Día Mundial del Reciclaje
El papel del reciclaje en la transición energética
Es una pieza fundamental en el engranaje para avanzar hacia un futuro más sostenible
Los múltiples beneficios del reciclaje energético, que van desde la reducción del consumo de energía y la conservación de recursos naturales hasta la creación de empleos verdes y la gestión adecuada de tecnologías de energía renovable, lo convierten en una herramienta imprescindible para avanzar hacia un futuro más sostenible.
La transición energética implica el cambio de las fuentes de energía tradicionales, como el petróleo y el carbón, a fuentes de energía limpias y renovables, como la solar, eólica y la hidroeléctrica. Este proceso es esencial para mitigar los efectos del cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
De acuerdo con el informe ‘Reciclaje de eólica, fotovoltaica y baterías en Europa: una oportunidad para la recuperación de materias primas críticas’, publicado por la Fundacion Naturgy. El despliegue previsto de energías renovables en Europa en la próxima década requerirá de una gran cantidad de materias primas que, en ocasiones, son consideradas críticas.
Concretamente, en el continente europeo, más del 80% de estas materias primas se importan, mientras que China es el proveedor del 60% de la demanda mundial de materiales. A ello se suma el fin de la vida útil de las instalaciones eólicas, fotovoltaicas y baterías, cuyos residuos se deberán gestionar de forma adecuada para minimizar su impacto en el medio ambiente.
En este contexto, se asegura en el informe, el reciclaje es clave tanto para lograr la independencia de suministros y, en consecuencia, la independencia energética de Europa, como para fomentar la economía circular y la gestión sostenible de los residuos.
Vida útil y gestión de residuos
Además, según datos de la Fundacion Ellen Macarthur, los residuos derivados de estas energías previstos para 2050 son de 43 millones de toneladas de palas de aerogeneradores y 78 millones de toneladas de residuos de paneles solares.
La vida útil de las energías renovables varía según la tecnología. A pesar de que cada una de ellas tiene sus propios desafíos en términos de durabilidad, se calcula que tienen una vida útil de entre 25 y 30 años, a excepción de la hidroeléctrica que puede variar entre los 50 y los 100 años. Por tanto, todas ellas representan opciones viables y sostenibles para la generación de energía a largo plazo.
También la gestión en su reutilización es distinta. Por ejemplo, la eólica está siendo bastante eficaz en la reutilización de componentes, mientras que el reciclaje fotovoltaico se enfrenta al reto de recuperar los materiales de más valor de sus sistemas para crear un incentivo en este mercado, tanto económico como de sostenibilidad.
En la fotovoltaica, según datos de la asociación empresarial SolarPower Europe, los procesos actuales de reciclaje recuperan hasta el 95% de los materiales que los componen. Sin embargo, de acuerdo con Jesus Chapado, responsable de innovación de Naturgy, “aún quedan algunos materiales que, aunque están en una proporción significativamente menor, es necesario recuperar por su alto valor”. Es el caso de materiales como la plata, el silicio, cobre, zinc y otros semiconductores como telurio, selenio o indio, sujetos a rigurosos requisitos de tratamiento. “Son materiales de alto valor, ya sea por considerarse preciosos, por su escasez o bien por los procesos de fabricación a los que están sometidos”, resume Chapado.
El director de Innovación de Naturgy explica que hasta ahora no hay grandes iniciativas para recuperar esos materiales de mayor valor, entre otras cosas porque “las técnicas que funcionan, basadas en tratamientos térmicos, aún están lejos de alcanzar las rentabilidades óptimas”. Además, “como el volumen de paneles que han alcanzado su vida útil es todavía limitado, no se ha desarrollado hasta ahora una industria específica dedicada exclusivamente al reciclaje de módulos fotovoltaicos”.
“Por tanto, parece urgente desarrollar un escenario oportuno para crear una industria que tenga que ver con la recogida, gestión y reciclaje de los residuos procedentes de estas instalaciones”, concluye.
El enfoque de las empresas
En este escenario, la colaboración entre diferentes sectores, así como la innovación en tecnologías de reciclaje y diseño son fundamentales. Concretamente la energética Naturgy ha desarrollado un enfoque integral que abarca desde la gestión de residuos hasta la reutilización de materiales en sus procesos productivos.
En lo que a la gestión de residuos se refiere, la compañía ha implementado sistemas avanzados para la recogida, clasificación y tratamiento de residuos generados en sus operaciones. La digitalización constituye un factor determinante en la mejora de la gestión de residuos. Naturgy utiliza herramientas que permiten monitorizar y gestionar los flujos de residuos en tiempo real, lo que facilita una mayor eficiencia en la gestión de materiales reciclables.
En el campo de la reutilización de materiales, Naturgy ha llevado a cabo proyectos en los que se han reutilizado componentes de equipos antiguos para construir nuevas instalaciones, reduciendo así la necesidad de fabricar nuevos materiales y disminuyendo la huella de carbono asociada.
También en el ámbito de la innovación y tecnología, ha puesto en marcha proyectos como GIRA Wind que Naturgy ha lanzado -junto a otros socios estratégicos- para el desmontaje y la gestión integral del reciclaje de parques eólicos.