Invasión de Ucrania
El cartel que vincula al comunismo y la extrema derecha con el apoyo a Putin
En la calle Velázquez, y de manera anónima, figura las viñetas del fruto que les une a ambos
En el barrio de Salamanca ha aparecido un cartel anónimo que, por medio de unas viñetas, busca escenificar el “romance” que une al comunismo y a la extrema derecha y el fruto que da la suma de ambos: el apoyo al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Situado en la calle Velázquez, el cartel se encuentra tapando un anuncio de “plantar árboles y flores” donde, de manera anónima, se han colocado cuatro viñetas en blanco y negro. Dos de ellas, y a modo de símil, escenifican las relaciones que mantendrían la esvástica nazi y la hoz y el martillo -ambos símbolos empleados como cara de dichos dibujos-. Para, a continuación, dejar ver que, después de su “amor-odio”, terminan por unirse en una relación en la que gestan entre ambos un bebé: el del apoyo a Putin, simbolizado a través de la “Z”, letra que representa a los partidarios de la invasión rusa de Ucrania. El uso de esta letra comenzó a extenderse días antes del 24 de febrero de 2022 en que se inició la operación, pintada en vehículos de las tropas rusas en la frontera ucraniana. A día de hoy esta última letra alfabética ha sido cancelada en múltiples empresas. Por ejemplo, la compañía Zurich Seguros decidió retirar su Z de todas sus cuentas de redes sociales, explicando que su logo (una zeta blanca sobre fondo azul) desaparece para que nadie malinterprete la imagen como un apoyo velado a Rusia en el conflicto. Y es que ahora ésta letra ya es considerada en muchos países como “apología” de la invasión.
Paralelismos
El cartel hallado en el barrio de Salamanca subraya la paradoja en la que confluyen la extrema derecha y el comunismo en varios parlamentos del mundo donde se ha mostrado el apoyo a Putin.
Entre ellos se encuentra el que protagonizó la Liga y el Movimiento Cinco Estrellas cuando el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, intervino en el Parlamento de Italia. Mientras éste recibía el apoyo contundente del primer ministro italiano, Mario Draghi, algunos diputados y senadores de la Liga y del Movimiento Cinco Estrellas –la mayoría de ellos, ex militantes ahora en las filas de otros grupos parlamentarios- se ausentaron durante la intervención de Zelenski por considerar que el país transalpino debe permanecer neutral en el conflicto. Una actitud que no sorprendió, ya que durante el gobierno de coalición de la Liga y el M5E entre el 2018 y el 2019, Roma estrechó aún más los históricos lazos económicos y políticos que la unen a Moscú, en parte, gracias a la estrecha relación personal entre Putin y el ex primer ministro, Silvio Berlusconi.
También la visita a Polonia del líder italiano Matteo Salvinise vio trastocada después de que el alcalde de una localidad fronteriza mostrara, ante el líder de la Liga, la camiseta con la imagen del presidente de Rusia, Vladimir Putin, con la que el político ultraderechista no dudaba en posar antes de la invasión de Ucrania. Fue entonces cuando un periodista, al ver que Salvini se marchaba, le instó a que aprovechara el momento para “condenar a Putin”. Pero el italiano se fue malhumorado, sin responder.
También Unidas Podemos se ha retratado durante la invasión a Ucrania. Por un lado se opusieron al envío de armas al considerar que “esta no es la medida más eficaz para que el conflicto acabe cuanto antes”, lo que abrió una nueva grieta en el Gobierno de Pedro Sánchez con sus socios. Por otro lado, en la intervención de Zelenski en el Congreso de los Diputados, el ministro de Consumo, Alberto Garzón no aplaudió a las palabras pronunciadas por el presidente ucraniano.
En Hungría, Viktor Orban está sosteniendo en las últimas semanas un contorsionismo político para seguir reteniendo a su país en la esfera de la UE y de la OTAN, pero sin provocar a Vladimir Putin. Esto no le ha impedido volver a ganar por quinta vez los comicios en Hungría. Orban es “el mejor aliado” de Putin en la UE ya que sigue sin condenar la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, sí que firmó la carta de la Cumbre de Madrid donde acordaron defender a Europa de las amenazas exteriores e interiores, impulsando una alternativa que haga frente a la deriva globalista, que amenaza a la Unión Europea atacando la soberanía de las naciones.
También la invasión rusa de Ucrania ha dado un importante giro en la batalla por el Eliseo. Enmanuel Macron se ha visto arrastrado al frente diplomático mientras sus rivales “sueñan con un Putin de Francia”. De hecho, la ultraderechista Marie Le Pen, rival en la segunda vuelta de Macron, también firmó la carta de la Cumbre de Madrid y ha tratado de desmarcarse de la invasión rusa asegurando que “nada justifica la operación militar de Rusia contra Ucrania, que rompe el equilibrio de paz en Europa”.Le Pen se obstina en deshacerse en pocos días de la imagen de “rusófila” que se ha labrado. De hecho, en plena campaña, para ganar estatura internacional, visitó a Putin y, poco después, financió su partido con el préstamo de 9 millones de euros de un banco ruso que todavía no se ha terminado de pagar. Sus rivales han rebuscado en su pasado frases que, leídas ahora, son dinamita para su campaña: “Sueño con un Putin francés”, decía en 2018 para defender la necesidad de un líder fuerte y con autoridad.
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