Madrid

Gastrochic

Brasas a toda máquina

Desde septiembre, La Máquina ha cambiado de nombre y de esencia

Restaurante La parrilla de la Máquina, en Jorge Juan
Restaurante La parrilla de la Máquina, en Jorge JuanCristina BejaranoLa Razón

Probablemente, quien esté leyendo estas líneas habrá reservado más de una vez y de dos en Lux Madrid, impresionante espacio de La Máquina, que desde el pasado mes de septiembre ha cambiado de nombre y, por supuesto, de esencia. En La Parrilla de la Máquina se come igual de bien, ya que el productazo que llena cada uno de los dieciséis restaurantes del grupo es de una calidad excelente, aunque no todos los establecimientos cuentan con la misma propuesta gastronómica. Si el primero en dar que hablar fue el emblemático local situado en la madrileña calle de Sor Ángela de la Cruz, poseedor de una de las mejores barras de la capital, en este concepto recién estrenado se otorga la importancia que se merece a las carnes y los pescados, elaborados en brasas de carbón de encina. Cuenta con dos pisos y nosotros escogemos una de las mesas altas, situadas cerca de la entrada a pocos metros de la inmensa barra, aún sólo habilitada para comer sentados. Arriba, una acogedora sala cuenta con mesas con vistas a la cocina vista y a la parrilla manejada por un equipo de maestros del fuego. Pero cuidado, que a nadie se le ocurra pensar que los Tejedor se han subido al carro de la tendencia de las brasas, ya que de las de Casa Narcisa salen desde hace años verdaderas delicias en su punto óptimo de elaboración. Echamos de menos Puerta 57 y nos aseguran que abrirá después de verano mientras que el Asador Esquina aún no tiene fecha de apertura.

A fuego vivo

Dicho esto, abrimos boca con la imprescindible ensaladilla rusa. Lo es por el buen tratamiento, que el cocinero realiza a los ingredientes y continuamos con el puerro confitado a la brasa, por supuesto, para degustar con romesco, y con las alcachofas a la parrilla con lascas de ibérico. Son sólo un par de ejemplos de las recetas, que componen la cuidada oferta de vegetales, en la que destacan unas verduritas fritas con gambas, el muy demandado pisto casero con huevo, el aguacate con carabinero a la brasa y la ensalada, también pasada por las llamas con su lechuga, su ventresca de bonito, tomates Cherry, huevo y aguacate. La fabada es un clásico, lo mismo que los callos, pero nosotros nos decantamos por el rape a la brasa, que es una bendición, con un logrado punto de cocción insuperable, lo mismo que el entrecot de raza Ayrshire, cuya carne es tierna, posee una alta infiltración y una textura de grasa muy suave y agradable. Buena tarta en la que el queso azul está presente de verdad, perfecta selección de vinos por copas y mejor la recomendación del Pruno, de Bodegas Finca Villacreces.