Entrevista

La asociación que defiende el impulso a los vinos de pagos certificados españoles

Mañana tendrá lugar el I Salón de Vinos de Pago Certificados

Francisco Fernández, presidente de la Unión de Vinos de Pago Certificados.
Francisco Fernández, presidente de la Unión de Vinos de Pago Certificados.Cedida.

Mañana se celebrará en Madrid (Covarrubias The One. C/ Covarrubias 1), de 13:00h a 20:00h, el I Salón de Vinos de Pago Certificados.

Creada e 2019, la Unión de Vinos de Pago Certificados es una asociación pionera que reúne a las bodegas más singulares de España, aquellas que elaboran vinos con la máxima categoría oficial: el Vino de Pago. Nacida con el propósito de preservar, difundir y poner en valor esta figura de calidad diferenciada, la Unión de Vinos de Pago Certificados es la primera y única asociación abierta a todas las bodegas que cuentan con el sello de Vino de Pago, la máxima distinción oficial en el mundo del vino en España, otorgada por el Gobierno a través del Ministerio de Agricultura y reconocida en el ámbito europeo. Actualmente, está integrada por 14 bodegas de distintas regiones del país, que representan más de la mitad de los Pagos certificados en España.

Francisco Fernández, presidente de la Unión de Vinos de Pago Certificados, ha respondido acerca de esta asociación a LA RAZÓN.

Vinos de pago certificado.
Vinos de pago certificado.Cedida.

¿Qué define exactamente a un Vino de Pago Certificado y qué lo diferencia de otras figuras de calidad como la D.O. o la I.G.P.?

Un Vino de Pago Certificado es la máxima expresión de singularidad reconocida en la legislación vitivinícola española y también por la Unión Europea. Son vinos elaborados únicamente con uvas de un viñedo concreto, perfectamente delimitado, con un suelo y/o un microclima irrepetibles que marcan su carácter. Además, cuentan con una sola bodega capaz de mantener esa identidad durante todo el proceso: desde la cepa hasta la botella, con la crianza y el embotellado dentro del propio Pago, lo que garantiza un control absoluto.

La gran diferencia con una Denominación de Origen (D.O.) o una Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) está en la escala: la D.O. abarca territorios más amplios —comarcas o provincias— y la I.G.P. regiones todavía más generales, mientras que el Pago se centra en una sola finca, cuya personalidad se convierte en el origen exclusivo del vino.

¿Cuál es el principal objetivo del I Salón de Vinos de Pago Certificados y qué mensaje quiere transmitir la Unión con este evento?

El I Salón de Vinos de Pago Certificados nace con el mismo propósito que inspira a la asociación: dar a conocer y proteger esta figura, mostrando al sector profesional, a la crítica y al consumidor que en España existen territorios singulares capaces de producir vinos únicos y con identidad propia. El mensaje que queremos transmitir es muy claro: los Vinos de Pago representan la vanguardia del vino español. Son un patrimonio que combina tradición con innovación y sostenibilidad, y merecen ser reconocidos como una de las grandes joyas de nuestra enología.

Con 14 bodegas reunidas en este primer salón, ¿qué aspectos en común comparten estos proyectos vinícolas que los hacen tan singulares dentro del panorama nacional?

Las 14 bodegas que participan en el salón tienen algo esencial en común: una identidad territorial muy marcada, fruto de suelos, climas y ecosistemas propios. Todas ejercen un control integral del proceso, desde el viñedo hasta la botella, lo que garantiza trazabilidad y calidad absolutas. Comparten también un compromiso con la excelencia y con una viticultura respetuosa, donde la innovación enológica convive con el respeto al entorno. Son proyectos pioneros —lucharon por el reconocimiento legal de esta figura tan exigente— y al mismo tiempo tienen una mirada internacional, con la ambición de situar a los Vinos de Pago en el mapa de los grandes vinos del mundo.

En un mercado saturado de etiquetas y certificaciones, ¿cómo puede el consumidor identificar y valorar realmente un Vino de Pago Certificado?

El consumidor puede reconocer un Vino de Pago Certificado de forma sencilla en la etiqueta, donde siempre aparece la mención “Vino de Pago” junto al nombre del Pago correspondiente. Esa identificación es la garantía de que el vino ha pasado controles muy estrictos de origen, trazabilidad y calidad. Conviene aclarar también una confusión habitual: un vino solo puede tener una figura de calidad. Si pertenece a una Denominación de Origen, no puede ser al mismo tiempo un Vino de Pago, aunque la marca lleve la palabra “Pago” en su nombre. Un Vino de Pago es, por definición, la expresión máxima de un territorio único.

¿Qué retos y oportunidades enfrenta actualmente la figura del Vino de Pago en España y qué papel juega la Unión en su impulso a medio y largo plazo?

El principal reto es la falta de conocimiento: todavía hay muchos consumidores —y parte del propio sector— que no saben exactamente qué significa un Vino de Pago. Otro desafío es posicionar esta figura en el lugar que merece, al nivel de los grandes “Châteaux” franceses o los “Single Vineyards” de otras latitudes. Las oportunidades, sin embargo, son enormes. Cada vez hay más demanda de vinos auténticos, sostenibles y con una historia real detrás, y ahí los Pagos tienen mucho que aportar. La Unión de Vinos de Pago Certificados trabaja como altavoz colectivo en tres frentes: la comunicación y promoción para dar a conocer el valor diferencial de estos vinos; la colaboración institucional, clave para su reconocimiento nacional e internacional; y la innovación compartida, que refuerza a los Pagos como referentes de calidad, autenticidad y compromiso con su entorno.