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La contra

«En Europa la regulación para la cosmética es muy estricta»

Veronique Poulsen

Ecotoxicóloga

Veronique Poulsen
Veronique PoulsenJoaquim Gómez

Resumiendo mucho, su trabajo tiene tres vertientes fundamentales: evaluar los nuevos ingredientes que compondrán las formulaciones de los productos; desarrollar métodos de evaluación para garantizar que esos nuevos ingredientes no dañan el medio ambiente y supervisar el cumplimiento de las normativas internacionales que afectan al sector, así como preparar a L’Oréal para posibles futuros cambios regulatorios.

¿Cómo se evalúa el impacto ambiental de los cosméticos?

En la industria cosmética observamos, más que el impacto de cada formulación de cada producto, el de cada uno de los ingrediente que la compone. Se analiza el efecto que tienen en el agua y en el ecosistema marino. Hacemos estudios que nos permitan ver cómo se degradan en el agua, a qué velocidad, cómo interactúa con los organismos acuáticos, como algas, invertebrados o, incluso, las huevas de los peces. Esto último sin hacer test en los peces ni en cualquier otro animal. Disponemos de métodos de análisis robustos y avalados por la comunidad científica, de manera que los resultados son fiables y nos permiten calcular el riesgo ambiental.

¿De qué manera actúa la industria cosmética para reducir el impacto ambiental de los productos?

Básicamente no utilizando todos los ingredientes que a priori pensamos que pueden dar buenos resultados, sino solo aquellos que puede soportar el ecosistema acuático. Precisamente, los podemos seleccionar basándonos en esas evaluaciones y cálculo de los riesgos y las concentraciones pueden tratar o acumular los organismos acuáticos y optamos por los que mejor resultado tienen.

¿Hay dilemas entre el área de desarrollo de productos y el área que usted dirige si, una vez ideado y desarrollado un nuevo cosmético, su departamento veta alguno de sus ingredientes?

No se trata de un dilema, yo hablaría de equilibrio. Es obvio que necesitamos ingredientes que sean eficaces para los cosméticos, para la piel, para el pelo, etc., que sean seguros y los mejores para las personas. Pero también los mejores para el medio ambiente. Por eso se trabaja desde la eficacia y desde el conocimiento del riesgo. Si un ingrediente es eficaz pero aporta un riesgo, se busca una alternativa, y así con todos. En todo caso, es importante añadir una cuestión, como es la diferencia entre la concentración y el efecto de cada sustancia. Pondré un ejemplo: la sal. Si echamos sal al agua en altas concentraciones, a las algas les va a dañar, seguro. Pero si esa concentración es menor, sobreviven. El riesgo ambiental se compone de estos dos elementos. Por eso, es muy importante el trabajo de los equipos científicos que desarrollan los productos cosméticos, que analizan el riesgo ambiental observando ambas variables.

Una parte de su trabajo en L’Oréal es supervisar el cumplimento de las regulaciones internacionales y prepararse para futuros cambios.

Así es, sí. En Europa, concretamente, tenemos una regulación muy estricta, pues nos encontramos ante una revolución sostenible. Así que necesitamos, tanto adaptarnos con rapidez a las normas, como anticiparnos a las venideras. Para ello, trabajamos en dos sentidos: desarrollar métodos más eficientes para la sustitución de componentes, cuando es necesario y hay que reformular un producto. Y también en anticiparnos para mejorar ese perfil ambiental de los componentes. Por eso hay componentes nuevos casi cada día. Y, en ese sentido, las organizaciones internacionales del sector trabajan muy intensamente para desarrollar métodos de evaluación potentes.

Una preocupación muy extendida son los microplásticos, que han resultaron estar presentes en tantos productos de higiene y cosmética.

Cierto. Actualmente, los productos que necesitan aclarado están absolutamente libres de ellos desde hace más de un año. Nosotros los eliminamos antes incluso de la decisión de la autoridad competente. Ahora el reto está en los maquillaje. Si bien en ellos las concentraciones son absolutamente mínimas, los equipos de I+D trabajando su sustitución, porque es una de las prioridades de la estrategia de sostenibilidad de la compañía.

¿Cómo pueden estar seguros los consumidores más concienciados de que los productos que usan no perjudican al medio ambiente?

Realmente, este es un tema que nos importa mucho. Comunicarnos con ellos para que puedan saber el impacto ambiental, y también el social de los productos de higiene y cosmética y elegir los que más confianza les ofrezcan. En nuestro caso concreto, estamos integrando paulatinamente un etiquetado de impacto que se basa en el análisis de 14 factores diferentes de impacto ambiental de los productos en todo su ciclo de vida, como ingredientes, reutilización o reciclaje de los envases, huella de carbono, de agua y social, etc., con el objetivo de que todas las nuevas formulaciones vayan mejorando sus puntuaciones.

El perfil

Ecotoxicóloga, especializada en el impacto de las sustancias químicas en organismos vivos, Veronique Poulsen es la jefa del Departamento de Seguridad Ambiental de la multinacional cosmética L’Oréal desde 2017. Antes fue ingeniera investigadora en el Ineris, organismo público francés de investigación de riesgos ambientales e industriales, y jefa de la Unidad de Evaluación en Anses, (Agencia de Seguridad Sanitaria, por sus siglas en francés). Como científica, es autora de más de 20 publicaciones y artículos.