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Madrid

El hostal de la polémica: llamadas a la Policía y posible manifestación

El día después de que el Ayuntamiento ordenara el cese del local del Parque de las Avenidas, el establecimiento seguía acogiendo a «mochileros». Los vecinos alertaron de la situación a las autoridades por el ruido

El hostal comparte número con un bloque residencial Alberto R. RoldánPHOTOGRAPHERS

El anuncio el pasado lunes por parte del Ayuntamiento de Madrid del cese de actividad del hostal de la avenida de Baviera 9, junto al Parque de las Avenidas, no ha significado su cierre. Por lo menos, 24 horas después, el establecimiento seguía operando con normalidad y acogiendo a nuevos huéspedes. Así lo confirmaban los vecinos a LA RAZÓN, que relataron varios momentos de tensión. El «ruido constante», motivado por la llegada de mochileros, motivó las llamadas a la Policía Municipal, que se personó en la zona. Del mismo modo, el dueño del negocio contactó por su parte con la Policía Nacional. La razón que esgrimió fue el «acoso» al que estaban siendo sometidos los mochileros. No por parte de los residentes del barrio, sino de los medios de comunicación que se personaron en el lugar y que entrevistaban a los huéspedes a su llegada al local, un antiguo centro de salud que, ahora, convive puerta con puerta con un bloque de viviendas residenciales.

Este era el panorama que se vivió en esta zona del distrito de Salamanca en la que los vecinos llevan meses en pie de guerra. La voz de alarma la dieron el pasado mayo. El Velvet Hostel que se iba a abrir en la avenida de Baviera contaba con una serie de antecedentes que les hacía sospechar que su destino final no eran los mochileros, sino crear un centro de acogida para personas migrantes. La principal razón, el local, del mismo dueño, situado en la vallecana avenida de Pablo Neruda, y que habría sido destinado a tal fin. Una labor para la que, alegaban los vecinos, no tenían licencia.

Protestas

Así, se sucedieron las manifestaciones contra este nuevo local, que abrió sus puertas el pasado viernes pese a no contar aún con la licencia correspondiente. Una irregularidad de la cual tomó nota la Policía Municipal, que se personó en el lugar. Ya el lunes, el delegado del Área de Movilidad, Medio Ambiente y Urbanismo del Ayuntamiento, Borja Carabante, afirmó que el Consistorio había «dictado el cese» de su actividad. Y es que, añadió, él establecimiento solo podrá abrir una vez que obtenga la licencia correspondiente, trámite que ahora mismo se encuentra en pleno proceso administrativo. Eso sí: solo la obtendrán «para desarrollar la actividad de hostel y no la actividad dotacional de acogida de inmigrantes».

El problema que señalan los vecinos es que ni siquiera se ha producido aún ese cierre. Así, de no clausurarse el hostal esta semana, avisan: volverán a salir a la calle para reclamar su clausura. Es más: no descartan concentrarse frente al negocio de la propietaria del edificio, situado en el municipio de Alcobendas, y que lo tiene ahora mismo en alquiler.

Licencia favorable

A la hora de explicar la resistencia del dueño del albergue a cerrar sus puertas, los vecinos recuerdan que, según señala la Agencia de Actividades en su última resolución, el establecimiento contaba con una «licencia de primera ocupación y funcionamiento» para ejercer de «hostel con cinco habitaciones». Ahora, en su último informe, la Agencia ha dejado «sin efecto» dicha licencia, reconociendo una «irregularidad formal» en la misma, al haberse producido «antes de la finalización del plazo de audiencia otorgado a los interesados». En todo caso, el dueño del Velvet Hostel ha utilizado ese primer informe favorable para defender su apertura. Por otro lado, los vecinos, según recabaron de los propios huéspedes, afirman que hay «mochileros» que están siendo derivados de otro Velvet, situado en Pacífico, al del distrito de Salamanca.

Estos mismos vecinos plantaron batalla legal ante Velvet Hostel el pasado mayo. Entonces, denunciaron ante la Agencia de Actividades el caso del local de la avenida Pablo Neruda. De acuerdo a su escrito, constataron que, efectivamente, el albergue estaba «desarrollando actividades distintas de las autorizadas en dicha licencia». Concretamente, labores de «asistencia social, incompatibles con el uso autorizado». Así, según consta en su denuncia, confirmaron «mediante visitas y observaciones in situ por personal del Ayuntamiento» la «presencia continuada de personas derivadas» por CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado).

Los demandantes señalan que el establecimiento de Vallecas permanece cerrado desde entonces. En todo caso, aún pueden encontrarse anuncios en redes donde se publicitan: «A 6,7 km de la estación de tren de Atocha, con salón de uso común, habitaciones hipoalergénicas y wifi gratis».