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Asesinan a tiros en Somosaguas a un ex miembro de «Los Miami»

José Ricardo Rojas, colombiano de 43 años, fue acribillado a balas en su coche cuando venía de dejar a su hijo en el colegio. Le ejecutaron dos sicarios que huyeron en moto

El hombre ha recibido varios disparos/Fotos: C. Pastrano
El hombre ha recibido varios disparos/Fotos: C. Pastranolarazon

José Ricardo Rojas, colombiano de 43 años, fue acribillado a balas en su coche cuando venía de dejar a su hijo en el colegio. Le ejecutaron dos sicarios que huyeron en moto.

Probablemente le habían balizado el coche y llevaban tiempo siguiéndole y estudiando sus rutinas, que no parecían variar, al menos, por las mañanas. Y ayer, aunque fue el último, parecía un día «estandar» en la vida de José Ricardo Rojas, un colombiano nacionalizado español de 43 años con antecedentes por tráfico de drogas. Su asesinato parece por encargo y efectuado por unos sicarios, según fuentes policiales. Además, sostienen, la ejecución parece de libro. El hombre acudió a las 9:00 horas a dejar a su hijo de cuatro años en el colegio British Council de Somosaguas de Pozuelo de Alarcón, situado en la calle Solano. Conducía un Volkswagen Golf con placa terminada en KFJ (a nombre de otro individuo) e iba acompañado de su actual pareja, una mujer colombiana bastante más joven que él, presumiblemente la madre del pequeño que acababa de entrar al centro escolar. A eso de las 9:20 horas, cuando la pareja iba montada ya en el coche y se disponía a abandonar el lugar (se encontraban a unos 50 metros de la puerta del colegio), dos individuos vestidos de negro, a bordo de una motocicleta con placa doblada y con sus rostros ocultos por dos cascos de color blanco, según testigos presenciales, abordaron el vehículo por el lado del piloto y, sin que a Ricardo le diera tiempo a nada, el que iba de «paquete» disparó casi a bocajarro, probablemente con una pistola automática. En el cristal de la ventanilla del piloto quedó el dibujo de los agujeros haciendo casi un perfecto semicírculo. «Los autores eran muy profesionales: este asesinato no ha costado menos de 60.000 euros», sostienen fuentes conocedoras del caso.

En el cuerpo de Ricardo penetraron, al menos, diez balas, pero en el lugar, los agentes del DEVI (Grupo de Delitos Violentos) de la Policía Científica recogieron hasta trece casquillos, por lo que parace probable que le vaciaran el cargador entero. Los investigadores creen que los autores materiales de su muerte huyeron tomando la calle Prado del Rey probablemente hacia la derecha, que tiene una incorporación bastante rápida a la carretera de Carabanchel tras pasar la Avenida Radio Televisión. Pero tampoco se descarta que vinieran desde el lado contrario y prosiguieran su camino por Solano para tomar la calle Siroco.

Ricardo falleció a los pocos minutos, en presencia de su pareja. La llamada al teléfono de Emergencias 112 se produjo a las 9:26 horas. Los sanitarios de Emergencias de la Comunidad de Madrid se desplazaron al lugar, al igual que los agentes del Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional, los agentes de Científica y la Policía Municipal de Pozuelo, que fueron los primeros en llegar al lugar. Los facultativos del Summa apenas manipularon el cuerpo del colombiano y practicamente sólo pudieron certificar su muerte, según un portavoz de Emergencias-Comunidad de Madrid.

El cuerpo sin vida del hombre, estuvo casi tres horas en el lugar de los hechos hasta que el titular del juzgado de guardia de Pozuelo autorizó el levantamiento del cadáver. Los agentes de balística también estuvieron estudiando el lugar del suceso para determinar la trayectoria de las balas y el impacto de éstas contra el cristal de la ventanilla así como la distancia a la que dispararon los sicarios. Los agentes de Homicidios, por su parte, trataron de encontrar testigos en el lugar para tomarles declaración, además de la mujer del fallecido. Dado las horas y el lugar donde se produjo, hubo varias personas que presenciaron el asesinato. Y es que justo al lado del British Council de Pozuelo están el gimnasio Body Factory y la cafetería Santa Gloria, que a esas horas comenzaban a llenarse de gente. De hecho, algún cliente del gimnasio comentó haber visto cómo alguien disparaba desde una moto a un coche. Otra mujer sólo vio a un hombre ensangrentado dentro de un vehículo y creyó que se trataba de un accidente de tráfico. Los agentes también buscaron cámaras en el lugar que pudiera grabar la escena o la motocicleta llegando o abandonando el lugar. El propio colegio, por ejemplo, tiene cámaras de videovigilancia en la puerta.

José Ricardo Rojas, conocido en el mundo del hampa como «Richi» o «Richar», trabajó en su día para la famosa banda de Los Miami, según fuentes policiales. Hace ya muchos años que se enemistó con el que fuera jefe de la banda, Juan Carlos Peña Enano, y comenzó a trabajar por su cuenta, según las mismas fuentes. Algunos aseguran que ya estaba retirado del mundo del narcotráfico y que se dedicaba al sector aeronáutico, según Ep; otros, que seguía moviendo droga y que, por eso, había logrado mantener un elevado tren de vida. Vivía en La Finca, la prestigiona urbanización de Pozuelo, muy cerca del lugar de los hechos. Mantuvo hace unos años un fuerte litigio con su ex pareja y madre de sus dos hijos mayores pero ya se habían separado. Ella rehizo su vida con un futbolista y él con la mujer que ayer le acompañaba en el coche. Tras los hechos, lógicamente, tuvo que ser atendida por un equipo de psicólogos del Samur del Ayuntamiento de Madrid. A «Richi» también se le relacionó en su día con la muerte en 2007 de un hombre en Montecarmelo. Le mataron de idéntica forma que a él: tiroteado dentro de su propio coche. Este asesinato aseguran que enemistó a Juan Carlos Peña y Álvaro López Tardón (los dos cabecillas de Los Miami) y «Richi» se quedó trabajando con Peña unos años más.