Turismo

Madrid no cierra: así será su verano más intenso (y rentable) en años

Tras la Cumbre de la OTAN, se solapan en la capital el MADO y el Mad Cool, dos citas que, entre otras, supondrán una lluvia de millones para la ciudad

Asistentes a la fiesta de bienvenida del festival Mad Cool 2019
Asistentes a la fiesta de bienvenida del festival Mad Cool 2019Kiko HuescaAgencia EFE

Madrid vivirá un comienzo de verano marcado por un «efecto champán» que lleva cogiendo fuerza desde la primavera de 2020. Tras más de dos años de restricciones, aforos limitados y, en resumen, miedo al coronavirus, la capital recuperará en los próximos días, y en todo su esplendor, algunos de los eventos más multitudinarios y con mayor proyección internacional. Muchos de ellos ausentes desde 2019 y con ganas de recuperar el tiempo perdido. Como recuerda Almudena Maíllo, concejala delegada de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, hablamos de citas que «nos van a dar una enorme proyección internacional, además de un impulso al sector». Y es que, «después de los años durísimos que el sector turístico ha vivido, y que serán difíciles de compensar», Madrid «se está recuperando con fuerza». Algo que, asegura Maíllo, ha sido posible gracias «al empuje de las empresas y a la estrategia turística del Ayuntamiento de Madrid».

Así, lo que se presenta como un verano atípico, será, en realidad, un verano «prepandémico», si bien en los tres últimos años parece que nos hemos habituado a la «nueva normalidad». Con todo, el primer gran evento no será lúdico, pero sí de extraordinaria importancia política para Madrid. Un cuarto de siglo después, la capital acogerá la Cumbre de la OTAN. Cuarenta delegaciones, más de 5.000 asistentes, entre ellos 2.000 periodistas acreditados, están convocados los próximos días 29 y 30 de junio. Una presencia masiva que ya ha tenido su primer retorno económico: los hoteles madrileños, especialmente los de la zona de Centro y de los alrededores de Ifema, epicentro de la Cumbre, ya están entre el 90% y el 100% de su ocupación. Además, como apunta Almudena Maíllo, la media hotelera en el conjunto de la ciudad superará fácilmente el 80%. Con todo, se espera que la cita de la OTAN tenga además una repercusión importante para la proyección internacional de la imagen de Madrid.

Sin tiempo prácticamente para descansar, la capital acogerá entre el 1 y el 10 de julio una nueva edición del MADO.Las Fiestas del Orgullo regresan tres años después, desde la última edición que se celebró con plena normalidad. Si nos atenemos a las cifras de la fiesta del 2019, las calles de Madrid, especialmente las más céntricas, podrían acoger a más de 1,5 millones de asistentes.

Celebración del MADO del 2017 en Madrid
Celebración del MADO del 2017 en Madridlarazon

Desde Cibeles señalan la importancia del segmento LGTBI en el turismo mundial: suponen alrededor de un 10% de los visitantes en todo el mundo, acumulando el 16% del gasto total en viajes, lo que representa casi 200.000 millones de euros al año, según las estimaciones del World Travel & Tourism. Más concretamente, nuestro país recibe de manera anual siete millones de turistas del colectivo LGTBI, que, además, realizan de cuatro a seis viajes más que la media y gastan un 33% más que el resto. Cifras, todas ellas, que dejan dos importantes saldos para España: es el país europeo con mayor beneficio económico en este segmento –el 20% del turismo LGTBI de la UE se desarrolla dentro de nuestras fronteras– y también es el segundo a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos.

Desde Cibeles se ha tomado buena nota de este incremento. De hecho, el Área de Turismo ha patrocinado el MADO 2022 con una inversión de medio millón de euros. No en vano, el impacto que ha tenido el turismo LGTBI en el PIB español en los años previos a la pandemia superó los 6.000 millones de euros anuales. Cerca de un 0,5% del total.

