El tequila de Michael Jordan se pasa al lujo con su Cincoro Gold

El germen de la empresa Cincoro es, cuanto menos, curioso. Una noche, cinco personas ligadas a la dirección de unas cuantas franquicias de la NBA quedaron a cenar. Fue en 2016 y ellos eran, además de Michael Jordan, dueño de los Hornets, la propietaria de Los Ángeles Lakers, Jeanie Buss, el copropietario de los Milwaukee Bucks, Wes Edens, el dueño de los Boston Celtics, Wyc Grousbeck, y la esposa de este último, Emilia Fazzalari. De aquella velada salió la creación de una compañía de tequila que, a los pocos años, ya es referencia absoluta en el mercado mundial de las bebidas alcohólicas con 1,5 millones de botellas vendidas en Estados Unidos y con el el logro de 23 premios en concursos de licores acreditados.

Después de lanzar al mercado cuatro tequilas diferentes, ha llegado el momento de dar paso al quinto, directamente dirigido al sector del lujo exclusivo. Lo han dado en llamar Cincoro Gold y el propio Michael Jordan ha prometido que se convertirá en “el mejor tequila del mundo”. “Cincoro Gold se une a solo un puñado de tequilas 100 por ciento de Agave Gold”, señala la CEO y cofundadora de Cincoro, Emilia Fazzalari.

El Gold es una mezcla de Cincoro Blanco, Reposado, Añejo y una generosa proporción de Extra Añejo que se añeja en barrica durante más de 40 meses. La idea es lanzar una edición limitada, el próximo mes de octubre, con 4.000 botellas de 750 ml. que se podrán comprar en las mejores tiendas minoristas de Estados Unidos a un precio de 349,99 dólares por unidad.

El Tequila Cincoro se elabora exclusivamente con 100% de agave Weber Blue extraído de fincas privadas en las regiones montañosas y bajas de Jalisco, en México. De hecho, la botella es una auténtica escultura de hoja de agave en vidrio con cinco caras, en mención a sus cinco fundadores y propietarios, y un tapón “Corona”, que invierte la forma de la botella. La propia marca señala que su tequila fue creado para beberse solo, aunque también funciona para elevar los cócteles hasta límites insospechados.