Salud
«La vida es muy bonita para quedarte a mitad de camino»
LA RAZÓN visita el centro CEN y habla con Raquel González, paciente a causa de sufrir un ictus hace casi un año
Cada seis minutos muere una persona en España a causa de un ictus. Según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN), en Europa mueren 650.000 anualmente por esta causa y, de ellos, 40.000 son españoles. Al año se detectan unos 120.000 casos nuevos.
LA RAZÓN visita el Centro Europeo de Neurociencias (Aravaca, Madrid) y habla con Raquel González, quien cuenta en primera persona su experiencia, así como con los dueños del establecimiento. «Hace diez meses sufrí una hemorragia cerebral. Estaba bien, normal, durmiendo y sufrí una lesión que me llevó a la UVI durante 20 días. Mi suerte fue conocer a José y venir aquí cuanto antes». Raquel indica que la mitad de su cuerpo se paralizó, tampoco podía hablar o comer. Tanto ella como su marido, hoy celebran una evolución muy positiva y sorprendente. «Estamos muy contentos, nos decían que mínimo un año para notar cierta mejora», manifiesta. «Estuve dos meses en un hospital financiado por la Comunidad de Madrid. Eso fue como ir al medievo. No sirvió para nada. La evolución del cerebro a la hora de aprender es fundamental durante los primeros meses, si pierdes ese tiempo es más complicado que te pongas a funcionar y que el cuerpo responda. En este caso, que el cerebro capte la rehabilitación era lo más importante».
Raquel explica que en CEN vio que había luz al final del túnel. «Aquí te valoran, no todos los ictus son iguales. Cada lesión necesita un tratamiento personalizado». El conjunto de pautas como ejercicio, alimentación, asistencia psicológica y seguimiento por parte de médicos profesionales son los encargados de hacerlo posible. «Es la diferencia de ser un número, a que realmente haya un equipo humano detrás preocupado por ti».
El centro
Raquel hace especial mención a la inteligencia emocional que han de controlar los profesionales en este tipo de centros: «El cariño fue y es fundamental para recuperarme. La logopeda o la neuropsicóloga también han sido esenciales en el proceso. Tenemos que venir motivados, al principio nos encontramos en un estado muy deprimido, además de sobremedicados».
La paciente expresa que no podía mantenerse de pie y, en cambio, ahora se muestra muy agradecida con el matrimonio que lidera el centro, CEN. Ellos son José López –director clínico– y Cristina Vázquez –directora tecnológica–. Fisioterapeutas que se han nutrido de la robótica avanzada, la última tecnología que se desarrollaba en Estados Unidos, Suiza o Arabia Saudí, y que han viajado a Singapur para conocer las mejores terapias. En CEN pueden verse arneses y esqueletos mecanizados que contribuyen a la mejora de los pacientes, en una rehabilitación dirigida especialmente a pacientes con ictus y lesiones del sistema nervioso central. Luego de la experiencia en el extranjero de los dueños del centro –José y Cristina–, identificaron una carencia en España en cuanto a espacios de neurorrehabilitación que ofrecieran un nivel de tratamiento comparable al de los países más avanzados en este campo. Por lo tanto, decidieron abordar esta necesidad creando el Centro Europeo de Neurociencias (CEN). Tal y como explican los dueños, en CEN, la mayoría de los pacientes que han pasado por largos periodos de tratamiento en otros centros de rehabilitación sin lograr mejoras significativas encuentran una solución mediante un tratamiento intensivo que, hasta ahora, no se halla disponible en ningún otro lugar de España. «Lo que distingue a los tratamientos en CEN es su enfoque en la personalización y la individualización absoluta del servicio, así como la terapia intensiva, que está respaldada científicamente como la mejor manera de alcanzar mejoras a corto plazo. Este enfoque implica un entrenamiento intensivo a través de repeticiones activas, en el cual el terapeuta trabaja de manera cercana con el paciente, ofreciendo terapias activas, brindando asistencia, corrección y sentido a cada ejercicio realizado durante el tratamiento», apelan. «Hemos estado varios años formándonos y trabajando en algunos de los mejores centros de neurorrehabilitación del mundo. Hace 3 años, al regresar a España tuvimos que crear un centro propio porque no existían otros donde practicar y conseguir los avances que habíamos experimentando en el extranjero mediante la terapia intensiva», afirma Cristina. «Para nosotros se trata de ofrecer una segunda oportunidad de recuperar la máxima autonomía perdida en las personas que han sufrido algún daño cerebral. Tenemos la esperanza de que este modelo de neurorrehabilitación, que tantos beneficios presenta, se extienda poco a poco por nuestro país».
«El factor suerte» y la salud
Los datos sobre las incidencias de ictus en España son sobrecogedores. «Mi factor para sufrirlo fue la mala suerte», pronuncia Raquel en tono jocoso. Le ha tocado. Llevaba un estilo de vida saludable y compartía una empresa de marketing con su marido. Eso sí, el estrés es un factor que cada vez se tiene más en cuenta para que se puedan producir. La vida de Raquel, así como la de todos aquellos que hayan padecido lo mismo o similar, debe ser una llamada de atención a las instituciones para dar una respuesta a la recuperación.
No obstante, como dice José: «Esto no debe ser una lucha entre lo privado y lo público. Hay muy buenos profesionales pero que se ven limitados por la falta de medios. Ahora, con fondos europeos, se está invirtiendo y equipando en numerosos centros de la red pública. Se dan pasos, pero todavía queda mucho por hacer». La finalidad pasa por alcanzar una terapia lo más intensiva posible, pues cuando se produce un daño cerebral, afecta a la parte más importante y compleja del cuerpo, la cual necesita muchas horas de trabajo, así como medios materiales y humanos. Y «la vida es muy bonita para quedarte a mitad de camino», añade la paciente.
Otro de los objetivos pasa por reducir el abuso de la medicación, pues muchas presentan efectos secundarios que retrasan la evolución física: «Nuestro neurólogo busca reducir medicación que a la larga resulte negativa, hay otra que es necesaria, por supuesto. Los tratamientos para el dolor inhiben el sistema nervioso, o los relajantes musculares, te dejan muy decaído y resulta contraproducente para el aprendizaje, hay que reducirlo y que el dolor se controle a través del ejercicio. La actividad física como medicina, tanto preventiva como curativa, a nivel físico y mental, está más que comprobada», apela el director de CEN.
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