Un huerto de moringa, la ayuda madrileña que llega a Níger

Luchar contra la malnutrición y evitar la inseguridad alimentaria de la población de Níger es uno de los objetivos de la ONG Connemund, con sede en Madrid, que trabaja desde 2009 en este país, que sufre un grave contexto de inseguridad alimentaria y nutricional, agravado durante la pandemia.

Su responsable para Níger, Jaime Armenteros, asegura que el objetivo de este proyecto es «desarrollar las capacidades locales de producción, transformación y comercialización agrícola, poniendo en el centro de dichas actividades a las mujeres de las comunidades, motor de transforma ción y cohesión social». El proyecto se desarrolla a las afueras de la capital de Níger, Niemey, en una pequeña aldea que se llama Gangel.

Para llegar hasta ella se abandonan las precarias carreteras, casi sin asfaltar que reciben al visitante en la capital para dar paso a caminos de barro y arena. Los niños y niñas corretean con sus chanclas sucias mientras sus madres, ataviadas con vestidos de colores muestran al grupo de periodistas que viajan con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, los productos que cultivan en este huerto desarrollado gracias a los 301.799 euros de ayuda de la AECID.

En la aldea residen alrededor de 2.000 personas en pequeñas viviendas de adobe, casi imperceptibles porque se mezclan con el color marrón de la tierra que lo cubre todo.

En medio de esta aridez y un sofocante calor, emerge un pequeño oasis en el que se cultivan tomates, lechugas y moringa. Esta última hortaliza es una de las más preciadas en la región del Sahel por su alto valor nutritivo y porque necesita poca agua para su cultivo, algo que se agradece en un contexto de cambio climático.

Del proyecto se benefician directamente un total de 449 personas, de las cuales 249, es decir un 55% son mujeres y 200 hombres, en su mayoría menores de 40 años. No en vano, si algo define a Níger, considerado el tercer país más pobre del mundo, es la juventud de su población. Alrededor del 50% es menor de 14 años. De hecho, el país tiene una de las más altas tasas de fertilidad del mundo: 6,2 hijos por mujer.

Molinos y secadoras

Según el responsable de la ONG madrileña, este proyecto está aumentando y mejorando la transformación y venta de productos agrícolas gracias a dos molinos y dos secadoras. Además, y más importante, refuerza la equidad de género al contar directamente con las mujeres.

Otro de sus objetivos está relacionado con la prevención del covid. En los países África Occidental, donde las medidas de higiene son menores que en Occidente, Connemund también trabaja en la sensibilización y protección frente a la Covid-19. De hecho, al entrar en esta aldea sorprende encontrar un puesto en el que pueden observarse varios geles hidroalcohólicos, así como folletos explicativos que advierten sobre la importancia de lavarse las manos como medida de prevención.

Inseguridad alimentaria

La población nigerina sufre desde hace ya cinco años fuertes sequías como consecuencia del cambio climático, que implica que haya entre un 10 y un 15% de población en inseguridad alimentaria todos los años, así como una alta incidencia en la malnutrición infantil, que en el último año ha afectado a prácticamente el doce por ciento de los niños menores de cinco años.

Es por ello que, tras superar el control de higiene en la entrada de esta aldea, una de las mujeres coge en mano a un bebé al que le pone una pulsera que mide su grado nutrición. ¡Está bién!, dice en francés tras señalar uno de los cereales con los que se ha alimentado y que ha sido producido gracias a este proyecto de seguridad alimentaria de Connemund.

Es un proyecto circular con el que los habitantes de la aldea desarrollan una mayor resiliencia ante posibles crisis futuras.

Mujeres empoderadas