo de la capital entre los kilómetros 4 y 5,700 en el sentido salida de la A-5 y que obligará a los conductores a levantar el pie del acelerador porque cambiará su límite de 70 a 50 kilómetros por hora. Un nuevo punto doble de control cuyo expediente de suministro e instalación está en este momento en el trámite para su licitación y posterior adjudicación. «A salvo de posibles demoras», según informó a LA RAZÓN la Dirección General de Gestión y Vigilancia de la Circulación, una vez adjudicado el contrato, el plazo previsto para la instalación del radar es de seis meses, «incluyéndose en este plazo la certificación metrológica que posibilitará el arranque de las mediciones en esta vía de salida de la capital».

Así, una vez en marcha, el radar de tramo podría controlar a una media de 57.000 vehículos al mes –a lo largo de 2017 un total de 682.947 vehículos pasaron por el kilómetro 3,7 de la citada vía (la salida del túnel), el punto de medida más próximo a la ciudad–. En este periodo la máxima velocidad media en la zona fue de 88,6 kilómetros por hora, cifra que se obtuvo durante el fin de semana, y la mínima quedó establecida en 57,3 durante la hora punta entre las 17:30 y las 19:30 horas de una jornada de diario. En ninguno de los casos analizados por el área de Medio Ambiente y Movilidad la velocidad en este punto de la capital ha bajado de los 50 por hora, cifra que no se podrá rebasar con la entrada en vigor del nuevo radar de tramo.

Con el objetivo de estudiar la situación acústica del entorno del Paseo de Extremadura en el tramo de ocho kilómetros entre el túnel de la M-30 y el cruce con la M-40, la dirección general de Sostenibilidad y Control Ambiental analizó la eficacia de las posibles medidas para reducir el ruido generado por el tráfico en las viviendas que están más cercanas a la carretera. Ésta, la de rebajar lo máximo posible los decibelios que soportan los vecinos de Batán, es la justificación que emplea el Ayuntamiento para aprobar la instalación del nuevo medidor de velocidad. No explican, sin embargo, que el Paseo de Extremadura ya cuenta con un radar en su kilómetro 4 y que, según sus propios estudios, hay otras medidas más eficaces a la hora de rebajar decibelios.

En mayo de 2016 la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental, también dependiente del área que dirige Inés Sabanés, elaboró un estudio acústico del entorno del Paseo de Extremadura. Su objetivo no era otro que analizar el ruido existente en el tramo de aproximadamente ocho kilómetros de longitud que tiene el paseo entre el túnel de la M-30 y la M-40 con la puesta en marcha de cuatro medidas distintas. Finalmente, tras analizar todas, «la mayor disminución de los niveles de ruido en la zona se conseguiría combinando la reducción de la velocidad máxima con la aplicación de un asfalto fonoabsorbente, lo cual permitiría reducir hasta en 7 decibelios los niveles en las fachadas de los edificios residenciales más afectados», explica José Amador, director general de Sostenibilidad, en una carta remitida a este diario a través del Portal de Transparencia. «La reducción de la velocidad a 50 por hora en el citado tramo únicamente supondría una reducción del ruido de en torno a 3 decibelios», añade. El Ejecutivo de Carmena encontró otra medida que podría disminuir los niveles máximos de ruidos en hasta 12 decibelios: la instalación de una pantalla acústica en la colonia de Cuatro Vientos que, según Fernández Viejo, beneficiaría «a un número muy reducido de personas». Desde Sostenibilidad y Control ambiental reconocen que «el número de personas expuestas a niveles de ruido por encima de los objetivos de calidad acústica se reduce, sobre todo, cuando se aplican de forma conjunta las medidas de reducción de la velocidad con el reasfaltado del pavimento», aunque admiten que esta sería la mejor de las soluciones «siempre y cuando se tenga en cuenta el efecto que estas medidas producirían sobre la movilidad». Además, sugieren poner en marcha otro tipo de sistemas, como el incentivo del transporte público con la instalación de aparcamientos disuasorios o incrementando y mejorando la oferta actual, incentivando formas de conducción más respetuosas con el medio ambiente o la instalación de señales visuales que alerten de la velocidad de circulación.

El tercero de Madrid

La avenida de Córdoba estrenó el pasado 1 de junio el primer radar de tramo (hasta la glorieta de Cádiz) que multa en la ciudad de Madrid.

La AP-6 fue la primera vía del territorio madrileño en contar con un radar de este tipo. Está entre los kilómetros 56,8 y 49,2.