La contra

Las cuentas de una guerra

Planeta Tierra

Ramón Tamames
Ramón Tamames Cristina BejaranoLa Razón

Frente al aluvión de noticias cotidianas que hubo sobre la guerra de Ucrania, hoy parece que se quiere echar la manta negra. Sobre una contienda que consume recursos en cantidades astronómicas, al tiempo que se ocultan las pérdidas de seres humanos, con cientos de miles de jóvenes soldados.

The Economist, en su número del pasado 1 de noviembre, ofrece una cifra que estima lo que ha costado el conflicto desde que empezó, en segunda fase, hace tres años: 360.000 millones de dólares. Y para que los lectores tengan una idea de lo que eso representa, recordemos aquí que el PIB de España en 2024 se situó en 1,7 billones. Es decir, desde 2023, se lleva fundido en el conflicto el equivalente a un 21,5 por 100 del PIB español, y que supone el 56,1 por 100 de nuestro presupuesto del Estado del mismo año.

No habrá compensación posible de ese inmenso gasto con el préstamo que podría garantizar la Unión Europea (UE), con los 160.000 millones de dólares de activos rusos congelados en el extranjero. Ni los países de la UE se ponen de acuerdo, ni lo aprueba la Cámara de Compensación que a esos efectos funciona en la UE.

Y mirando al futuro, se ha calculado, también por The Economist, que un compromiso de cuatro años para mantener la ayuda a Ucrania por la UE en sus niveles actuales, supondría 390.000 millones de dólares. Otra gran millonada de armamentos para la muerte, en beneficio solamente para EE.UU. Cuando hay tanta insuficiencia de recursos para ir logrando unos mínimos de nivel de vida en la mayor parte de la población mundial de 8.200 millones de terrícolas.

Las cifras anteriores dejan ver el disparate que estamos cometiendo todos, y especialmente los europeos comunitarios, sin que lo justifique la Comisión Europea, que se ha convertido en un foro de derroche mi-litar y muerte.