Nuevo pontífice

Medios de Comunicación
La política del escándalo en la que vive inmersa Telecinco sigue generando debate más allá de la pantalla; esta vez llega de la mano de su principal apuesta para el periodo estival: «Campamento de verano», un «reality show» en el que han ido metiendo gente de lo más variopinta. La penúltima polémica la ha desatado la forzada ducha de chocolate a la que se vio avocada la concursante Noemi Merino–alérgica a este alimento, como ella confesó, y conocida por su paso por «Gran Hermano»– y sus posteriores quejas por sentirse una mujer objeto y una «chica porno». Con sus palabras se desató la polémica en la red y la entidad pro derechos de las personas Hazte Oir lanzó una campaña para comenzar un boicot a los anunciantes del espacio por «financiar un programa que denigra a la mujer e insulta a los espectadores». Las reacciones no han tardado en llegar y ayer Burger King publicó en su muro de Facebook que retiraba la publicidad en esa franja.
Y la ducha no ha sido un hecho aislado dentro de un «Campamento de verano» que la escritora Lucía Etxebarria abandonó denunciando a la cadena de acoso y donde el pasado jueves Víctor Sandoval pidió ser llevado a comisaría para denunciar un incidente con Mónica Pont, con quien tuvo más que palabras.
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