Región de Murcia

Liberan a siete personas obligadas a mendigar y robar en Murcia

Una red criminal captaba a gente vulnerable en Rumanía a quienes explotaban laboralmente

La Razón
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Una red criminal captaba a gente vulnerable en Rumanía a quienes explotaban laboralmente

Agentes de la Policía Nacional han procedido a la detención de cuatro personas como presuntos autores de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y práctica de la mendicidad, contra los derechos de los trabajadores, robo con fuerza, detención ilegal, delito contra la seguridad vial y pertenencia a organización criminal.

El pasado mes de marzo, un joven huérfano de nacionalidad rumana, se presentó en la Comisaría de Distrito de San Andrés denunciando haber escapado del control de unos ciudadanos rumanos quienes le obligaban a trabajar sin darle ningún tipo de paga. Además lo mantenían recluido en una vivienda tipo chabola junto a otros compatriotas.

Vendido por 2.000 euros

De forma inmediata, agentes de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental procedieron a atender a este joven quien manifestó que procedía de una zona desfavorecida de Rumanía y que carecía de recursos económicos.

Semanas atrás, encontrándose en su país, había conocido a un paisano quien, conocedor de su precaria situación, le había ofrecido trabajar en España y le facilitó un billete de autobús hasta Murcia. Posteriormente se enteró de que esta persona lo había vendido por 2.000 euros a otro ciudadano rumano residente en Murcia para que éste lo explotase de diferentes maneras.

La persona que compró a la víctima, lo recogió en la estación de autobuses y, en furgoneta, lo trasladó a una zona despoblada donde lo alojó en una casa abandonada, tipo chabola, donde ya había alojados otros cinco ciudadanos rumanos.

Explotación laboral

Esta misma persona, todas las mañanas, los llevaba a trabajar a una explotación lejana en la que se dedicaban a cortar leña. Realizaban jornadas de trabajo de más de 10 horas que luego no cobraban. Además retenían su documentación personal. Ante la negativa a devolverle sus papeles, esa noche el denunciante decidió escapar corriendo de la zona de chabolas donde se encontraba. Sin saber cómo llegó al centro de Murcia y acabó en la Fundación Jesús Abandonado donde conoció a un compatriota que le acompañó a poner la denuncia.

Fruto de las primeras pesquisas, la Policía Nacional evidenció que se trataba de una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos, concretamente de ciudadanos rumanos, con fines de explotación de diferentes maneras.

Este grupo criminal estaba liderado por un hombre rumano, de 46 años de edad, dedicado a captar, mediante intermediarios en Rumanía, a personas desfavorecidas con escaso nivel cultural y social, carentes de recursos e incluso con alguna discapacidad. Su promesa: traerlos a España y darles un trabajo. Les facilitaban el viaje desde su país hasta Murcia.

Una vez en nuestra ciudad, careciendo de recurso alguno y desconociendo nuestro idioma, eran desplazados a unas chabolas situadas en la zona norte de Murcia, en un lugar bastante apartado de la población y en condiciones lamentables de salubridad.

Todas las mañanas, a las 06:00 horas, eran recogidos y trasladados a una explotación agrícola de Jumilla donde, durante 10 horas se dedicaban a cortar leña. El explotador, al que conocían como “Patrón”, se quedaba con la totalidad del dinero ganado mientras sus víctimas sólo percibían la comida diaria.

Explotación para mendicidad

Algunos de sus compatriotas explotados eran dejados en las puertas de algunos supermercados situados en las avenidas Juan de Borbón y Juan Carlos I para la práctica de la mendicidad. Permanecían todo el día en esos puntos. En la furgoneta usada para los desplazamientos se han hallado carteles utilizados para la práctica de la mendicidad. Al final de la jornada las víctimas eran recogidas y entregaban lo recaudado al “Patrón”, a cambio recibían comida y tabaco.

Aparte de la mendicidad y la explotación laboral, los investigadores pudieron averiguar que las víctimas también eran empleadas para la comisión de robos con fuerza en urbanizaciones deshabitadas donde debían sustraer de las construcciones todo el material metálico posible con el fin de venderlo a la chatarra. En el lugar permanecían sobre una semana, dormían en el suelo y comían de lo que su controlador les llevaba cuando iba a recoger lo sustraído.

Liberación de siete personas

En base a todas las pesquisas, los agentes procedieron a la detención del líder de esta banda criminal y a otras tres personas más, colaboradores que financiaban los desplazamientos de Rumanía a España de las víctimas y asumían también funciones d traslado y control. Todos ellos son varones, tres de nacionalidad rumana y uno de nacionalidad española, con edades comprendidas entre los 28 y los 52 años.

Se liberó a las siete personas que en esos momentos mantenía la banda en condiciones de esclavitud en chabolas situadas por Espinardo. En la intervención además se localizó, en el interior de las chabolas, a dos niños de 7 y 8 años de edad, ambos sin escolarizar y viviendo en unas condiciones pésimas de habitabilidad y salubridad. Situación de la que se hizo cargo el Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social.

Investigación e intervención desarrollada por la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia