Arquitectura

Un homenaje remendado

El monumento a las víctimas del 11-M en Atocha, con deficiencias prácticamente desde su inauguración, vuelve a conmemorar hoy los atentados mientras espera una modernización que se acometerá este año.

Un homenaje remendado
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El monumento a las víctimas del 11-M en Atocha, con deficiencias prácticamente desde su inauguración, vuelve a conmemorar hoy los atentados mientras espera una modernización que se acometerá este año.

Doce años después de los atentados del 11-M, Madrid volverá a rendir hoy homenaje a las víctimas de aquella masacre. El acto principal reunirá al presidente en funciones, Mariano Rajoy, a la presidenta Cristina Cifuentes y a la alcaldesa Manuela Carmena. La Puerta del Sol, el Bosque del Recuerdo en El Retiro y la estación del Pozo del Tío Raimundo serán algunos de los escenarios de estas ceremonias. Fuera de la agenda política queda, sin embargo, el interior del monumento a las víctimas erigido en Atocha. Un monumento que se ha visto envuelto en la polémica desde hace años tanto por las dificultades que implica su conservación como por el mal estado en el que se encuentra. Los problemas son constantes en lo que afecta a la presurización de su estructura pero también en la membrana interior, en la que puede leerse un texto circular que homenajea a los 191 fallecidos en los trenes. Está fabricada con un material conocido como EFTE, derivado del teflón, que ha provocado en estos años que se haya desinflado en varias ocasiones. Además, toda la franja superior sufre, desde al menos el año 2013, importantes grietas que han sido reparadas con elementos temporales pero que convierten en ilegible algunos pasajes del texto que comienza con la frase «hace falta mucha fantasía para soportar la realidad».

El monumento lleva arrastrando desde hace años el problema en la parte superior de esta membrana interior así como el derivado de las grietas. La imagen de algunos de estos «parches» a día de hoy coincide exactamente con la que este monumento presentaba ya en marzo de hace tres años, lo que demuestra la falta de mantenimiento que ha soportado en este tiempo.

El último incidente grave al que se enfrentó el monumento tuvo lugar en noviembre de 2015. Tal y como adelantó entonces «El País», este espacio llevaba cerrado dos meses después de que la estructura se desplomara por completo. «Cerrado por trabajo de mantenimiento», podía leer los visitantes que cada día se acercaban a este punto del subsuelo de Atocha. Los encargados de levantar esta estructura fueron los integrantes del estudio FAM (Formidable Aroma a Manzana), Esaú Acosta, Raquel Buj, Miguel Jaenicke, Mauro Gil-Fournier y Pedro Colón de Carvajal. Fue financiada a la 50% entre el consistorio y el Ministerio de Fomento.

El 15 de diciembre volvió a abrir sus puertas tras las obras de reparación que se llevaron a cabo para subsanar las deficiencias en el sostenimiento de la membrana estructural que obligaron a su cierre. Los trabajos fueron provisionales: se repararon las máquinas y se sustituyeron las piezas estropeadas, se limpió el interior de la membrana y fueron reparados algunos cortes en la misma, volviéndose a sujetar el soporte superior, mediante un cable de acero, a la estructura de vidrio exterior, tal y como informó el Gobierno de Carmena en una nota de prensa. Estos trabajos fueron sufragados con el contrato de mantenimiento de monumentos del propio Ayuntamiento de Madrid. Fueron, en definitiva, «reparaciones de urgencia para mantener la estructura estable hasta que se redacte un nuevo proyecto».

La hoja de ruta del Ayuntamiento consiste en que en el nuevo proyecto se implante esta estructura estable «que permita sostener la membrana de forma autoportante y de un sistema de climatización más eficiente que no requiera gasto energético para la sobrepresión de la sala». Gracias a la incorporación de estas nuevas tecnologías se mejorará, sostienen desde Cibeles, la gestión del monumento y se asegurará su sostenibilidad. Desde las arcas municipales está prevista una inversión de 220.000 euros.

Pero no es el Ayuntamiento la única institución implicada en el mantenimiento del monumento. Actualmente participan tres entidades, Ayuntamiento, Renfe y ADIF, que articulan estos trabajos a través de un convenio de colaboración que cubre el mantenimiento con el sistema actual. El cambio ya previsto y la incorporación de las nuevas tecnologías obliga a las tres partes a suscribir un nuevo convenio de colaboración a lo largo de este año y para que el que ya se han producido algunos contactos y reuniones. El nuevo convenio «deberá incluir las nuevas actuaciones de reforma que necesita el monumento, con un nuevo protocolo de mantenimiento adaptado a la nueva estabilidad de la membrana y al nuevo sistema de climatización».

Desde el exterior, en Atocha, el monumento de homenaje a las víctimas sobresale del suelo 11 metros. Está integrada por dos estructuras que se superponen. La exterior pesa 140 toneladas y está formada por vidrio de un espesor de 15 centímetros. La estructura interior pesa 50 kilógramos. Es la que está compuesta por una membrana de EFTE en la que está impreso el texto de homenaje y que se suspende en el aire por presión del aire. Tras los trabajos acometidos en los últimos meses del pasado año, el monumento fue reabierto al público con el horario habitual del monumento, de martes a domingo, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00 horas.