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Mascotas

El mapa de la leishmaniosis en España: estas son las zonas más afectadas

Esta enfermedad transmitida por un mosquito puede afectar a los riñones, el hígado e, incluso, provocar la muerte de los perros.

Dos perros carlinos, en una imagen de archivo
Las pulgas y las garrapatas son otros parásitos endémicos de nuestro paísXinhua vía Europa PressXinhua vía Europa Press

La leishmaniosis en perros es una enfermedad provocada por el parásito Leishmania y transmitida por el mosquito Phlebotomus perniciosus. La enfermedad se propaga cuando un mosquito pica a un perro infectado y luego a otro sano. Entonces, el sistema inmunitario del segundo perro infectado detecta al parásito e intenta eliminarlo. Según explican los expertos de la Fundación Purina, para destruir al parásito, el animal puede fabricar anticuerpos o formar unas células especiales que directamente engullirán a las células infectadas y al parásito que hay en su interior.

Los anticuerpos por sí mismos no son capaces de acabar con el parásito por lo que la infección seguirá avanzando y el sistema inmunitario continuará fabricados más anticuerpos. Esta sobreproducción de anticuerpos que no consiguen destruir al parásito, provocarán muchos de los problemas que sufrirá el perro. Sin embargo, si el animal consigue organizar un buen ejército de células destructoras, la infección se mantendrá a ralla o incluso llegará a eliminarse.

Los síntomas más frecuentes en un perro que padece leishmaniosis son lesiones en la piel, especialmente alrededor de los ojos y los oídos y problemas renales. Si la enfermedad no se diagnostica en fases tempranas, puede evolucionar a estados más graves en los que puede afectar a otros órganos como bazo e hígado, pudiendo llegar a ser fatal para el animal.

Las zonas más afectadas por la leishmaniosis son las situadas en la cuenca Mediterránea por su clima cálido y húmedo.

Mapa de Leishmaniosis
Mapa de Leishmaniosis La RazónLa Razón

En España esta enfermedad en perros tiene una prevalencia muy variable y, dependiendo de la zona, puede estar entre el 2% o el 57,1% en de los canes.

Las Islas Canarias es la única Comunidad autónoma en la que no se detectan casos de la leishmaniosis. Mientras, en la Península, las zonas más afectadas son Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña y las provincias de Cáceres o Orense, donde la prevalencia es de un 17%. En el lado opuesto, con el menor número de casos se encuentran La Coruña, Pontevedra, Lugo, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y las provincias de León, Palencia, Valladolid y Burgos.

Por su condición zoonótica, también puede afectar a los humanos, en cuyo caso se denomina leishmaniasis. En el caso de personas sanas, el organismo es capaz de defenderse de la infección, pero en aquellos que tengan el sistema inmunitario debilitado puede provocar que desarrolle la enfermedad.

En concreto, la prevalencia declarada de leishmaniasis es de 0,3 casos por 100.000 habitantes y son Valencia, Andalucía, Cataluña y Baleares las comunidades más afectadas.

La mejor manera de evitar la transmisión de Leishmaniosis y reducir el riesgo de contagio animal-persona es protegiendo a los animales con antiparasitarios que repelan y maten al flebotomo transmisor de esta enfermedad, según asegura Boehringer Ingelheim Animal Health.

Además se aconseja realizar revisiones veterinarias periódicas para detectar la enfermedad en etapas iniciales. También es recomendable no pasear a los perros durante el atardecer ni a la noche por lugares donde pueda haber flebotomos transmisores durante los meses más cálidos.

Según alerta, Boehringer Ingelheim Animal Health, las pulgas y las garrapatas son otros parásitos endémicos de nuestro país, que pueden transmitir enfermedades zoonósicas, como reacciones alérgicas o la enfermedad de Lyme, entre las afecciones más graves. Ante esta situación, los expertos recomiendan mantener una desparasitación periódica todo el año que cubra el espectro parasitario más amplio posible.

Leishmaniasis

La leishmaniasis se transmite a los humanos por la picadura de flebótomos hembra infectados.

Existen tres formas principales la visceral (la más grave porque, a falta de tratamiento, casi siempre resulta fatal), la cutánea (la más común, que en general causa úlceras cutáneas) y la mucocutánea (que afecta boca, nariz y garganta).

La leishmaniasis visceral es mortal en más del 95% de los casos. Se caracteriza por episodios irregulares de fiebre, pérdida de peso, hepatoesplenomegalia y anemia. La mayoría de los casos se dan en el Brasil, el este de África y la India. Según los datos de la OMS, se calcula que anualmente se producen en todo el mundo entre 50.000 y 90.000 nuevos casos de leishmaniasis visceral, de los que solo se notifican a la OMS entre un 25% y un 45%. Puede desencadenar brotes y resultar mortal.

La leishmaniasis cutánea es la más frecuente. Provoca lesiones cutáneas, sobre todo ulcerosas, en las zonas expuestas del cuerpo, que pueden dejar cicatrices de por vida y causar discapacidad grave o la estigmatización de la persona. Alrededor del 95% de los casos se producen en las Américas, la cuenca del Mediterráneo, Oriente Medio y Asia Central. Se calcula que cada año se dan en el mundo entre 600.000 y un millón de nuevos casos, pero solo 200 000 de ellos son notificados a la OMS.

La leishmaniasis mucocutánea. Esta forma provoca la destrucción parcial o completa de las membranas mucosas de nariz, boca y garganta. Más del 90% de los casos se dan en Bolivia, el Brasil, Etiopía y el Perú.