Tecnología
Estos son los vehículos del futuro que se probarán en el barrio de Villaverde
Este enero comienzan a «testearse» los vehículos inteligentes que convivirán con nosotros: desde drones y robots de reparto hasta turismos autónomos
Desde un robot que lleva comida a domicilio hasta un coche autónomo asequible a todos los bolsillos, pasando por un dron que transporta de forma urgente medicamentos hasta los hospitales. Ingenios que, hasta hace muy poco, estaban aparcados en la parcela de la ciencia ficción, se encuentran ahora a un paso de dar el salto a las vías urbanas. Así ocurrirá en la ciudad de Madrid. Y, más concretamente, en Villaverde. El distrito del sur de la capital ya ejerce de «sandbox» de innovación; esto es, un «minilaboratorio» de los inventos que están llamados a liderar la movilidad del futuro más inmediato.
Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos puestos en marcha por la Asociación Madrid Futuro, conjunto de empresas y entidades sociales sin ánimo de lucro, creado para la recuperación de la ciudad, y el Ayuntamiento de Madrid. Concretamente, a través del Área Delegada de Innovación y Emprendimiento. Como explica a LA RAZÓN el titular del Área, Ángel Niño, el «sandbox» de Villaverde contará con una superficie de 20 kilómetros cuadrados, lo que provocará que sea el espacio de pruebas más grande de Europa, «solo similar a los ya existentes en Singapur y California». «Se trata de una iniciativa que nos posiciona como referente en innovación a nivel europeo y a nivel internacional», añade Niño. Así, durante esta fase inicial, el Ayuntamiento otorgará licencias específicas para testear cada uno de los productos en un entorno seguro y durante un periodo de tiempo limitado.
NEVA
El «kilómetro cero» de este laboratorio se encuentra en la Nave de Villaverde. Será allí, a partir del próximo mes de enero, donde se empiecen a poner en funcionamiento varios prototipos. Uno de ellos es el coche autónomo ideado por la Universidad de la Nebrija y la empresa madrileña FEM Expert. Se trata del vehículo bautizado como NEVA. Este turismo combina lo que es la ingeniería puntera (sensórica, mecánica, inteligencia artificial, «machine learning»…) con otros campos como la informática, la ética, la psicología o las cuestiones legales. Y es que el potencial de los turismos autónomos es inabarcable: realizar transportes de mercancías a lugares de alto riesgo; ejecutar trayectos muy repetitivos en los que la fatiga de los conductores es un factor de riesgo; la movilidad para personas con discapacidad, mayores, niños...
El «problema» de estos vehículos es su alto coste. Según Francisco Badea, director general de FEMExpert y profesor de la Universidad Nebrija, estamos hablando de máquinas que podrían estar en torno a los 500.000 de euros. Por eso, el objetivo principal de NEVA será «democratizar el desarrollo y fomentar el uso del vehículo autónomo a unos costes razonables», apunta José Luis Olazagoitia, investigador principal en la Universidad Nebrija. Y es que, en diez años, podríamos ya ver vehículos autónomos circulando por la ciudad.
Robots de reparto
Uno de los sectores que ha experimentado mayor «boom» durante la pandemia es el del reparto a domicilio. A este fin, la empresa de robótica Delivers. AI trabaja en un prototipo, el «Autonomous Robotic Delivery Service». Villaverde acogerá las pruebas de una máquina que nace para «mejorar la vida de las personas en las ciudades inteligentes, al tiempo que ayuda a las plataformas de pedidos en línea a optimizar su logística de última milla y, así, reducir los costes de entrega», afirma Ali Kutay Yarali, fundador y director ejecutivo de Delivers.AI. De hecho, el proyecto cuenta con la colaboración de las compañías Glovo y Goggo, empresa habilitadora de servicios de movilidad autónoma.
Foodtruck autónomo
También por iniciativa de Goggo se pondrá en marcha el «Foodtruck autónomo». No en vano, en estos últimos años, los «foodtrucks» son otro de los servicios, como ocurre con los patinetes, a los que se les busca un espacio en las ordenanzas municipales. Este en concreto, bautizado como Goggo Cart, será el primero autónomo de toda Europa en operar en vías públicas: se desplazará sin necesidad de un conductor a diferentes puntos de venta; los consumidores sólo tienen que acercarse al Goggo Cart, elegir lo que deseen comer, pagar mediante un servicio «contactless» y recoger su comida; y, además, en la aplicación móvil se podrá consultar la posición del vehículo y los productos disponibles en tiempo real. Una vez terminadas las existencias, el «foodtruck» se dirigirá a restaurantes locales cercanos para abastecerse, además de recargar sus baterías una vez terminada la jornada.
«Con iniciativas como este Sandbox, la ciudad de Madrid muestra su compromiso con el futuro y la innovación. En Goggo Network creemos que la tecnología de la movilidad autónoma será fundamental para construir las ciudades del futuro y, por eso, seremos el primer operador de vehículos autónomos en Europa en disponer de servicios de hostelería y delivery en la vía pública, desarrollando proyectos que pongan la tecnología al servicio de los ciudadanos y les hagan la vida más sencilla», afirma Eduardo Uriarte, vicepresidente de Goggo Network.
