Patrimonio
La otra alondra de la escultura de Lorca está lista para volar
Las hijas del escultor han ofrecido la copia en resina de poliéster para completar la estatua vandalizada
Han dado un paso al frente ante la situación provocada por un o unos desaprensivos. Esperanza y Marcela López Parada, las hijas del escultor de la estatua de Federico García Lorca frente al Teatro Español, que ha sido recientemente vandalizada, han mostrado su disposición a colaborar en la reposición de la alondra que ha desaparecido de las manos del poeta.
Tal y como han trasladado fuentes municipales, las hermanas López Parada cuentan en su haber con la pieza en resina de poliéster y han realizado su ofrecimiento para colaborar con la Dirección General de Patrimonio Cultural en el restablecimiento de la pieza en la escultura. La pieza, que fue buscada en un primer momento por los alrededores de la estatua, con la esperanza de que los vándalos la hubieran tirado a un contenedor de basura cercano, no ha sido encontrada. Por ello, si no apareciera la pieza, se tramitará su restauración con la colaboración directa del taller del autor.
La Dirección General de Patrimonio Cultural realizó una visita de inspección encontrando «el monumento vandalizado, habiendo sido arrancada la alondra y en su lugar encontrándose unos botes, que son retirados».
Analizaron los puntos de soldadura, que fueron directamente arrancados sin sufrir mayores daños en el bronce que forma parte de las manos del poeta y del resto de la escultura. Estas mismas autoridades culturales, como se comentó desde un primer momento, realizaron una búsqueda en los alrededores por si la pieza estuviera tirada en su cercanía, hablando también con los servicios de limpieza y los camareros de las terrazas adyacentes.
Yerma
La historia que envuelve esta estatua, ahora vandalizada, refleja a la perfección el amor al teatro. Al cumplirse el cincuenta aniversario del estreno de «Yerma», el entonces director del Teatro Español, Miguel Narros, solicitó al Ayuntamiento de Madrid la colocación de una estatua en recuerdo del escritor granadino para instalarla en la plaza de Santa Ana, frente al Teatro.
Fue realizada por el escultor Julio López Hernández entre 1984 y 1986 y estuvo instalada en el Cuartel del Conde Duque diez años, hasta la finalización de las obras de la plaza. Se trata de la figura completa, de tamaño natural y en bulto redondo, del genial poeta y dramaturgo Federico García Lorca, vestido con traje de chaqueta.
Está representado en pie y sujeta entre sus manos una alondra a punto de volar para posarse en el teatro; la pierna derecha está ligeramente retrasada para dar sensación de movimiento. Descansa sobre un pedestal de granito con una lápida de caliza en la parte frontal con inscripción.
La iniciativa de las hijas del escultor va en la buena dirección tras el asalto a la figura y la memoria de García Lorca en un plaza emblemática para todos los que aman el teatro. Un espacio en el que Lorca seguirá compartiendo lugar con Calderón de la Barca, otro genio del teatro español, que le acompaña a unos metros de distancia en una plaza escenario de ingenio, que desde antiguo amparó corrales de teatro.
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