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Vegxit: Reino Unido se queda sin hortalizas

Algunas cadenas de supermercados han limitado la compra de tomateso pepinos porque han fallado las importaciones. Además, los productores locales de peras y manzanas anuncian desabastecimiento para verano

Escasez de frutas y verduras en Gran Bretaña.
Reino Unido prepara acuerdos comerciales con Australia y Nueva Zelanda, India y América LatinaDreamstime

Afinales de febrero, cadenas como Aldi o Tesco anunciaban un racionamiento en ciertas líneas de productos en Reino Unido. Limitaban a los ciudadanos su compra diaria de tomates, pepinos o pimientos. El motivo, argumentan, el frío y otros cambios de clima en España y el norte de África, que han afectado a los cultivos.

El sector agrícola español reaccionó con prontitud ante esa referencia que les apunta directamente como causa del racionamiento. «Para nosotros no está justificada esa acusación a los agricultores españoles. Más bien todo esto se debe a sus decisiones desde el Brexit. Un poco antes de que su salida de la UE fuera efectiva (2020), Reino Unido firmó un acuerdo de aprovisionamiento con Marruecos, por lo que llama la atención que nos indique a nosotros como causa. Sobre Marruecos no tenemos mucha información; parece que han tenido problemas en octubre y noviembre con el calor y que las producciones no han cuajado. También sabemos que el rey lanzó un comunicado a principios de febrero refiriéndose a las protestas sociales por el aumento de la alimentación básica y que quería limitar las exportaciones para asegurar el suministro interno a su población, sobre todo de cara al Ramadán», explica Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag).

Las asociaciones agrarias explican que desde el Brexit, Reino Unido ya no es un socio preferente para las exportaciones de España. «Este año, el clima ha sido caprichoso; hemos tenido un mes de noviembre de mucho calor y un febrero de mucho frío. Las plantaciones han sufrido cambios, pero cuando hemos tenido demanda extra de nuestro clientes se les ha abastecido. Es el caso de Alemania, donde hace poco se publicaba un reportaje explicando que si no han tenido problemas de desabastecimiento ha sido gracias al trabajo de estados miembros como España. Nuestros clientes preferentes dentro de la UE han tenido producto», explica Dori Blanque, presidenta de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) en Almería, quien detalla que Reino Unido ha dejado de ser el tercer mercado de destino para los productos españoles tras Alemania y Holanda. De hecho, las exportaciones, según cuenta esta organización agraria, han pasado de las 112.140 toneladas de producto en 2018 a 70.692 en 2021.

Producción interna

En marzo, la situación ha ido a peor y por motivos internos. Los productores de peras y manzanas de Reino Unido daban la voz de alerta y decían que la situación es parar ellos tan insostenible económicamente que no aseguran que puedan abastecer a todo el mercado en los próximos meses. Es decir, que los mercados no les pagan lo suficiente «El plan inicial era plantar 480.000, el 48% de lo que se tendría que cultivar en el país, y finalmente solo se plantaron 330.000 porque los precios que pagan los supermercados son insostenibles. El futuro del cultivo de manzanas y peras en el Reino Unido está seriamente en duda», decía el director de la Asociación Británica de Manzanas y Peras, Ali Capper a The Guardian. El rotativo asegura que ocho de cada diez productores de manzanas y peras han dejado de invertir en sus granjas y que la situación podría empeorar a partir del verano.

Cambio climático

El Ministro de Agricultura, Pesca, Alimentación Luis Planas aseguraba a los medios que la escasez de productos en la isla no es consecuencia del Brexit en clara defensa de los productores españoles. Y es que la situación de este fenómeno, denominado como Vegxit, se debe a varias causas, algunas de ellas internas pero comunes al resto de países de Europa. La primera, como se ha visto, es que los agricultores ingleses están cultivando menos. «Sobre todo, en el último año, pero es algo que viene sucediendo desde la pandemia y el Brexit. Muchos productores de Reino Unido han dejado de plantar o lo han hecho de forma reducida y eso se debe al aumento en los costes de producción. Pero para hacerse una idea, la gran distribución ha subido los precios un 24%, pero a los agricultores solo les ha llegado un 1%, mientras están asumiendo sobrecostes como el de los fertilizantes», afirma Cristian Castillo. profesor lector de Estudios de Economía y Empresa en la Universidad UOC.

