De los nevaditos al tronco y el suspiro de café

Es acercarse las fiestas navideñas y el antojo de dulce se multiplica. No hay cena o almuerzo que se precie sin una bandeja colmada de turrones, mazapanes, polvorones y peladillas. En estas líneas, vamos a ir más allá con el objetivo de compartir esos dulces que nos entusiasman, que, incluso, resultan ser el regalo idóneo para todo anfitrión. ¿Le ha tocado llevar el postre en Nochebuena? Lea, Lea.

Xavier Barriga, al frente de Turris (turris.es), con 33 locales en Barcelona y dos en Madrid, propone llevarnos las rosquillas de anís y vino y los nevaditos. ¿Han probado los arbolitos de chocolate? Están elaborados con masa de magdalenas rellena de pepitas de chocolate. Recuerden, el esponjoso brioche con naranja, avellana tostada, chocolate con leche y un acabado de glaseado con avellana y almendra es la opción perfecta capaz de desbancar alguna tarde al roscón o al panettone. Otra novedad son las trenzas de masa de hojaldre de mantequilla, relleno de yema pastelera, nueces, pasas y el imprescindible glaseado.

De Umikobake (umiko.es), con Alejandro García como ideólogo de las creaciones del proyecto de repostería japo-fusión y reconocido con un Solete Repsol, nos quedamos con el umisan. Está relleno de crema de galleta de jengibre y destaca por un jugoso interior de toffee y un toque de cinco especias chinas. Carmen Capote, por su parte, nos sorprende en su bombonería 24 Onzas (24onzas.com) con una colección inspirada en la Navidad, ya que destacan los bombones con sabor a roscón, a chai y piñones, a uva y vino blanco y a champagne y fresas, entre otros gustos. De la tienda gourmet de VE-GA (ve-ga.es) puede llevar una cajita de trufas de caramelo, bombones de praliné o las tiras de naranja confitadas con chocolate negro 70 por ciento. En Balbisiana (balbisiana.com), la tentación es la pavlova. Con forma de corona de Navidad, tiene una base de merengue seco, que imita a unos copos de nieve y está adornada con frutos rojos y virutas de pistacho para otorgar al dulce ese rojo y verde tan necesario en estas fechas.

La tarta de marron glacé, de Torrehermosa (pasteleriastorrehermosa.com), pastelería fundada en 1962, obtuvo la medalla de oro y ha sido clasificada como la mejor de Madrid, así que no hay mejor dulce para culminar la cena de Nochebuena, para esperar a las uvas o, por qué no, a los de Oriente. ¿Con qué postre celebrar la Navidad? Tan recomendable es el suspiro de café como el de trufa y el de frambuesa. En La Duquesita (laduquesita.es), la mejor pastelería de Madrid, según la Academia de Gastronomía Madrileña, Oriol Balaguer nos sugiere unos singulares troncos de Navidad, como el de chocolate en cuatro texturas, el de avellana y giunduja y el de yuzu con compota de fresa. Recién llegado es el Caribe, con bizcocho de menta y albahaca, coco y una mousse de mango-pasión con nube de fruta de la pasión y un toque de yuzu (39,50 euros). Cuidado, porque en Mallorca (pasteleria-mallorca.com), con Jacobo y Pablo Moreno, cuarta generación al mando del obrador, vuelan tanto el de bizcocho de almendra con mousse de chocolate negro y confitura de albaricoque como el hecho con mousse de champagne, fresas maceradas y merengue cremoso (22,50 y 39 euros).

Sopa de almendras

Seguimos, porque a La Mallorquina (pastelerialamallorquina.es) vamos a comprar la clásica sopa de almendras y almendrucos, más típicos de Murcia y de algunas zonas de Andalucía, que se preparan tostando almendras y recubriéndolas con una mezcla de miel y especias. Y, por supuesto, imposible olvidarnos de las peladillas, símbolo de buen augurio y felicidad. Por último, en Petramora (petramora.com) no prescindimos de los pasteles de yema (11), con mazapán, rellenos de yema de huevo confitada y espolvoreados con azúcar glass.

No te pierdas... Abetos de Navidad

Oriol Balaguer diseña unas espectaculares esculturas dulces en forma de abeto a partir de galletas, frutos secos y pasta de frutas (12 euros). El de chocolate lo crea con un 70 por ciento Gran Cru, almendra tostada y lo culmina con perlas crujientes (27, el pequeño, y 52, el grande).