Polémica
Los empresarios de Madrid señalan la "venganza" que ha preparado Yolanda Díaz
Miguel Garrido ha reclamado a la vicepresidenta que "asuma" que una mayoría parlamentaria "no ha respaldado su proyecto por la manera en la que ella lo ha tratado de imponer"
La polémica está servida. El presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), Miguel Garrido, ha censurado el nuevo registro horario que ha planteado el Ministerio de Trabajo, liderado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y ha manifestado que se trata de "una venganza" después de que decayera en el Congreso el proyecto de ley de rebaja de jornada laboral.
"Ella lo que quiere es imponer su voluntad unilateralmente porque ha querido pasar la historia como la persona que ha traído las 37,5 horas a España. Ahora lo que parece que anuncia es como una venganza", ha expresado este martes en una entrevista en 'Onda Madrid'.
En este sentido, Garrido ha reclamado a Díaz que "asuma" que una mayoría parlamentaria "no ha respaldado su proyecto por la manera en la que ella lo ha tratado de imponer" y ha defendido que los empresarios "en ningún momento" se han negado a negociar cualquier tipo de acuerdo.
"En cada convenio colectivo que negociamos las patronales, los factores que se tienen en cuenta son jornada y salario, por lo tanto es un factor de negociación que en la mayor parte de los convenios colectivos pactados en los últimos años se han contemplado ya reducciones de jornada. Lo que pasa es que ella lo ha querido imponer unilateralmente y sin ningún tipo de contrapartida", ha criticado.
Pide a la ministra que negocie
Asimismo, el presidente de CEIM ha destacado que los empresarios y los sindicatos "están acostumbrados" a negociar porque "lo llevan haciendo toda la vida" y ha recalcado que van a "demostrar que cuando se negocia en igualdad de condiciones, se sacan acuerdos que son beneficiosos para las dos partes".
"Ella no se da cuenta que hay muchas empresas que están sufriendo, que tienen enormes problemas para cumplir con todas las regulaciones, con todas las normativas y con los costes laborales que tienen por delante. Hay muchísimas empresas que están cerrando", ha alertado.
Garrido ha subrayado que la economía general sube y que las grandes empresas ganan más dinero, pero ha apuntado que "cada vez hay más empresas que no consiguen sobrevivir, que no pueden asumir todos estos incrementos de los costes que están teniendo y que debería ser enormemente sensible con toda esa gente porque eso tiene un efecto muy dañino en la sociedad".
"Yo creo que aquí se debería volver a sentar para alcanzar acuerdos, para buscar fórmulas que efectivamente pongan cierto control al cumplimiento de las normativas con respecto a los horarios, pero hacerlo compatible con que las empresas puedan sobrevivir y no sea un nuevo incremento de costes", ha insistido.
Registro horario
La semana pasada, el Ministerio de Trabajo sacó a consulta pública previa el proyecto de Real Decreto para desarrollar el nuevo registro de jornada y el derecho a la desconexión de los trabajadores.
Además, no va a renunciar a actualizar las sanciones en el reglamento del registro horario que quiere desarrollar tras la caída del proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas, aunque reconoce que el reglamento no tendrá esta actualización.
El proyecto de ley para reducir la jornada laboral contemplaba multas de hasta 10.000 euros por trabajador a las empresas que incumplan con el registro horario y la reducción de la jornada. Sin embargo, según han asegurado fuentes de Trabajo, el incremento de las sanciones es una de las limitaciones que tendrá este desarrollo normativo al no haber prosperado el proyecto de ley.
Estas mismas fuentes han asegurado que el registro horario, que formaba parte del proyecto de ley para reducir la jornada junto a la desconexión digital, será practicable "cuánto antes" y no pasará por otra mesa de negociación porque esta medida ya fue negociada por sindicatos y patronal durante 11 meses en la mesa de diálogo para negociar el recorte del tiempo de trabajo, un diálogo que se cerró sin acuerdo con la patronal.