Verde
Presentan casi 200 plantas ideales para combatir el calor en Canarias y Andalucía
El Jardín Botánico-CSIC selecciona las especies que contribuirán a reducir las islas de calor en las ciudades del sur mediante un proyecto pionero
Andalucía y Canarias están cocinándose a fuego lento. Las olas de calor son cada vez más frecuentes y el asfalto urbano acumula y devuelve el calor como una plancha encendida. En medio de este asfixiante panorama, un equipo de investigación español se esfuerza por seleccionar las mejores plantas para bajar la temperatura de las ciudades del sur: la actual y la que se predice para los próximos años. Tras analizar durante varios meses más de tres centenares de plantas, el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha completado una lista con 182 especies.
Estos especímenes se incluirán en el proyecto PAULIA, un programa que persigue combatir el fenómeno de las islas de calor en áreas urbanas de climas cálidos en Canarias y Andalucía. Liderado por el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), también cuenta con la colaboración del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja Eduardo Torroja (IETcc-CSIC) y de los servicios municipales de Granadilla de Abona, en Tenerife. Su objetivo: refrescar las ciudades mediante una combinación estratégica de plantas y materiales constructivos.
«Lo que pretendemos es mejorar el confort térmico urbano seleccionando plantas que resistan climas cálidos, presentes y futuros, teniendo en cuenta el aumento previsto de las temperaturas», explica Laura Santamaría, investigadora del RJB-CSIC. Su equipo ha elaborado el catálogo priorizando criterios como su resistencia a la sequía, su seguridad en espacios públicos (que no den frutos grandes o que tengan baja alergenicidad), su cualidad estética y, sobre todo, impacto positivo en la temperatura. «Las plantas ayudan por dos vías clave: la sombra, que impide que el sol caliente directamente el suelo, y la transpiración, que refresca el ambiente al liberar vapor de agua desde las hojas», detalla Santamaría. «Según estudios recientes, un árbol bien ubicado puede reducir hasta 10 grados la temperatura de un pavimento de asfalto», señala.
Entre las especies seleccionadas para aplicarse en las ciudades del sur, destacan algunas tan conocidas como la vid (Vitis vinifera), por su capacidad para trepar y proporcionar sombra en forma de parra y que podría resultar ideal tanto en Canarias como en la Península. Otras, como el Sedum, una suculenta que forma «alfombras» para proteger el suelo del calor y de la erosión. En la categoría de árboles, el almez (Celtis australis) y la jacaranda, una exótica sudamericana con flores moradas y copa ancha, se han ganado un lugar por su frondosidad, estética y eficacia. Sin embargo, la gran mayoría de especies seleccionadas son autóctonas.
El proyecto no se queda en un listado, sino que germinará en una plataforma digital consultiva. Esta herramienta servirá para que ayuntamientos y urbanistas elijan la vegetación y los materiales más adecuados para sus espacios. «Queremos que sea algo práctico, con fichas y datos sobre morfología, fenología, disponibilidad en viveros y otros criterios», añade la investigadora.
Pero PAULIA no se queda en lo verde. Carmen Alonso, investigadora del investigadora del Grupo de investigación Sistemas Constructivos y Habitabilidad del IETcc-CSIC, recuerda que «los materiales también cuentan». Su parte del proyecto se centra en fachadas, pavimentos y envolventes de edificios: cómo absorben, reflejan o reemiten el calor. «Usamos modelos físicos y algoritmos para predecir qué pasaría si cambiamos materiales en una ciudad. Hay pinturas frías, materiales fotocatalíticos y termocrómicos, que cambian de color con la temperatura. El objetivo es crear un diseño urbano inteligente», explica.
En el municipio tinerfeño de San Isidro, PAULIA ya está aplicándose en la práctica. Se han identificado zonas críticas de calor y se probarán combinaciones de vegetación y materiales para validar la herramienta, que después podrá extenderse a otras localidades del sur de España. El enfoque integral del proyecto se convierte en una propuesta necesaria. Como resume Alonso: «Es una herramienta consultiva, pero también una oportunidad para cambiar la forma en que diseñamos nuestras ciudades. No solo se trata de enfriar el asfalto, sino de hacerlas más habitables».
El proyecto PAULIA cuenta con el apoyo de la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a través de la Convocatoria de ayudas a proyectos de colaboración público-privada, del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).