Paralelamente al MADO, también regresa a la ciudad el gran macrofestival de música de la capital tras dos años de suspensiones. Pese a su corta existencia –solo cinco ediciones desde 2016–, el Mad Cool se ha convertido en una cita anhelada para los amantes del rock y el pop de todo tipo de estilos y sensibilidades. El plantel no ha defraudado: desde los sonidos más duros de Metallica y Muse, pasando por el pop más intimista de Imagine Dragons o el más festivo de The Killers, y hasta la nostalgia de bandas alternativas de los noventa como Placebo o Pixies, el cartel de «no hay billetes» lleva colgado desde hace varias semanas.

Puede que el beneficio económico del Mad Cool no alcance las cotas del MADO. Sin embargo, el éxito de esta nueva edición, patrocinada por el Ayuntamiento con 1,4 millones de euros, hace presagiar una nada despreciable lluvia de millones para Madrid. Durante 2019, año de su última edición, el festival atrajo a más de 186.000 asistentes: un 41% (76.071) procedentes de Madrid; un 29% (54.182) del resto de España; y un 30% (55.876) internacionales. En lo que respecta a este último segmento, se contabilizaron hasta 86 países de procedencia, siendo los más representados Gran Bretaña, EE UU, Italia y México. En líneas generales, hablamos de espectadores que, en un 40% de los casos, estaban en un rango de entre 25 y 34 años.

¿En qué se tradujo toda esta afluencia? En un gasto de 12,5 millones de euros por parte de los asistentes, sin contar el gasto de las entradas ni el efectuado dentro del recinto de Ifema, lo que supone un incremento del 41% desde 2016 y un 16% respecto a 2018. También hay que tener en cuenta lo que supuso la cita en términos de empleo: más de 4.600 contrataciones de duración mensual, sumadas a las más de 400 directas de los organizadores del festival. Los sectores hostelero y del comercio minorista también se vieron favorecidos, con incrementos en las contrataciones indirectas e inducidas de más del 30%.

En general, hay «ganas» de festivales al aire libre después de tres años. Supondrán uno de los grandes atractivos de la ciudad en las próximas semanas. Prueba de ello son las Noches del Botánico, que, con un cartel en el que se encuentran nombres como los de Tom Jones, Juanes, Steve Vai, Crowded House, Patti Smith o Estrella y Kiki Morente, ha vendido en su primera semana 100.000 entradas. Las previsiones son tan buenas que el Hipódromo de la Zarzuela acogerá el Push Play Festival, del 26 de junio al 3 de septiembre, un festival que trata de expandir el «espíritu» de los conciertos del Botánico. Tampoco puede obviarse uno de los «clásicos» madrileños de esta época del año: los Veranos de la Villa, organizados por el Consistorio, verán duplicado su espacio con 70 actividades. En este caso, sí se celebraron el pasado verano, alcanzando, pese a las restricciones, más de 70.000 espectadores. Para esta edición, se esperan 90.000.

Otro de los puntos que no cerrarán en verano son los musicales, convertidos en uno de los grandes imanes turísticos de la capital. «Tina», en el Teatro Coliseum, seguirá representándose hasta el 10 de julio y estrenará segunda temporada el 16 de agosto. Tampoco se tomará muchas vacaciones «El Rey León», en el Lope de Vega, que echará el cierre el 17 de julio para regresar apenas diez días después, el 28 del mismo mes.

No todo será cultura y espectáculos. Además de la Cumbre de la OTAN, Ifema acogerá del 6 al 9 de julio el EASST 2022. Las siglas responden a la Asociación Europea para el Estudio de la Ciencia y la Tecnología, lo que convierte a la cita en uno de los eventos científicos más atractivos del año. Se celebrarán más de 80 conferencias, impartidas por profesores, científicos y expertos de las mejores universidades y centros de investigación a nivel mundial.

Por último, una cita ahora mismo en curso y diferente a todo lo visto hasta ahora: el Torneo de Candidatos de ajedrez, que reúne en el Palacio de Santoña, en el céntrico Barrio de las Letras de Madrid, a los ocho jugadores que tratarán de luchar por el título mundial. Un total de 120 minutos para las primeras 40 jugadas, 60 minutos para las siguientes 20 jugadas, y 15 minutos para el resto de la partida, con un incremento de 30 segundos por jugada a partir de la jugada 61. Todo un reto intelectual que demuestra que en Madrid, durante este verano, cabe de todo.