San Isidro
La solución «humana» de Cobo al caso Barajas
En la misa del patrón, el cardenal pide a «todos» los poderes públicos una vía «de justicia» para los «sintecho» del aeropuerto
El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, es un hombre pegado a la calle y a los problemas de los ciudadanos de la capital de España. Véase la crisis abierta la situación que se vive en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por la presencia de centenares de personas que viven y pernoctan en sus instalaciones.
Al menos así lo quiso poner de manifiesto desde el altar improvisado sobre un escenario desde donde presidió la eucaristía popular con motivo de la fiesta de San Isidro en la pradera donde se ubica la ermita del patrón madrileño. Allí, poco después de la una de la tarde, presidió una misa con el respaldo de miles de fieles y que estuvo concelebrada, entre otros, por el cardenal emérito de Caracas, Baltazar Porras, el arzobispo de Ciudad Bolivar, Ulises Antonio Gutiérrez, y el obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín.
El coro de jóvenes de la parroquia San Fulgencio y San Bernardo fue el encargado de dinamizar una celebración en la que se entremezclaban los trajes de chulapos con las de goyescas, los pantalones vaqueros con los claveles rojos en la solapa o en el pelo.
Compromiso común
En su homilía, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española pidió un mayor «compromiso de la sociedad y de los poderes públicos» para dar «respuestas de humanidad y de justicia» a cuestiones como los «muy serios problemas de vivienda y de acceso a ella de nuestros jóvenes, con el riesgo de una dualización», así como a las «personas en situación de calle, incluso en nuestro aeropuerto». Cobo verbalizó así «dos situaciones que nos duelen especialmente», remarcando que «necesitan de la intervención de todas las administraciones y de todos nosotros». Y lo hizo, sabedor de que la encrucijada abierta en Barajas ha provocado un intercambio de críticas entre el Gobierno central, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital sobre quién debe hacerse cargo de estas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Como suele ser habitual en eucaristías que cuentan con cierto alcance sociopolítico, el purpurado reclamo una mayor unidad y concordia, e invitó a los presentes a cultivar «la cercanía, la hospitalidad y el cuidado mutuo». Le escuchaban en primera fila, el alcalde José Luis Martínez Almeida, o el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
Ante ellos también reivindicó a san Isidro como una figura que hoy sigue vigente como modelo para «acoger, cuidar y estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor con los ojos de Cristo» en medio de una ciudad que está llamada a ser «abierta y cosmopolita».
Es más, presentó al patrón como «un buen vecino» con raíces mozárabes, que estaba «acostumbrado a vivir con musulmanes sin perderles el respeto». Desde ahí, el cardenal, que acaba de regresar de Roma donde ha participado en la elección del papa León XIV, defendió que el cristiano está llamado a ser también ese vecino ejemplar que se referente en «cercanía, hospitalidad y el cuidado mutuo». «No dejéis de construir el Evangelio de la cercanía como hacía san Isidro», invitó a los católicos presentes en el lugar, con una llamada también de puertas para adentro de la Iglesia: «No permaneceremos unidos a Jesús, si no estamos unidos a nosotros».
Con la misma contundencia, apuntó en su homilía que «la santidad nunca divide sino que une, que no se impone, sino que se acompaña». A partir de ahí, llamó a unos y a otros a vivir «su fe encarnada, injertada en el día a día, en su familia y en los lugares donde se encontraba». Al final la homilía, los fieles presentes correspondieron a la intervención de Cobo con un aplauso que vino a reforzar las palabras del cardenal.
Formas de pobreza
La celebración en la pradera fue la segunda de la mañana, puesto que tres horas antes presidió la misa en honor al patrón en la Colegiata de San Isidro. Desde allí, em el templo en el que reposan los restos del santo labrador y los de su esposa, santa María de la Cabeza, presentó al patrón como «un hombre sin poder, pero con fe; sin riquezas, pero lleno de Dios; sin títulos, pero reconocido por generaciones como patrono de Madrid». Bajo la atenta mirada del delegado del Gobierno, Francisco Martín, así como representantes del gobierno regional de Madrid y del Ayuntamiento de la ciudad, Cobo expuso en su homilía que «celebrar a san Isidro nos lleva un año más a no cerrar los ojos ante aquellos a los que él miraba, a las muchas formas de pobreza».
En ambas misas, el vicepresidente de los obispos españoles tuvo palabras de agradecimiento por la entrega del fallecido papa Francisco y redobló su obediencia y respaldo al recién elegido León XIV.