Diario del 2-M

Y Ayuso se encontró con un ex en el último día de campaña

El aforo limitado en Sol no fue obstáculo para reunir ayer en Sol a seis ex presidentes: Cifuentes volvió a «casa» mil días después

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la ceremonia de imposición de Medallas de la Comunidad de Madrid y condecoraciones de la Orden del Dos de Mayo
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la ceremonia de imposición de Medallas de la Comunidad de Madrid y condecoraciones de la Orden del Dos de MayoEUROPA PRESS/J. Hellín. POOLEuropa Press

«No me he encontrado a ningún ex ni a Pablo Iglesias». La presidenta Ayuso compartió esta confidencia con los periodistas nada más terminar el acto por la fiesta del Dos de Mayo en la Puerta del Sol.

Bromeaba sobre el argumento que ella misma brindó hace días en torno a la libertad que supone para los vecinos de la región no tener que cruzarse por la calle con antiguas parejas.

Y ayer Ayuso aseguró que su teoría quedaba confirmada. Pero no era verdad. Porque un ex sí se personó ayer en el kilómetro cero de la capital. Es verdad que ambos ni hablaron ni cruzaron las miradas, pero compartieron espacio y techo durante casi dos horas.

Ignacio Aguado, hasta hace 50 días número dos de la coalición liderada por Ayuso, acudió a la ceremonia, pero no hubo ni siquiera un saludo de cortesía entre ambos. Muy lejos parecen quedar los tiempos en que presumían en público de las bondades de la coalición: “Yo me volvería a casar hoy con este Gobierno”, aseguró Ayuso el diciembre pasado. Ayer, además de Aguado, todos los ex consejeros naranjas estuvieron presentes en el acto institucional y sólo a dos de ellos –Eduardo Sicilia y, cómo no, Marta Rivera– saludó la presidenta con un abrazo.

Este reencuentro era, a priori, el plato fuerte del salseo goyesco que podía ofrecernos un Dos de Mayo con aforo limitado. Hasta que Nacho Cano hizo saltar todo por los aires con un gesto que le convirtió en protagonista absoluto de la mañana en el centro de la capital y de las redes sociales durante el resto del día. Era uno de los reconocidos con la máxima condecoración de la Comunidad.

Su turno le llegó entre la historiadora Carmen Iglesias y los niños de la región. Se saltó el protocolo e hizo llorar a la presidenta madrileña, a la que atribuyó el «milagro» de mantener los teatros abiertos.

Un milagro con «piernas, cabeza y corazón». Le trasladó el mensaje de los trabajadores de su compañía –algunos independentistas catalanes, otros votantes de Podemos y algunos de Vox, aseguró– y del resto de los profesionales de la cultura que en Madrid sí han podido seguir trabajando: «Si ves a la presidenta, dile dos cosas: gracias y valiente. Yo creo que la medalla al arte y la cultura, por tener los teatros abiertos, por ser tan valiente y ser tan buena presidenta, te la mereces tú». Acto seguido, devolvió a Ayuso la banda roja con la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo sobre sus hombros, lo que provocó que la presidenta no pudiera evitar las lágrimas.

Envuelta por la emoción estuvo también la intervención de Cristina Cifuentes, que volvió a Sol 1.103 días después.No dejó pasar la oportunidad de destacar que este reconocimiento llega tras ser absuelta del «caso Máster» tras un «calvario» de tres años: «Me presento libre de cargos y de cargas». Junto a ella, otros cinco ex presidentes de Leguina a Rollán de Aguirre a Gallardón y Garrido.

La anécdota del día podría haber sido el micrófono abierto que «cazó» a Ayuso suplicando que se acabe ya el «plomo» de la confrontación política vinculada a la campaña. Hubiera podido ser la comidilla del día, pero allí estaba Nacho Cano.