Patrimonio
El diagnóstico de la Puerta de Alcalá: más deteriorada de lo previsto y un año de trabajo para conservarla
Las obras para preservar el monumento contarán con una inversión de tres millones de euros
La Puerta de Alcalá ya tiene su diagnóstico. Y la principal conclusión es que este emblemático monumento de la capital precisa de una “intervención inmediata” para preservarlo. Unos trabajos que abarcarán un año, que se espera que comiencen dentro de un mes y para los que será necesaria una inversión de algo menos de tres millones de euros.
“Estos trabajos nos han indicado que, si bien estructuralmente la Puerta está bien, requiere una intervención inmediata para su conversación. La Junta de Gobierno dispondrá mañana de un contrato especial de urgencia”, avanzó la delegada de Cultura, Turismo y Deportes, Andrea Levy.
Como ha recordado esta mañana Luis Lafuente, director general de Patrimonio del Ayuntamiento, la última actuación de calado se llevó hace 30 años, en 1992. “Desde los inicios de la legislatura éramos conscientes de que necesitaba un estudio en detalle y tomar después de las decisiones correspondientes. Era algo prioritario”.
Según han revelado los estudios, la Puerta de Alcalá se encuentra en una “situación de deterioro mayor de lo que se había previsto”. De ahí que se posponga el desmontaje del actual andamio situado en el monumento, “al ser este un elemento que actúa de manera doble, aportando tanto seguridad como protección al propio monumento”.
Los informes señalan principalmente tres problema. El primero, que los dos tipos de piedra que conforman el monumento presentan indicadores de deterioro: el granito de la fachada y la cornisa se encuentra arenizado y la piedra caliz de Colmenar de Oreja (que conforma los grupos escultóricos y algunos relieves) presenta planos de debilidad mecánica.
El siguiente punto, señala un “elevado grado de corrosión” de los vástagos, grapas y refuerzos metálicos de las esculturas. Unos elementos que, en algunos casos, son originales de la fecha de construcción, y que en otros se han ido incorporando en restauraciones posteriores (por ejemplo, en 1860).
Por último, el tercer problema tiene su origen en la cubierta de plomo: no es ventilada y provoca humedad constante en los materiales que le sirven de soporte, encontrándose a su vez el metal carbonatado por su cara interior.
“Se detectaron unas primeras patologías, se vieron causas y posibles soluciones y ahora se están viendo los procedimientos adecuados para que sobreviva siglos”, afirmó durante la presentación del estudio Marta Hernández Azcutia, subdirectora general del Instituto del Patrimonio Cultural de España.
Ana Laborde, conservadora-restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural, relató que la parte superior del conjunto se encontraba “muy comprometida”, como habían avanzado los técnicos del Ayuntamiento. La primera acción fue realizar una investigación documental para obtener más información sobre las materiales y las técnicas de ejecución de la Puerta. Se llevó a cabo un escaneado tridimensional del monumento, se instalaron los medios auxiliares y se realizó un registro pormenorizado de cada elemento. Así, se encontraron, además de daños naturales, impactos de balas de cañón y otros proyectiles. “Se encuentra en un entorno urbano, en un ambiente contaminado. ¿Lo podemos evitar? No, la Puerta no es una pieza de museo. Pero podemos cuidarla y mimarla”, apuntó Laborde.
En total, la intervención sobre la Puerta de Alcalá sumará un total de diez acciones: la sujeción mecánica de los grupos escultóricos; el engasado de las partes con riesgo de desprendimiento; la retirada de la cubierta de plomo y los rellenos necesarios para alcanzar la base firme; retirada de morteros sueltos o en mal estado; retirada de elementos metálicos oxidados, grapas y otros añadidos; restauración con cosido mecánico, sellado con mortero de cal y reintegración de los elementos necesarios; desmontaje de aquellos grupos escultóricos en los que no se pueda alcanzar el trabajo de todos los elementos, de forma que se proceda a restaurar la piedra y el montaje con nuevos elementos estructurales; sellado con mortero y cal; restauración de fachadas mediante limpieza, consolidación e hidrofugante; y, por último, el control arqueológico y el levantamiento documental de todas aquellas actuaciones que lo requieran.
Elsa Soria, conservadora-restauradora de Titano Estudio, empresa encargada de los estudios previos. “La primera intervención sobre la Puerta es de 1869, con la eliminación de postigos, derribo de la cerca, y retirada de vegetación. Se dañó la escultura de la Justicia, que perdió sus brazos y cabeza”, comenzó. Así, el análisis termográfico del monumento ha permitido observar aquellas zonas de la piedra que sufren más humedades.
Pese a todo lo expuesto, Luis Lafuente cree que todos estos problemas pueden ser solventados. “La Puerta de Alcalá requiere una actuación inmediata, profunda y completa. Se tardará lo que sea preciso tardar para restaurarla”. Los trabajos correrán a cargo de la empresa adjudicataria Fernández Molina Obras y Servicios. Y durante los mismos, se estudiarán los flujos de tráfico en la zona y hasta qué punto pueden ser perjudiciales para el monumento. “El tráfico es un riesgo más de deterioro”, dijo Ana Laborde. Pero no el único. “La palomina es muy agresiva, los elementos orgnánicos hacen crecer elementos vegetales que son también agresivos para el monumento... No es solo la contaminación. Lo que tenemos que hacer con la Puerta es cuidarla, matenerla y vigilarla”, concluyó Blanca Mora, arquitecta-restauradora y jefa de Servicio de Restauración y Patrimonio Histórico.
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