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Banca

¿Cuáles son los pasos para convertir una hipoteca variable al tipo fijo?

Lo recomendable es explorar todas las opciones y quedarse con la mejor oferta que se consiga

Cartel publicitario de hipotecas de una entidad bancaria.
Cartel publicitario de hipotecas de una entidad bancaria.Jesús G. FeriaLa Razón

Parece que el euríbor no bajará tan rápido como desearían los hipotecados a tipo variable. Tras alcanzar el 4,16% en octubre del año pasado, este índice descendió en los meses posteriores y se situó al 3,609% en enero de 2024, pero todo apunta a que subirá de nuevo en febrero. Y eso es una mala noticia para los que tienen una hipoteca variable, puesto que sus cuotas seguirán siendo elevadas.

En este contexto, es probable que muchos de estos clientes se planteen pasarse al tipo fijo para deshacerse del euríbor. Pero ¿cuáles son los pasos que hay que dar para llevar a cabo este cambio? Según el comparador financiero HelpMyCash.com, esta operación puede producirse mediante un pacto con el propio banco, una subrogación de hipoteca o la firma de un préstamo hipotecario nuevo, pero sus analistas afirman que lo recomendable es explorar todas las opciones y quedarse con la mejor oferta que se consiga.

1. Conocer los tipos actuales

Pero antes de ponerse manos a la obra, desde el comparador aconsejan hacer un pequeño trabajo previo de investigación para conocer los intereses fijos que ofrecen los bancos actualmente. De este modo, el cliente sabrá si un banco le hace una buena propuesta o si, por el contrario, debe negociar rebajas o dejarse querer por otras entidades.

Según los analistas de HelpMyCash, una buena propuesta para pasarse al tipo fijo debe tener un interés de alrededor del 3% o inferior, pues ese es el precio medio que ofrecen los bancos españoles actualmente. Asimismo, es recomendable que ese interés pueda conseguirse sin necesidad de contratar un número excesivo de productos asociados: lo habitual es que se obtenga con la domiciliación de la nómina y la firma de un seguro de vida y otro de hogar.

2. Hablar con el propio banco

Con este conocimiento, el cliente ya puede empezar a recolectar propuestas para pasar su hipoteca variable al tipo fijo. En primer lugar, hay que dirigirse al banco con el que se tiene contratado el préstamo hipotecario para solicitar la modificación. Si este lo acepta, emitirá una oferta de novación, que es la operación que se lleva a cabo para cambiar las condiciones de un contrato hipotecario.

Es importante tener presente que el banco no tiene ninguna obligación de aprobar el cambio al tipo fijo. Y también que puede proponer otras modificaciones a cambio de aceptarlo, como incluir comisiones en el contrato o añadir productos asociados.

3. Pedir ofertas a otras entidades

Como la novación no será siempre viable (y el banco puede ofrecer unas malas condiciones), desde HelpMyCash aconsejan, también, que el cliente pida propuestas a otras entidades para pasar su hipoteca variable a fija. Estas podrán ofrecer una subrogación, que consiste en trasladar el préstamo para modificar el interés, o una nueva hipoteca a tipo fijo que se usará para cancelar el préstamo hipotecario vigente.

Si el cliente no sabe a qué bancos acudir o no tiene tiempo para ocuparse de los trámites, también tiene la opción de encargar la solicitud a un bróker hipotecario. Este intermediario pedirá ofertas a varias entidades a la vez y, además, negociará con ellas para que mejoren sus condiciones iniciales: para que rebajen el interés, para que reduzcan el número de productos asociados, etc.

4. Regatear y quedarse con la mejor propuesta

Una vez reunidas las propuestas del propio banco y de otras entidades, llega el momento de regatear. Según HelpMyCash, es recomendable mostrar la mejor oferta obtenida al resto de bancos. De este modo, es probable que alguno presente una contraoferta igual o mejor. Este procedimiento puede repetirse tantas veces como sea posible para asegurarse de conseguir las condiciones más competitivas.

Tras este proceso de negociación, el cliente tendrá que hacer números para valorar cuál de todas las propuestas le sale más a cuenta. Es importante considerar todos los aspectos: el tipo de interés, el coste de los productos asociados y el precio de la propia operación. Una vez elegida la mejor oferta, solo quedará formalizar el cambio mediante la firma de la escritura de novación, de subrogación o de constitución y cancelación, según proceda.

¿Cuánto puede costar la operación como máximo?

En el capítulo de los gastos, desde el comparador financiero advierten de que pueden variar en función de la operación que se lleve a cabo para cambiarse a un tipo fijo. En caso de optar por una novación o una subrogación, solo habrá que pagar la tasación de la vivienda (unos 300 euros). Y si se contrata una hipoteca nueva para liquidar la actual, también deberán abonarse los gastos de cancelación registral, que cuestan unos 1.000 euros de media.

Ahora bien, si se cambia una hipoteca variable a fija en 2024 mediante cualquiera de las tres operaciones mencionadas, los bancos no pueden cobrar comisiones por novación, subrogación o amortización anticipada. Lo prohíbe explícitamente el Real Decreto-ley 19/2022, que fue prorrogado a finales del año pasado.

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