Delincuencia

Mataleón: La peligrosa técnica para robar que se extiende por la Casa de Campo

Un nuevo robo en la zona de Batán con este método desata el miedo entre los vecinos. Casos parecidos han ocurrido ya en Madrid Río y Campamento.

Imágenes de un «mataleón» cometido en la estación de Metro de Francos Rodríguez, en Madrid
Imágenes de un «mataleón» cometido en la estación de Metro de Francos Rodríguez, en MadridLa Razón

Domingo por la mañana, en torno a las 11:00 un hombre de origen extranjero aparca su coche en la avenida Villamanín, en la zona de Batán, para dirigirse a su trabajo. Según está saliendo del coche, se cruza con «un joven marroquí», al que no da mayor importancia, pero un segundo después, éste le coge de forma violenta por la espalda, rodeándole fuertemente por el cuello con el brazo. A medida que el joven aprieta, Wilson (nombre ficticio) va notando cómo se asfixia, no puede respirar, y en un intento desesperado por zafarse de su agresor, trata de defenderse con las llaves del coche que aún tenía en la mano. Recuerda haberle golpeado con las llaves «en el brazo y la cara, tendrá marcas», pero perdió el conocimiento.

El cruel ataque no duró más de un par de minutos. Al despertar tenía alguna contusión, dolor de cuello y un enorme dolor de cabeza, que días después aún le duraba y por supuesto le robaron «la cartera y las cosas que llevaba en el coche». Según consta en la denuncia que interpuso en la comisaría de Latina el atacante era «de origen marroquí y de cerca de metro ochenta de altura» y huyó corriendo calle abajo habiendo testigos de dicha huida. «En el barrio hay mucho miedo» reconoce Wilson.

Ha tenido «suerte», porque fue víctima de la peligrosa técnica ya tristemente famosa en el barrio y conocida como «mataleón», cuyo violento método de robo se está extendiendo entre los menores extranjeros no acompañados, conocidos como «menas» y también los exmenas, que cometen delitos desde la zona de la Casa de Campo, hasta Madrid Río o Campamento y que puede ocasionar lesiones graves en las vértebras cervicales o incluso la muerte, ya que provoca hipoxia cerebral; es decir, corta la llegada de oxígeno al cerebro y ocasiona algo parecido a un infarto cerebral o un ictus, si bien, en la mayoría de los casos, el «mataleón» termina con la pérdida de conocimiento de la víctima.

Y es que, según denuncia Wilson, «estamos viviendo muy preocupados en el barrio porque está habiendo muchos robos». Como ya publicó recientemente LA RAZÓN, la delincuencia vinculada a los «menas» –menores extranjeros no acompañados– lleva tiempo incrementándose y extendiéndose a otras zonas más allá del centro de acogida instalado en el antiguo albergue Richard Schirrmann de la Casa de Campo, que desde finales de 2018, debido a la saturación y a las condiciones en las que se encontraba el centro de Hortaleza, fue acondicionado para alojarlos.

Entre los últimos episodios de robos, protagonizados supuestamente por menas o exmenas están el de una señora de 72 años que fue atracada por dos «jóvenes marroquíes» en la zona de Campamento y a la que también agarraron por el cuello, aunque en este caso, dada la nula capacidad de defensa de la septuagenaria, no les hizo falta apretar demasiado para cometer el robo.

Pero en otro «mataleón» reciente cometido en la zona de Madrid Río, las consecuencias fueron mayores. En esa ocasión, la víctima fue un hombre que a principios de agosto denunció haber sido asfixiado y atracado en el parque por tres menores, posiblemente marroquíes. «Sí, claro, llegué a temer por mi vida. Me estaba quedando sin aire. Pensé que esta gente me iba a matar. Hubo unos segundos en los que lo pasé realmente mal», relataba Luis a LA RAZÓN. Por el físico y por su acento, también identificó en su denuncia a los agresores como marroquíes, de unos 16 años de edad.

Esta situación lleva incrementándose desde hace meses, como ya denunció el Sindicato Unificado de Policía (SUP) a mediados de junio pasado, que informó de un incremento de la delincuencia en Madrid protagonizada por los menas, «un problema social que va más allá del excelente trabajo policial», ya que tres de cada cuatro menores detenidos son de este colectivo.

En el mismo comunicado el sindicato quiso aclarar que «no nos encontramos ante un problema de racismo y que quien así lo quiera ver no dice la verdad». Una situación, explicaba el SUP, que se agrava en el momento que cumplen los 18 años, pues dejan de estar bajo la tutela pública y pasan más tiempo en la calle, «lo que produce mayor desarraigo y aumento de las oportunidades para cometer delitos». Afirmaban que existen datos estadísticos que permiten asegurar «de forma objetiva» que tres de cada cuatro menores que pasan por el Grume –Grupo de Menores de la Policía que se encarga de la tramitación de atestados con menores detenidos (españoles o extranjeros)– son extranjeros no acompañados, «lo que permite hacerse una idea del volumen de trabajo».

Además, destacaban que el reproche penal por la comisión de delitos «es testimonial y eso incentiva la reincidencia». Desde el SUP situaban lo robos con violencia e intimidación –tirones, la técnica de «mataleón», robos con arma blanca–, entre los delitos que más cometen y los que causan más alarma social.

No obstante, quisieron remarcar que «por supuesto que no todos los menas que están en nuestro país comenten delitos, ya que la mayoría respeta las normas que ordenan la convivencia en sociedad, siendo un porcentaje de entre un 15 y un 20 por ciento el que delinque de una forma reiterada, sucediendo aquello que tantas veces hemos denunciado: entran por una puerta y salen por otra», apuntaba el Sindicato Unificado de la Policía.