Patrimonio

Así será la «nueva» muralla milenaria de Madrid

Se restaurará la fachada de un antiguo edificio de la calle Espejo para crear un centro de interpretación del monumento, que data de entre los siglos IX y XI

Restos de la muralla en el casco antiguo de Madrid
Restos de la muralla en el casco antiguo de MadridDavid Jar

Es uno de nuestros monumentos más valiosos y, a la vez, más olvidados. Hasta el punto de que, pese a los más de mil años que lo contemplan, convive entre matojos, pintadas e inclemencias de toda condición. Se trata de las dos murallas que, entre los siglos IX y XI, rodearon la ciudad de Madrid. La primera, la muralla musulmana, de cuando Madrid aún era Magerit y la península ibérica, Al-Andalus. La segunda, la muralla cristiana, edificada tras la Reconquista y que, como ocurría con la anterior, tenía una finalidad defensiva. A medida que la ciudad fue creciendo, sobre todo tras su designación como capital en el siglo XVI, la fortificación fue desmantelándose. Sin embargo, en su momento de mayor esplendor, se calcula que pudo abarcar una superficie de 33 hectáreas y una longitud superior a los dos kilómetros.

Hace aproximadamente un mes, el Ayuntamiento de Madrid, a través del Área de Desarrollo Urbano que preside Mariano Fuentes (Cs), aprobó un Plan Especial para su protección. El objetivo, poner en valor los lienzos supervivientes y que están desperdigados en varias zonas del casco histórico de la ciudad. En esencia, el Plan amplía la protección ya existente desde 1997, pasando de una superficie de 25.748,19 m2 a un área de 300.873,50 m2. Se trata de tres manzanas: calles Escalinata- Espejo; Almendro-Cava Baja y Parque del Emir (Mayor-Cuesta de la Vega). Así, y de forma progresiva, se trabajará para la recuperación paulatina de los lienzos, así como para la ordenación completa y pormenorizada del ámbito y la catalogación de los elementos protegidos.

Recorrido desde Ópera

Actualmente, el Plan se encuentra en proceso de información pública, lo que permite adentrarse en sus detalles. Uno de ellos es el establecimiento de un centro para la «difusión cultural» de la muralla madrileña. De acuerdo al plan, estará situado en el número 14 de la calle Espejo, uno de los puntos en los que aún pueden observarse los lienzos. El motivo de la elección está en su proximidad a la plaza de Isabel II, en la salida del Metro de Ópera. Un lugar que se prevé como «posible punto de encuentro e inicio de recorrido cultural de aproximación a la Muralla de Madrid». Del mismo modo, la fachada de la planta baja de lo que queda del edificio del número 14 se restaurará y será incluida en el Catálogo de elementos singulares, sirviendo de acceso a este nuevo centro de interpretación.

Por otro lado, el Plan detalla hasta siete nuevas zonas verdes relacionadas con otros tantos emplazamientos en los que han sobrevivido restos de la construcción. En su caso, estarán situadas en el ya mencionado número 14 de la calle Espejo, así como en Escalinata 13 y 21; en los números 2, 11 y 15 de la calle Almendro; y en Cuesta de Ramón, 5. Todas ellas sumarán más de 3.300 metros cuadrados de zonas verdes, siendo la de mayores dimensiones la ubicada en Almendro,3 (757 m2). Dichas zonas pasarán a ser «jardines protegidos» y se conformarán como «espacios de visualización y conocimiento por los ciudadanos de la forma de vida en épocas pasadas de la ciudad». Para ello, se plantea la construcción de «cerramientos que permitan la permeabilidad visual» de los lienzos desde la vía pública.

En cuanto a estas parcelas, cuentan con algunas peculiaridades. Por ejemplo, la de Escalinata 21 ha sido objeto de varias reclamaciones ciudadanas por los grafitis que han ensuciado la muralla. Mientras, la parcela de Almendro 3 lleva utilizándose desde el año 2015 de forma colaborativa entre un grupo vecinal y la Junta Municipal de Centro, dándolo el uso de «jardín con preferencia infantil».

En cuanto a la zona verde ya existente del Parque del Emir, situada entre las calles Segovia y Bailén, pasará a ser «parque arqueológico» y contará con un edificio de categoría cultural. Se trata del inmueble de dos plantas situado en la parcela colindante de la Cuesta de Ramón. Con una superficie de 162,48 m2, «se destinará a usos culturales y como apoyo a las actividades que se desarrollen en el Parque».

Nuevos hallazgos

Una de las posibilidades que se contemplan es la posibilidad de encontrar nuevos vestigios tanto de la época musulmana como cristiana. Así, el Plan regula la integración de posibles hallazgos en los edificios, espacios libres públicos y vías públicas. En el caso de los trabajos que se lleven a cabo en inmuebles con restos constatados de Muralla, las obras deberán ser valoradas por las Comisiones para la Protección del Patrimonio, que estimarán su afección y las medidas pertinentes a tener en cuenta para su protección y puesta en valor.

Por último, el informe de viabilidad económica prevé una inversión pública de 9,6 millones de euros derivada de este Plan Especial. Del mismo modo, se realiza una estimación sobre la duración de los trabajos: entre 2023 y 2024 se llevará a cabo la aprobación del planeamiento y la realización de los trámites de adquisición de las parcelas de las nuevas zonas verdes; y entre 2024 y 2025 se ejecutarían los trabajos en dichas parcelas.

Auge y declive

  • El primer recinto islámico se articulaba en torno a la extinta Puerta de la Vega, que constituía el principal acceso a Madrid. Se situaría en el entorno de lo que hoy es la plaza de la Armería y la Catedral.
  • El recinto cristiano mantuvo la Puerta de la Vega como acceso, pero ampliaron la muralla a tres manzanas: la del Emir, la del Almendro y la Cava Baja, y la de las calles Escalinata y Espejo.
  • Los procesos de renovación de los edificios que se suceden a partir del siglo XVI, con la segunda mitad del XIX como periodo de máxima actividad, propiciaron la desaparición del recinto.
  • En 1954, el BOE reconoció a la antigua muralla como un «documento arqueológico de extraordinario valor». «Madrid no está sobrado de patentes recuerdos de su historia», añadían.