El clima tampoco ha ayudado. Así, cultivos británicos como puerros, zanahorias y col rizada se han visto afectados por las heladas antes de Navidad. «Tenemos que prepararnos ante el cambio climático, porque estamos viendo cómo los cultivos están cada vez más expuestos a variaciones. Las producciones son menores y si dependes tanto de las importaciones tienes un problema. Eso va unido a la falta de mano de obra en el campo porque cada vez es una actividad menos rentable», matiza el profesor de la UOC. «Marruecos ha tenido que reducir sus exportaciones del 70 al 30% por problemas derivados del cambio climático. Y no hay que olvidar que Turquía, que es el gran proveedor de alimentos de Rusia, ha prohibido las exportaciones hasta abril debido a que se han juntado las consecuencias del frío y del terremoto. El sistema alimentario tiene dos retos como estamos viendo. Por un lado, los costes asociados a la electricidad y por otro, las consecuencias del clima. Las sequías van a generar dificultades y las estaciones, que cada vez son más irregulares, van a hacer que las cosechas sean cada vez más irregulares», opina por su parte Jordi Valls, director general de Mercabarna y miembro del Comité Asesor de la 1a Cumbre Internacional Agroalimentaria.

Aranceles y trabajo

El Brexit ha supuesto, de momento, que las importaciones de bienes del Reino Unido desde la UE hayan disminuido más que las exportaciones (un 18% en 2021 con respecto a 2019, el doble de la caída del 9 % en las exportaciones), según datos de 2022 de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria inglesa. La causa: los trámites aduaneros se han complicado. Además, y en teoría, se están preparando para 2024 nuevas normas y controles sanitarios para los productos derivados de plantas y de animales, algo que, sin embargo, ya tienen que hacer las empresas inglesas que quieren vender sus productos a la UE. Además, aparte del acuerdo con Marruecos, en la isla se siguen buscando nuevos proveedores que sustituyan a los países de Europa; de hecho se están ultimando acuerdos con Australia y Nueva Zelanda. Esta situación despierta cierto recelo. Minette Batters, presidenta del Sindicato Nacional de Agricultores, declaraba a The Guardian que «Gran Bretaña está en peligro de sufrir un escándalo alimentario, debido a los laxos controles posteriores al Brexit sobre importaciones agrícolas».

También se añade una falta de mano de obra, no solo en el campo por falta de rentabilidad, sino en sectores estratégicos como el del transporte. Un reciente estudio del think tank UK in a Changing Europe desvela que Reino Unido ha perdido más de 400.000 trabajadores de la Unión Europa desde 2020, momento de la salida definitiva. Se calcula que faltan de unos 128.000 trabajadores en el sector del transporte y el almacenamiento y que hay un déficit de 103.000 en venta. Además, faltan alrededor de 47.000 en manufacturas y unos 46.000 en construcción. «La falta de mano de obra en logística es un problema del que se habla poco en la UE y va a ser determinante. Hay que tomar medidas para mejorar las condiciones en las que opera el sector (muchos días de trabajo fuera de casa, mal pagado) para hacerlo atractivo y generan empleo. porque las previsiones hablan de un aumento del transporte de mercancías de hasta un 30% en los próximos años solo por la paquetería del ecommerce», matizan desde la UOC.

Curiosamente, las tasas de migración en Reino Unido han alcanzado cifras de récord gracias a migrantes, refugiados y estudiantes de India, Nigeria, Ucrania y Hong Kong, mientras que las llegadas de los ciudadanos de la UE han descendido.

El sistema alimentario en jaque por el clima

Desde 1960 hasta 2015, el sistema alimentario ha permitido que las familias que antes dedicaban hasta un 45% de su presupuesto mensual en alimentación, gasten solo un 14%. Se ha mejorado la eficiencia en los procesos y de los cultivos, pero con efectos colaterales. La agricultura es el principal emisor (25%) de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y utiliza el 70% del agua, además de ser la principal amenaza para la biodiversidad. Los retos del sector son grandes, como vemos por los estragos que ya está causando el cambio climático. Es el caso de ahora en Reino Unido y lo vemos en el campo, en las pérdidas de cosechas. Esto no significa que en el siglo XXI no vaya a haber comida para todos, pero no vamos a tener producto en cualquier momento del año y barato. Y hay que recordar que la subida de los precios de los alimentos tienen consecuencias, como pasó en la primavera árabe», explica Jordi Valls, miembro del Comité de Asesor de la 1ª Cumbre Internacional Agroalimentaria que se celebrará en Barcelona la próxima semana precisamente para tratar los retos de futuro del sector.