Ocio madrileño
La Isla del Manzanares: la piscina con forma de crucero que existió en pleno río de Madrid
Una joya arquitectónica que fue víctima de la guerra, las riadas y el olvido
¿Y si te dijeran que en medio del río Manzanares existió una piscina con forma de barco? Con solárium, restaurante y pista de baile. Se trataba de la Isla del Manzanares, un complejo de ocio construido en 1931 que se convirtió en uno de los destinos predilectos de la alta sociedad madrileña hasta que desapareció sin dejar rastro.
La historia, rescatada por el tiktoker @ferromagnetita, conocido por su labor divulgativa sobre curiosidades ferroviarias y urbanas de Madrid, ha despertado el interés de miles de usuarios. Su vídeo, claro y documentado, remueve una memoria colectiva dormida y rescata una de esas páginas olvidadas de la ciudad, el día en que el Manzanares albergó un oasis artificial de recreo, lujo y modernidad.
Una isla natural convertida en paraíso urbano
Antes de convertirse en construcción, el lugar era, literalmente, una isla, un islote natural en el cauce del Manzanares, visible ya en mapas de 1909. Sobre ese terreno se proyectó y construyó en 1931 una estructura insólita para la época: una piscina artificial con forma de barco-crucero, equipada con solárium, restaurante y pista de baile. Todo un centro de ocio en miniatura, en pleno centro de Madrid.
Esta “isla” no era solo un capricho arquitectónico. Reflejaba el espíritu de la Segunda República, la modernidad, el avance social, la apuesta por el ocio popular aunque en la práctica y el público principal era la clase alta madrileña. El diseño y la ubicación hacían de este enclave algo único, casi surrealista, una piscina navegando (o más bien anclada) en un río cuya caudal ha sido históricamente modesto.
Bombardeos, desbordamientos y olvido
Sin embargo, la efervescencia duró poco. El estallido de la Guerra Civil Española en 1936 golpeó de lleno al proyecto. Un obús impactó contra la estructura, dañándola seriamente. Aunque en años posteriores se intentó mantener el espacio activo, las sucesivas riadas especialmente la de 1947 terminaron por sentenciarla.
La Isla del Manzanares cerró sus puertas definitivamente en 1954 y fue demolida poco después. Con el tiempo, la vegetación, el cemento y la urbanización del entorno borraron cualquier huella visible. Ni una placa, ni una maqueta, ni una piedra queda hoy en el lugar para recordar aquel insólito paraíso urbano. Solo los mapas antiguos y la memoria oral conservan su existencia.