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“Hoy en día es más importante enseñar a tus hijos a aprender a perder que a ganar”

Un mal día en el Giro del 88 sirvió a Pedro Delgado para ser más fuerte y ganar el Tour ese año

Pedro Delgado
Pedro Delgadola razonLa Razón

La derrota en el Tour de 1987 hizo que Pedro Delgado cambiara sus planes de preparación para el año siguiente. Renunció a la Vuelta, que entonces todavía se disputaba en primavera, y eligió el Giro como preparación para el Tour de 1988. La decisión no fue sencilla y le provocó muchas críticas en España y más aún después de que los resultados no fueran los esperados. Perico terminó séptimo aquel Giro que ganó el estadounidense Andy Hampsten y padeció una de las jornadas más duras que ha vivido encima de la bicicleta.

Aquellas carreras fueron una enseñanza para Pedro Delgado. “Estoy convencido de que hoy en día es más importante enseñar a tus hijos a aprender a perder que ganar”, dice el exciclista en este vídeo que puede encontrar en #MejorConectados, una plataforma de contenidos de Telefónica, que tiene con fin poner en valor el poder de la conexiones humana y ser un lugar donde inspirarse, encontrarse, conectar y lograr cosas increíbles. En la plataforma también se pueden encontrar más reflexiones de personalidades como Toni Nadal, Pablo Laso, María Zabala… que tienen como objetivo potenciar el talento conectándolo con formación y oportunidades.

 

La etapa 14 de aquel Giro terminaba en Bormio, después del paso por la cumbre nevada del Gavia. Pero lo más duro fue el descenso. El neerlandés Van de Velde, que cruzó primero la cima, llegó con media hora de retraso sobre el vencedor, su compatriota Breukink. Delgado, décimo, perdió más de siete minutos en la meta.

“Estuve más de media hora, sin exagerar, bajo la ducha de agua caliente para quitarme un poco la tiritona que tenía. Ese día lo más duro no fue el ascenso, aunque la mitad del puerto estaba sin asfaltar y con desniveles del 12 al 14 por ciento. Con la lluvia y la nieve se formó un barrizal terrible. Lo peor fue el descenso. Aterido de frío, tenías unas tiriteras terribles que a veces te hacían difícil mantenerte sobre la bicicleta. Algunos ciclistas se bajaron de la bici y corrían carretera arriba para entrar en calor. Tú te cruzabas con ellos, como si se tratase de una pesadilla, sin saber qué pensar, si era un sueño o una durísima realidad”, recuerda Perico.

Al final de aquella etapa era undécimo en la general. Terminó séptimo aquella edición que fue una enseñanza para Pedro. Igual que la derrota del año anterior en el Tour. Cuando recuerda sus andanzas en el Tour piensa que pudo ganar alguno más que se le escapó por despiste o por alguna desgracia. Pero entre ellos no cuenta ese Tour de 1987. Lo disputó hasta el final y lo perdió ante Stephen Roche.

“Aprendes más de las derrotas que de las victorias”, dice en el vídeo de #MejorConectados. Aquellas derrotas le sirvieron para cumplir aquel sueño que había tenido en 1983, en su primera visita al Tour. Ese verano de 1988 se vistió de amarillo en París.

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