Exposición
Lavapiés: historia, cultura y lucha vecinal
El Centro Cultural de Lavapiés presenta una exposición acerca del pasado, presente y futuro del barrio
La historia del barrio de Lavapiés se construye desde lo popular, a través de sus vecinos y vecinas, su activismo, su compromiso social y las asociaciones que, aún hoy, trabajan por mantener viva la identidad de un lugar profundamente ligado a sus raíces castizas. Conservando sus fiestas tradicionales, el chotis, el cuplé, y a sus emblemáticos chulapos y chulapas que encarnan el espíritu del casticismo. También están presentes símbolos como el licor de madroño, la limonada, y las calles adornadas con claveles y mantones.
A lo largo de generaciones, este barrio ha sido un núcleo fundamental para Madrid, sosteniéndose sobre un relato construido desde las vivencias de los vecinos que han conformado un barrio y una cultura colectiva. Este enfoque recoge la transformación de Lavapiés como un vecindario de trabajadores llegados de distintas partes de España, hasta un lugar que logró hitos históricos mediante la crítica social, la movilización, el activismo cultural y el apoyo comunitario.
En el Centro Cultural de Lavapiés (calle Olivar, 46), podemos iniciar un recorrido histórico que se centra especialmente en los primeros movimientos vecinales impulsados por la asociación La Corrala, entre los años 70 y finales de los 80. Estas iniciativas marcaron el comienzo de una etapa clave en la historia del barrio, convirtiéndose en modelo para otros movimientos sociales como consecuencia de sus actividades culturales, propuestas innovadoras y protestas, apoyadas por grandes artistas que lograron capturar el espíritu de esa época.
Maui Losada, la gestora cultural y comisaria de la exposición, cuenta a LA RAZÓN que la iniciativa nace con motivo del 50 aniversario de la asociación La Corrala, una de las más importantes a nivel regional. En este contexto, «buscamos seguir transmitiendo nuestras tradiciones castizas y que el barrio no pierda su identidad», comenta. Desde el primer momento que se empezó a mascullar la idea, se trabajó en un arduo proceso de investigación a través de un archivo documental y fotográfico. «Hemos consultado hemeroteca de asociaciones que tienen un peso histórico de años realizando actividades locales. La exposición pone en valor el asociacionismo». Todo ello, sin perder de vista las fiestas populares y las tradiciones que surgieron en Lavapiés. «Disponemos de un amplio abanico de fotografías que nos han facilitado reconocidos profesionales, los cuales presenciaron los movimientos del barrio. También hemos hecho uso de la cartelería de protesta o de fiestas populares; y las primeras noticias publicadas del barrio». Una vez conformada la exposición, el Centro Cultural de Lavapiés la ha acogido con la finalidad de darla a conocer, tanto al barrio como al resto de ciudadanos. «Podemos decir que aquí nació el colectivismo», afirma la gestora cultural.
A través de historia, cultura y casticismo defendido por la unión del pueblo, esta exposición es el pistoletazo de salida de un total de cuatro, que se desarrollarán hasta 2027, fecha en la que la entidad vecinal La Corrala celebrará los 50 años desde su creación.
Hallazgos
El primer desahucio paralizado en Madrid, ocurrido en la calle Ave María el año 1976 es uno de los momentos representados en la exposición. «Una vez más, vemos como este barrio y sus asociaciones recogen casi cincuenta años de reivindicaciones y luchas sociales».
En este viaje al pasado, se reviven temas que siguen cobrando vida en el presente, como la vivienda, los derribos de determinadas construcciones o la propia lucha por continuar reivindicando sus fiestas populares, todo ello mostrando tradiciones que se consideran un gen del barrio. «Aunque algo siga vivo no queremos que se pierda su esencia, o que, en el caso de las fiestas del barrio, se conviertan en un espectáculo más. Queremos que vaya hacia un baile castizo, concursos de personajes populares de la Zarzuela. No olvidemos que el chotis es de aquí de Lavapiés», señala.
Lidia López, directora del Centro Cultural, explica que «San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma no son una fiesta al uso de cuatro días. Son un total de 12 días de fiesta continua donde el Ayuntamiento facilita un macro recinto ferial dividido en tres partes, San Cayetano en el Rastro, San Lorenzo en Lavapiés y La Paloma en Las Visillas. Los colectivos preparan numerosas actividades, como la limonada en la calle del Oso, el aperitivo vecinal, los concursos de chotis, de abanicos, de decoración de calles y balcones… Dentro de que siempre tiene que haber una evolución para llegar a todos los públicos, queremos que se preserve la identidad y cultura castiza». La directora del Centro Cultural explica que uno de los acontecimientos que más gusta celebrar al barrio es el concurso de personajes castizos, donde La Casta, La Susana, Don Hilarion, la Juliana y La Señá Rita. «Ellos han de estar presentes en los momentos más señalados, como en las profesiones o en celebraciones religiosas. Los personajes castizos van vestidos con los atuendos de los personajes. Y esto es una expresión artística de lo que es la Zarzuela».
La exposición también revela el carácter multicultural del barrio. «Es un lugar que no pone etiquetas, para vivir aquí no importa la condición económica, género, identidad y procedencia. Muy fácilmente se forma parte sin hacer distinción de ningún tipo, la gente te mira de tú a tú. Lo que debiera ser en cualquier sitio».
Sin embargo, el barrio no se exime de los retos a los que se enfrentan el resto de barrios de la región, como el encarecimiento del nivel de vida: «Es imposible escapar de un contexto económico, significaría estar aislado. Pero seguimos manifestándonos por el turismo masificado o la explotación de los pisos turísticos. Igualmente, continúa la inversión en tiempo, esfuerzo y dedicación en la reivindicación, es muy importante seguir dando voz en la medida que pueda intervenir y exponerlo a las autoridades. Lo importante es no rendirse y no obviar la realidad, hay que seguir remando».
En defensa de los negocios, la cultura y el comercio local, el Centro Cultural y asociaciones como La Corrala buscan también poner en valor «las tiendas de toda la vida». Según Maui Losada, estadísticamente está comprobado que Lavapiés es de las zonas donde más comercio local se consume. «Da gusto ver a la casquería, la carnicería y la pescadería de siempre. Es un placer ver a la gente de siempre», añade Lidia López a este medio.
Retos futuros
Actualmente, Lavapiés cuenta con más de un centenar de asociaciones en activo, es decir, con una serie de programaciones y actividades que responden a las necesidades del barrio. «No son solamente actividades dedicadas a la hostelería, sino para mayores y niños. Lo que también puede corroborarse en la infinidad de oferta cultural que tiene el Centro Cultural del barrio».
Las obras de teatro son la mayor demanda por parte de los vecinos que residen en el barrio, indica la directora del Centro Cultural, Lidia López. Aunque en su mayoría, la oferta se centra en talleres de distintas áreas de aprendizaje, desde pintura, teatro, pilates, flamenco, cata de vinos hasta idiomas, cerámica, restauración, bisutería o conocer Madrid. «De más de 600 plazas que se ofertaron, no tenemos ninguna. La primera condición para acceder a ellos es estar empadronado en Madrid, y solo cuando sobran plazas es cuando se acepta que no se esté empadronado. Además, tienen un precio muy adaptado para que todos los vecinos tengan la posibilidad de acceder a ellos».
En cuanto al futuro, también se presta atención a los nuevos barrios, abarcando temas como la sostenibilidad. «Queremos que sea un barrio adaptado a la convivencia entre quienes hayan vivido aquí y las nuevas generaciones»
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