Drones en el espacio aéreo
Por último, otro de los proyectos que se pondrán en marcha en el «sandbox» es Openvia Air, una de las líneas de negocio de la plataforma tecnológica de Globalvia. En este caso, hablamos de drones que conformarán la «movilidad aérea urbana» en la región, sembrando la semilla de un ecosistema de movilidad eVTOL (vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje en vertical). En resumen, se trata de vehículos aéreos autónomos tanto urbanos como de medio recorrido: desde la conexión con áreas desconectadas o de difícil acceso, hasta el transporte urgente de órganos o equipamiento sanitario.
«Que grandes empresas y startups puedan probar su innovación y sus artefactos en Madrid, en un entorno real, nos ayudará a generar empleo de alto valor añadido (entre 3.000 y 5.000 puestos de trabajo) e inversión (300 millones de euros en las fases iniciales). Madrid será una ciudad más atractiva para grandes, medianas empresas y startups tecnológicas que se ubicarán y desarrollarán su actividad económica aquí», afirma por su parte Ángel Niño.
El delegado de Innovación señala uno de los valores añadidos del «sandbox»: la idea es que todos estos ingenios no se queden solo en un campo de pruebas, sino que puedan ser probados por los propios madrileños in situ. «El hecho de que los vecinos de la capital y de Villaverde estén en contacto habitual con drones de reparto, foodtrucks autónomos o vehículos autónomos, por poner unos ejemplos, va a contribuir a su adaptación frente a los cambios y desafíos que vive nuestra sociedad. Si queremos que todos los chavales de entre 15 y 20 años se vean atraídos por el conocimiento tecnológico y científico desde edades tempranas, qué mejor que puedan ver en su día a día cómo se prueban las innovaciones que definirán la transformación urbana y los empleos del futuro», concluye Niño.
ENTREVISTA: Pablo Vázquez/Director de Madrid Futuro
«Queremos atraer talento y ayudar a un barrio con un pasado difícil»
Hasta 99 entidades se han sumado ya a Madrid Futuro. Ni qué decir tiene que, a lo largo de 2022, el director de la asociación, Pablo Vázquez, espera superar el centenar. Impulsada desde la sociedad civil, Madrid Futuro nace como una «lanzadera» de proyectos con un único objetivo: promover la recuperación de la capital tras dos años de crisis.
Las primeras pruebas de este «sandbox» están enfocadas a la movilidad...
La movilidad es uno de los sectores que presenta más innovaciones. Nos hemos encontrado muchas iniciativas. El mejor ejemplo es el de los patinetes eléctricos: hace pocos años, nadie habría augurado que nos moveríamos así por la ciudad. Hemos empezado por la movilidad porque es el área en el que se están desarrollando más ingenios. Y lo que se pretende es ver cómo se pueden incorporar a la ciudad, así como las modificaciones y regulaciones que se precisan para que estén entre nosotros. Primero, los «testamos» en el «sandbox», que es lo que podríamos considerar un laboratorio. Y si de ahí nace una experiencia exitosa, podríamos llevarlos a la ciudad.
¿El «sandbox» de Villaverde es permanente?
La idea es que se quede para siempre. De hecho, iremos probando los prototipos. Por ejemplo, realizaremos un primer reparto a través de estos vehículos de paquetes de medio kilo, durante tres meses, en viviendas unifamiliares. Después, iniciaremos una segunda fase, en la que los robots cargarán con más peso... La implantación de cada fase dependerá de su éxito. Está previsto que la mayoría de proyectos se prueben durante un plazo de seis meses. Queremos abrir una oficina física a principios de 2022. El objetivo es que, a lo largo del próximo curso, podamos lanzar alrededor de 40 prototipos. Tenemos un montón de propuestas. Y tener la oportunidad de contar con una gran ciudad como Madrid para probar estos ingenios, supone una referencia muy importante para una futura comercialización. Ya hay gente de Asia, Estados Unidos y Europa interesada. Estamos convencidos de que va a ser un revulsivo para toda la ciudad.
¿Por qué en Villaverde?
Se trata de un trabajo que hemos realizado muy mano a mano con Concha Chapa, concejala de Villaverde. Se trata de una zona que, en el pasado, contó con una gran tradición de innovación industrial. Por otro lado, también queríamos imprimir un carácter social al proyecto para recuperar el barrio, implicar a institutos y colegios de la zona, y que los chicos que salgan del instituto puedan incorporarse, si así lo desean, a estas empresas. Nos gustaría que el proyecto también sirva para impulsar un barrio con un pasado complicado.
¿Qué otros inventos se probarán?
Tendremos un ritmo de tres o cuatro al mes. Estamos mirando parkings infantiles inteligentes, semáforos inteligentes, robots de vigilancia (con un diseño similar al de un perro, con cámaras incorporadas, sobre todo para vigilar zonas apartadas)... Hay que ser humildes: nos falta mucho para poder compararnos con otros. Pero Madrid está en el momento de dar un paso adelante y convertirse en una de las grandes capitales europeas, también en lo que respecta a atraer talento e innovación.
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