Incendios
Madrid registra ya cuatro veces más de superficie quemada que la media de la última década
El incendio de Tres Cantos es el más grave sufrido hasta ahora con 2.079 hectáreas arrasadas
Tres Cantos fue el pasado 11 de agosto escenario del incendio forestal más grave en la Comunidad de Madrid en lo que llevamos de año. Según las primeras hipótesis de la Consejería de Medio Ambiente, el fuego se originó por una tormenta seca, un fenómeno caracterizado por la caída de rayos sin precipitaciones acompañado de viento. Las fuertes rachas de viento, que alcanzaron los 70 km/h, favorecieron una propagación fulminante de las llamas. No obstante, las causas continúan aún bajo investigación.
El balance provisional cifra en 2.079 hectáreas la superficie arrasada, con especial impacto en zonas de alto valor ecológico como el Monte Viñuelas, donde se perdieron 265 hectáreas de arbolado. También ardieron 126,5 hectáreas de pastizal en Alcobendas, 676,6 entre Tres Cantos y Colmenar Viejo, y 977,6 en el encinar claro del paraje Castillo de Viñuelas. Incluso 33 hectáreas de superficie urbana resultaron afectadas, según los datos facilitados por la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior.
Este incendio se enmarca en un año especialmente duro para el territorio madrileño. Entre el 1 de enero y el 11 de agosto se han registrado 178 incendios forestales, 133 de ellos conatos. En conjunto, han ardido 3.742 hectáreas (305 de arbolado, 1.275 de matorral y 2.161 de pasto), según los datos provisionales de la Consejería.
Sin que haya terminado 2025, podemos decir ya que se trata de un año con datos de superficie afectada muy encima de la media del último decenio (872 ha) y. sin embargo, por debajo en el dato del número de incendios cuya media del decenio es de 213 incendios. Es decir, en lo que llevamos de año ha habido cuatro veces más de superficie quemada de lo que viene siendo habitual en la última década.
La Consejería de Medio Ambiente atribuye este repunte de superficie quemada, pese a haber menos incendios a dos factores clave. Por un lado, las abundantes lluvias de invierno y primavera“propiciaron un crecimiento inusual de vegetación herbácea, que al secarse se convirtió en un combustible muy inflamable, dificultando el control de los incendios desde sus primeros minutos”. Por otro, las altas temperaturas de agosto “redujeron la humedad de la vegetación viva, haciéndola igualmente vulnerable al fuego”.
Ante la magnitud del desastre, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado un plan de apoyo a los damnificados. Las medidas incluyen ayudas a propietarios privados para reparar daños en explotaciones y viviendas, subvenciones para contratar personal de limpieza y recuperación, entrega de cabezas de ovejas de razas autóctonas procedentes del IMIDRA para reponer el ganado perdido, y la reducción durante un año de la tarifa del agua mediante la tarifa social, para facilitar el riego y la recuperación de las zonas afectadas.