Medio Ambiente
Polémica por el «vallado de la muerte» en Valdetorres del Jarama
La Guardia Civil investiga la muerte de tres corzos por disparos o mordeduras de perros a ambos lados de un cercado en el que se han encontrado más animales malheridos
En Valdetorres del Jarama, un municipio de poco más de 4.000 habitantes situado a 39 kilómetros de la capital, los vecinos llevan ya más de un año en alerta y preocupados desde que la empresa pistachera Sancorganic S. L. iniciara su proyecto de plantar 200.000 árboles de pistacho en 500 hectáreas de terreno. La iniciativa incluía un vallado que dista solo cinco metros de la ribera del río Jarama, protegida por la Red Natura 2.000, al que acuden muchos animales a beber, entre ellos corzos.
La desazón vecinal empezó a crecer cuando vieron la agonía de animales que no podían acceder al río Jarama o se herían contra lo que ya se conoce como «el vallado de la muerte»en un intento desesperado por beber y escapar del cercado. Incluso se ha rescatado un búho real junto a la valla. Fue a partir de entonces cuando se creo la Plataforma Vecinal Jarama en Pie en un intento desesperado por cambiar la situación en una zona medioambiental privilegiada. Y es que en este paraje, convertido en humedal de ribera en la primavera y zona de nidificación de especies protegidas, recalan aves acuáticas, descansan grullas en su migración y también es posible encontrar avutardas, tejones, garduñas, zorros, corzos o jabalíes, tal y como explica Carmen Silillos, miembro de la plataforma.
Pero lo que ha desconcertado a todos es que el pasado martes se encontraran tres corzos muertos a uno y otro lado del vallado. «Uno aparentemente con un tiro y otro con mordeduras de perro, según dicen los propios cazadores», detalla el alcalde de Valdetorres, José María de Diego, a este periódico. Y justo un día después de que la empresa pistachera emitiera un comunicado en el que defendía sus actuaciones y dejaba claro que por su vallado no había sido causa de muerte de ningún animal, pese a haberse cuestionado la instalación del cerco cinegético.
El regidor detalló que ya se ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil y se encuentra a la espera de conocer el resultado de las investigaciones y las causas de la muerte, mientras que los vecinos están alarmados por los inexplicables hechos.
Los miembros de la Plataforma vecinal han hecho un llamamiento a todas las administraciones públicas para que defiendan este hábitat de fauna y flora, pero a nivel local el regidor asegura que «el expediente que nos han presentado de vallado tiene las autorizaciones de todas las administraciones necesarias y cumple con la normativa de planeamiento municipal, con lo que nosotros no podemos hacer más», aunque reconoce que «es penoso ver a animales muertos».
Sancorganic S. L, la empresa pistachera, ya emitió un comunicado el día previo al suceso de los tres corzos muertos en el que defendía su proyecto, puesto en marcha por una empresa familiar «con fondos generados a base de mucho trabajo de varias generaciones» y dejaba claro que su plantación, una primera fase del proyecto, «se lleva a cabo de manera ecológica, sin usar pesticidas o herbicidas que puedan dañar tanto el medio ambiente como la calidad de los pistachos». Aunque puntualiza que en una segunda fase lo que pretende es aprovechar las naves existentes para plantas de envasado del pistacho.
La empresa aclara que la zona que ocupa «siempre ha sido de labor, no estamos haciendo nada nuevo, ni molestando donde siempre han vivido animales salvajes, porque o han sido tierras de labor o han sido graveras. El hecho de que la ribera sea una zona protegida RED Natura 2000 no significa que no se pueda vallar. El cultivo de pistachos hay que protegerlo de animales salvajes como los corzos o los jabalíes y por eso hemos tenido que instalar una malla perimetral». Y puntualiza que no solo lo ha hecho por los animales, sino también «para delimitar lo que es nuestra propiedad privada y evitar los vandalismos que hemos sufrido».
Además aclara que la malla perimetral, de 1,5 metros de altura, se ha puesto con los permisos necesarios de todas las administraciones. Incluso que se ha dispuesto una rampa de evacuación y unos bebederos, «aunque no estábamos obligados a ello».
Asimismo la empresa se reafirma en que su proyecto, no solo está comprometido con el medio ambiente, sino que «cumple con toda la legalidad, generará aproximadamente 40 puestos de trabajo directos, y supone una importante inversión para Valdetorres del Jarama y sus vecinos». Incluso se ha comprometido a financiar un paseo público por la ribera del río Jarama. Por eso «nos sorprende que haya personas que amparándose detrás de la bandera del ecologismo critican el proyecto, omitiendo que en esa zona no había arbolado y que los 200.000 que vamos a plantar (30.000 ya están plantados) absorberán una cantidad de CO2 de hasta 30.000 toneladas al año».
Los vecinos agrupados en la plataforma Jarama en Pie, puntualiza, sin embargo, que aunque el proyecto consiste en plantar 200.000 árboles de pistacho, eso supondrá «la tala de una importante superficie de arbolado autóctono consolidado de importante valor ecológico, hábitat de multitud de especies animales». Su temor ahora es que en los futuros árboles de pistacho no anide ninguna especie de las aves que actualmente pueblan ese bosque de ribera, ni que transite fauna silvestre.
Los vecinos dan por bueno que se instale un vallado perimetral en la zona donde se encuentran los pistachos, pero critican que ese cerco también abarque «innecesariamente» la zona forestal boscosa en la que no existe cultivo alguno y donde sí habita fauna. «No se justifica frente a la normativa, ya que cercena el hábitat natural del río Jarama y provoca situaciones de cautividad, maltrato y muerte a animales salvajes». Por eso le solicitan encarecidamente que reconduzca todas las actuaciones que su empresa ha realizado sobre el terreno. Es por eso que la plataforma ha invitado a la empresa a «ponerse en el lugar de los vecinos, al asistir como se cerraban caminos de toda la vida y se alambraba la ribera de su querido río Jarama. Apostemos por el respeto mutuo entre la empresa recién llegada, los vecinos y el patrimonio natural de Valdetorres de Jarama. Como vecinos tenemos la obligación de mantener y defender el magnífico entorno natural del río Jarama, su fauna y su flora», dicen en un comunicado de réplica.
Por su parte, la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior asegura que, desde hace más de un año, el cuerpo de Agente de Forestales de la Comunidad de Madrid, ha tenido conocimiento y está realizando actas, denuncias e informes sobre este paraje de Valdetorres del Jarama. Incluso abrió un expediente sancionador a la empresa por eliminar vegetación para realizar el cerramiento ocupando en 1.000 metros cuadrados superficie de monte de utilidad pública. Eso fue el origen de una sanción de 3.500 euros que ya fue abonada, según la Consejería. Ahora la empresa tiene la obligación de restaurar el terreno a su estado original, pero está aún en plazo para hacerlo (concluye en octubre). Pero, más allá de esta circunstancia, la Consejería no encuentra objeciones. Medio Ambiente asegura que los Agentes Forestales, cuando encuentran un animal malherido, lo trasladan de forma inmediata al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS), el lugar al que llevan a los animales silvestres heridos o enfermos que se encuentran.
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