Salud
La lucha contra el cáncer de pulmón corona el Peñalara
Un grupo de pacientes del MD Anderson Cancer Center de Madrid han subido a la cima más alta de la Sierra de Guadarrama para visibilizar que también pueden tener calidad de vida
Hay retos que parecen imposibles pero que, cuando se superan, ayudan a romper prejuicios. A avanzar. La palabra cáncer está cargada de muchísimas connotaciones, todas ellas muy lejos de lo saludable y de la calidad de vida. Por eso, decir que un grupo de pacientes de cáncer de pulmón han subido al Peñalara puede parecer increíble. Pero lo han hecho. «Tenemos la idea de que una persona con cáncer d pulmón está muy deteriorado o que tiene muy poca calidad de vida, pero no siempre es así», señala a LA RAZÓN el doctor Fabio Franco, oncólogo del MD Anderson Cancer Center de Madrid. Y es que, si bien es cierto que hay casos así, la realidad es que «con tratamiento y rehabilitación logramos mantener esa calidad de vida e incluso mejorarla, por lo que con la iniciativa A Pulmón lo que se pretende es visibilizar esto no solo de cara a la sociedad sino también de cara a los propios pacientes».
Franco realizó la ruta de subida al Peñalara junto a los pacientes el pasado fin de semana. Y, aunque todos «están un punto avanzado de la enfermedad», pudieron «subir sin mayores inconvenientes», lo cual, para el doctor, es la muestra de la importancia de realizar actividades físicas para mantener esa calidad de vida, «tanto a nivel físico como psicológico». Pero, ¿cómo es posible que alguien con una enfermedad así pueda lograr hacer un recorrido tan exigente? «Cuando hablamos de cáncer de pulmón, lo cierto es que esto engloba distintas enfermedades con características anatómicas y moleculares muy distintas, lo cual hace que cada paciente tenga una condición diferente». Por eso, asevera el oncólogo, es tan importante que se personalice el tratamiento a cada persona.
Soledad Cardoso es una de las pacientes que se unió a esta ruta para coronar la montaña más alta de la Sierra de Guadarrama. Ella, que «nunca había fumado, ni bebido, que hacía deporte y una vida sana». Pero «el cáncer nunca te da la bienvenida. Llega como llega», dice. En su caso, llegó en un momento de estabilidad en el que, además, descubría que estaba embarazada de su tercer hijo. «Me había hecho todos los controles necesarios antes de buscar el embarazo y había salido todo bien», recuerda. Sin embargo, una vez lo logró, empezó a encontrarse «mal, muy mal, pero los médicos me decían que era normal». Fue su insistencia la que, a la tercera opinión médica, hizo que dieran con el diagnóstico de cáncer de pulmón. «A veces la realidad es tan brutal que una se disocia, al menos yo lo necesitaba», continúa.
De aquel momento ha pasado ya algo más de un año. Hoy, entrena cuatro veces a la semana, aunque reconoce que lo hace más por su mente que por su cuerpo. Recibe, además, un tratamiento bastante potente que convina inmunoterapia con quimioterapia. «No todos los cuerpos soportan un tratamiento así, pero a mí me está funcionando», dice. «Además, una buena alimentación y el ejercicio ahora mismo tengo una buena calidad de vida».
Sin embargo, incluso a ella le pareció imposible lo que le estaban proponiendo cuando su doctora le dio la opción de unirse a la subida al Peñalara. «Éramos cinco y claro, cuando conoces a personas que están pasando por lo mismo que tú siempre hay cierta complicidad». Tal vez por haber vivido algo tan especial recuerda con mucho cariño a cada uno de ellos. Alguno, señala, estaba incluso en un punto metastásico de la enfermedad. En cuanto a la subida, reconoce que los primeros 20 minutos «fueron duros», aunque «después el cuerpo se adapta». «Fue una experiencia preciosa y una forma de resignificar el dolor del que siempre nacen este tipo de iniciativas», subraya. Para ella, de hecho, hablar del cáncer ha sido algo incluso «terapéutico». «Encontrarte con gente que te trate normal teniendo una enfermedad así es un privilegio». Reclama, además, que el foco no debe ponerse en el paciente. «No se trata de si una persona ha fumado, por ejemplo, se trata de que hay que trabajar en la prevención, en generar una mayor calidad de vida para todos. Porque, por lo demás, basta estar vivo para que te pasen cosas».
Acabar con la estigmatización a 2.400 metros de altura
La subida al Peñalara ha supuesto la llegada a Madrid de la iniciativa A Pulmón, un proyecto médico-deportivo al que el MD Anderson Cancer Center de Madrid y la Asociación Española de Afectados por el Cáncer de Pulmón (AEACaP) se han unido para dar visibilidad a esta enfermedad a través de la actividad física. Así, desde más de 2.400 metros de altitud, este quinto programa de ascenso que se lleva a cabo en España ha demostrado, esta vez en Madrid, la importancia de implementar la práctica deportiva en los pacientes, pero, sobre todo, de erradicar la estigmatización asociada a esta enfermedad.
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