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Polémica

Guerra interna en Alcorcón: «Me ofrecieron una concejalía sin funciones para comprar mi silencio»

El caso de la exconcejala de Ganar Alcorcón, Raquel Rodríguez, desata una crisis municipal tras pasar al Grupo Mixto y tener ahora la llave de gobierno. Ayer fue cesada del área de Cultura

Alcorcón.- El Gobierno queda en minoría tras perder una edil Ganar Alcorcón al pasar Raquel Rodríguez a No Adscritos AYUNTAMIENTO DE ALCORCÓNEUROPAPRESS

El Ayuntamiento de Alcorcón lleva inmerso semanas en una crisis política. El último capítulo lo escribió ayer la alcaldesa Candelaria Testa (PSOE), al cesar de sus funciones a la, hasta ayer, concejala de Cultura, Festejos y Mayores del Ayuntamiento de Alcorcón, Raquel Rodríguez (mano derecha del fallecido primer teniente de alcalde, Jesús Santos).

En una carta dirigida a la ciudadanía y a las asociaciones culturales del municipio, Rodríguez explica que su destitución responde a una «decisión unilateral» de la alcaldesa derivada de su salida del grupo municipal Ganar Alcorcón, formación a la que pertenecía hasta hace pocas semanas y que formaba coalición de Gobierno con el PSOE de Testa y con Más Madrid.

Rodríguez ocupa ahora un escaño como concejala del grupo de No Adscritos o también llamado Grupo Mixto, pero pasa a tener una posición de fuerza, ya que se ha convertido en la llave del Gobierno municipal. Así, coloca al actual equipo de Gobierno municipal en una situación de debilidad ante cualquier moción de censura que se pudiera plantear, al estar igualados a 13 concejales tanto Gobierno como la oposición. Consciente de esta situación, la propia Rodríguez ha lamentado que su cese se haya producido en un momento en que «se intentó comprar mi silencio mediante una propuesta completamente inaceptable: una concejalía sin contenido y sin competencias reales acompañada de una retribución económica inapropiada». La propia Rodríguez ha aclarado a LA RAZÓN que «no me dijeron el nombre de la concejalía pero evidentemente les dije que no, porque yo por ahí no paso. Me debo a los vecinos. Es un dinero público y yo vengo a trabajar por y para los vecinos. Su propuesta era una forma de tenerme tranquila pero no estoy aquí por dinero ni por ambiciones personales. Estoy aquí para trabajar, para servir y para mejorar la vida de la gente».

Pero Rodríguez no está dispuesta, de momento, a hacer saltar por los aires el Gobierno municipal. «Mi responsabilidad es con la alcaldesa y con la continuidad de este gobierno progresista. En ningún momento he valorado otra cosa», ha puntualizado a este periódico.

La nueva concejala del Grupo Mixto atribuye su salida de Ganar Alcorcón a «desencuentros irreconciliables» con la nueva dirección del grupo, tanto en el plano político como en el organizativo. Y es que, en su opinión, Ganar Alcorcón ha experimentado una transformación interna que ha roto con el «espíritu colectivo» que definió su fundación. Es más, acusa a sus excompañeros de haber impulsado una campaña de descrédito contra ella basada en «falsedades».

Uno de los episodios clave en esta ruptura fue, según relata, su decisión de permitir el debate de una moción presentada por el Partido Popular en el último pleno municipal, una propuesta relacionada con la mejora del entorno de una residencia de mayores. Rodríguez defiende que su postura se mantuvo en todo momento dentro del marco del programa electoral con el que concurrió a las elecciones de 2023 y que defendía, precisamente, la mejora del espacio público y la accesibilidad para los mayores. Pero, según relata, los desencuentros arrancan de mucho antes, cuando no se dejó participar en la Asamblea de Podemos a la mitad de la militancia no se la dejó participar, entre ellas a Raquel Rodríguez, donde se iba a decidir la organización de Ganar Alcorcón y del grupo municipal. Para ello se exigía la militancia en Podemos pero a la vez se prohibía la doble militancia en otras formaciones, como Ganar Alcorcón. «Se planificó esta asamblea a espaldas de la gran mayoría de simpatizantes de Ganar Alcorcón, donde cambian el programa y la candidatura con la que nos presentamos a las elecciones. Yo no puedo estar en un partido que engaña a 15.000 votantes. A esto sí que se puede llamar transfuguismo (de lo que ha sido precisamente ella acusada por parte de Podemos)».

La edil, que se ha hecho con la presidencia de la empresa de servicios públicos Esmasa, en una votación del pasado martes, en la que hasta ahora ocupaba la vicepresidencia, no ha ocultado su sorpresa porque en el momento de las votaciones fuera apoyada por PP y Vox, pero los partidos del equipo de Gobierno votaran en contra. «Me proponía como presidenta por el grado de conocimiento que tengo de Esmasa y proponía como vicepresidenta a una persona del PSOE. Me preocupa que se diga que yo he pactado con el PP y con Vox para ocupar este puesto, cuando no ha sido así. En cambio, se han visto fotos en las que el segundo teniente de alcalde, David López, de Ganar Alcorcón, está negociando con la extrema derecha. Yo creo que para quedarse con la presidencia y entrar en el Consejo de Administración».

Señala también diferencias profundas en torno a la gestión de la empresa pública de servicios municipales. Asegura que la candidatura a la presidencia de la entidad se impulsa «desoyendo acuerdos políticos y el sentir de gran parte de la plantilla», que según afirma, ha mostrado un apoyo mayoritario a su labor.

En su balance de gestión, destaca el esfuerzo por descentralizar la cultura y hacerla accesible en todos los barrios, pese a «recortes, falta de recursos y obstáculos internos». Agradeció al personal técnico y municipal su «compromiso e implicación», tras asegurar que, gracias a su trabajo, se han impulsado proyectos que han contribuido a transformar Alcorcón. Rodríguez advierte además de la paralización de proyectos relevantes como el concurso público de comedores para mayores, cuya documentación permanece en la Alcaldía desde septiembre

de 2023. Según su versión, otros proyectos fueron priorizados, como la cafetería de la piscina municipal, y teme que su salida del gobierno desbloquee ahora el proceso por razones meramente políticas. Aunque rechaza asumir un papel de oposición «clásica», defiende una política de estabilidad «desde la inclusión y no desde la exclusión». Para abrir un espacio de reflexión colectiva, Rodríguez ha convocado una asamblea abierta dirigida a asociaciones culturales, vecinales y ciudadanas el 22 de junio.