A pie de calle

En la piel de Chucky y Super Mario a casi cuarenta grados por el centro de Madrid

Sin horario y percibiendo entre ocho y diez euros diarios, este año estos personajes infantiles han afrontado un calor extremo en su búsqueda de turistas con los que fotografiarse

Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza Mayor
Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza MayorDavid JarLa Razon

Resulta difícil dedicarse a sacar sonrisas cuando las circunstancias propias son tan arduas. La pandemia ya dejó una fuerte cicatriz para los mimos y para aquellos que se disfrazan de personajes o muñecos infantiles. Y, desde entonces, las cosas no han hecho más que empeorar, tal y como ellos nos reconocen. En pleno verano se enfrentan al descenso de transeúntes, pues la gente está fuera de vacaciones y la mayoría de comercios se encuentran cerrados, a excepción de heladerías y tiendas de souvenirs. Por otro lado, la Puerta del Sol, uno de los lugares donde más recaudan estos trabajadores, se halla completamente en obras. Y, por si fuera poco, hay que sobrellevar la jornada a una sensación térmica de más de 40 grados.

Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza Mayor
Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza MayorDavid JarLa Razon

Debido a la falta de espacio por el centro de la plaza, Chucky da cortos paseos alrededor de la pastelería de La Mallorquina, en Sol, intentando atraer a los niños que salen contentos con su dulce. No da mucho resultado: «Llevo trabajando unos tres años como mimo alrededor de las zonas de Sol y Plaza Mayor y cada vez la cosa está peor». No conoce de vacaciones ni de escapadas al mar: «Sin excepción, todos los días que hay oportunidad para sacar el pan de la familia me planto aquí», confiesa. No tiene un horario fijo, empieza a las 10 hasta las 14 horas y continúa por la tarde hasta las 20 horas aproximadamente; tanto tiempo para acabar percibiendo entre ocho y diez euros diarios: «Antes de la Covid-19 se llegaban a hacer hasta 15 euros, pero llegó la maldita pandemia, cuando hasta algunos compañeros murieron, y todo se empezó a venir abajo». Chucky está deseando que llegue de nuevo el invierno porque este calor se le está haciendo muy sofocante: «Es insoportable. Como decís los españoles, hay que tener cojones para ponerse un muñeco de estos. El truco para aguantar no es más que ser activo y joven. Uno sale a sonreír a la gente y la gente a veces responde con maltrato. No es obligatorio que nos den dinero, pero deberían de tener consideración al ver nuestras condiciones. Además, aquí es barato en comparación con otros lugares, porque en América Latina una foto son 10 o 20 dólares, en Madrid, en cambio, es la voluntad».

Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza Mayor
Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza MayorDavid JarLa Razon

En la Plaza Mayor está Mickey, quien se enfrenta como muchos otros al desconocimiento del idioma y responde que no habla español, aunque con mímica y alguna que otra palabra suelta se entiende su mensaje: «Llevo trabajando cuatro años y este verano está siendo el peor, el calor es insoportable y apenas hay gente. Por foto suelo recibir 20 o 30 céntimos». Sin embargo, a diferencia de otras profesiones, Mickey no dispone de turnos de descanso, aire acondicionado o vestuario veraniego. Su indumentaria es la misma con 40 grados que con 10. Poco más pueden hacer que quitarse la máscara e inhalar unas caladas de aire (no) fresco.

Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza Mayor
Mimos disfrazados de Mickey, Mario Bros y Chucky en la Plaza MayorDavid JarLa Razon

También pasea por la Plaza Mayor el personaje más icónico de la primera Nintendo, Super Mario Bros. «Trabajo 12 horas al día. Es un trabajo muy duro y ahora en verano apenas hay gente. Con este calor intentamos beber agua siempre que podemos». Está claro que ya de por sí es un trabajo sacrificado, pero el ardor del asfalto el pleno agosto y el material de la indumentaria desde luego que no ayudan. Los comerciantes de los pocos locales abiertos de la zona coinciden en la áspera temporada que sufren en verano. Según la AEMET ha sido el peor junio desde hace 20 años, quien puede cierra y se va de vacaciones, pero a otros, en cambio, no les queda más remedio que resistir.