Transporte
Soberbia, histórica, inolvidable: así es la experiencia en el Transcantábrico Gran Lujo por el norte de España
El Transcantábrico recorre lugares extraordinarios que van desde Santiago de Compostela, pasando por Ferrol, Viveiro y Luarca, entre otros. Se extiende hacia Gijón, Covadonga, Santillana o Bilbao, hasta llegar a San Sebastián. Todo un concepto de hotel rodante 5 estrellas.
Norte de España. Un lugar rodeado de madera, vegetación, naturaleza. Uno de los lugares más hermosos de Europa y del mundo. En las orillas de esta zona un tren recorre un trayecto de varios miles de kilómetros. Para muchos un contraste interesante en un lugar privilegiado, para otros el símbolo del lujo y el glamour. Su nombre es el Transcantábrico Gran Lujo, como no podía ser para menos.
El Transcantábrico es un tren exclusivo y especial
El Transcantábrico recorre lugares extraordinarios que van desde Santiago de Compostela, pasando por Ferrol, Viveiro y Luarca, entre otros. Se extiende hacia Gijón, Covadonga, Santillana o Bilbao, hasta llegar a San Sebastián. Todo un impresionante recorrido mientras disfrutas de la estancia en una verdadera joya ferroviaria del siglo pasado. La impresionante decoración de sus espacios interiores llenos de sofisticación y lujo se fusiona con una excelente gastronomía. Perfecto para una velada romántica o una entusiasta cena familiar lo convierten en una aventura inolvidable.
El tren cuenta con suites con baños privados y espacios para disfrutar del ambiente mientras degusta un plato de alta gastronomía y te relajas mirando un verdadero tesoro histórico en sus vagones, algunos incluso originales Pullman que datan de 1923 cuando fueron fabricados. Todo un concepto de hotel rodante 5 estrellas.
Las suites del Gran Lujo se dividen en 3 partes, el dormitorio, el cuarto de baño y un salón con sofá convertible en cama y un escritorio. Cuenta con armario, control climático, caja fuerte, ordenador con internet, teléfono y un pequeño bar.
Otro de los atractivos son sus baños de lujo con ducha y sauna, vapor e hidromasaje y por supuesto los accesorios que hacen su viaje mucho más cómodo y placentero. En el vagón restaurante los desayunos buffet y la exquisita comida de sus almuerzos y cenas tienen el respaldo de los mejores chefs.
El Transcantábrico acoge en su interior salones para té, bibliotecas con periódicos y revistas, televisión, DVD y hasta una pequeña discoteca. Los impresionantes paisajes, así como lugares para descanso y tranquilidad le ofrecen un estilo único, versátil, y aunque en un concepto antiguo, también moderno y de alta tecnología.
La historia de los vagones del Transcantábrico se remonta a 1864
George Mortimer Pullman, en un incómodo viaje en tren en su luna de miel, tuvo la idea de fabricar un concepto de coche-cama con más confort y lujo.
Estos trenes, los famosos Pullman, se extendieron por algunas ciudades de Europa. The Leed Forge, fue la empresa que se encargó de su producción y enviaron cinco de estos vagones para potenciar la Bilbao-San Sebastián. En 1929 este servicio era usado sólo por los más privilegiados, ya que contaba con un servicio personal de camareros en cada butaca, además de minibar y algunas características de lujo adicional, como la vajilla que se encargó a la misma empresa que hizo la del Titanic: la casa inglesa Elkington.
Con el paso del tiempo los viajes en ferrocarriles fueron disminuyendo por la construcción de carreteras y la adquisición de coches progresivamente. Sin embargo, aun en estos días, con los adelantos tecnológicos más avanzados y las fórmulas modernas que sorprenden al mundo, cuatro de aquellos antiguos coches del ferrocarril se han restaurado para crear este concepto extraordinario donde la fusión de viejos tiempos con un toque exclusivo del lujo y la tecnología de nuestros días logra una nueva aventura de placer y deleite.
El deseo de George Mortimer Pullman sigue vivo. Esta es la experiencia perfecta para un viaje de fin de semana o como hizo Pullman, de luna de miel.
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