
Vacaciones
Cómo gastar menos gasolina en el viaje de Semana Santa
Consejos para aumentar la seguridad y poder reducir el consumo de combustible. El buen estado de los neumáticos, clave para gastar menos

Seguro que una gran parte de los lectores están planeando ya su escapada de Semana Santa que, en la mayoría de los casos, se llevará a cabo en automóvil. Tras dos años con limitaciones en los desplazamientos, volvemos a una cierta normalidad en las carreteras, aunque ahora nos enfrentamos a unos precios de los combustibles por las nubes. En muchos casos los coches han estado parados, por lo que es conveniente la revisión de algunos puntos esenciales. Hoy nos vamos a referir a un apartado especialmente importante, que es el de los neumáticos que, al fin y al cabo, son los únicos puntos de contacto entre el automóvil y el asfalto. Es decir, son esenciales para nuestra seguridad.
Antes de centrarnos en las gomas, es recomendable echar un vistazo bajo el capó para comprobar los niveles de aceite, líquido refrigerante y líquido del limpiaparabrisas. También conviene inspeccionar los faros, intermitentes y luces de freno, además de disponer en el vehículo del equipo de seguridad estándar para cualquier viaje en coche, que incluye un triángulo de advertencia u otro sistema de señalización homologado como las balizas luminosas, botiquín de primeros auxilios y chalecos reflectantes. Antes de salir de viaje, se debe comprobar la fecha de caducidad del kit de primeros auxilios y el número de chalecos reflectantes.
En lo que se refiere a los neumáticos, será necesario comprobar que lleven el nivel de presión correcto. Aquellos que están bajos de presión ponen en peligro la seguridad activa del vehículo, disminuyendo la capacidad para frenar y maniobrar con seguridad, dando lugar a pérdidas de control del vehículo. Además, aumentan el consumo de combustible y se desgastan más rápidamente. Es necesario recordar que la presión de los neumáticos se debe comprobar siempre en frío. La información sobre los valores recomendados se puede encontrar en el manual del usuario, en el interior de las puertas o bajo el tapón del combustible.
El siguiente paso debe ser la comprobación de la profundidad del dibujo de la banda de rodadura, cuyo mínimo legal es de 1,6 mm. La forma más fácil de determinarla es mediante el uso de un medidor especial o del indicador de desgaste incorporado a los neumáticos. Si los testigos de desgaste, que son unas pequeñas marcas perpendiculares al sentido de la marcha, están al nivel del dibujo, es el momento de cambiarlos. Como truco, basta con insertar una moneda de un euro en la banda y si se puede ver el borde amarillo, es hora de un cambio.
Y ya que estamos, podremos comprobar si hay rasguños, cortes u otros daños en los neumáticos. Además, las altas cargas durante los viajes y un nivel bajo de presión podrían provocar un reventón y, en consecuencia, la posible pérdida de control de la dirección, cuyo desenlace, en el mejor de los casos, será tener que parar a cambiar el neumático con la correspondiente pérdida de tiempo. Especial atención debe prestarse a los neumáticos de caravanas, autocaravanas y remolques, sobre todo si no se han utilizado durante un tiempo.
Si ha instalado en su coche neumáticos de invierno, es el momento de cambiarlos por los veranos. Otra buena opción son los neumáticos de todo tiempo, ideales para los conductores que viven en zonas templadas, donde los inviernos pueden ser suaves, pero tienen condiciones meteorológicas muy impredecibles y buscan la comodidad de tener un único juego de neumáticos para todo el año. Asimismo, es recomendable dejar todas las tareas expuestas en manos de profesionales.
Algunos fabricantes, como por ejemplo Bridgestone, insisten en que todas estas medidas contribuyen de manera importante a lograr ahorros de combustible. Es cierto que el adecuado mantenimiento de los elementos móviles, como suspensiones, rozamiento de pastillas o zapatas de freno, y una correcta presión de los neumáticos hace que disminuya la resistencia a la rodadura y, por tanto, el consumo de combustible. Otras recomendaciones son: apagar el motor en las paradas largas si el vehículo no dispone de sistema start-stop; usar el freno-motor siempre que sea posible, ya que de este modo, se reduce el consumo del vehículo hasta un 2%, ya que al soltar el acelerador, el combustible prácticamente se detiene, mantener las revoluciones controladas, sin acelerones, no sobrecargar innecesariamente el vehículo, cambiar el filtro del aire y no circular con elementos que perjudiquen la aerodinámica del vehículo, tales como bacas por ejemplo, o circular con las ventanillas o el techo abierto. Porque con ello se incrementa la resistencia al aire, provocando un incremento de consumo.
En el caso de quienes realicen el viaje en un coche eléctrico, a los consejos anteriores hay que añadir el uso del frenado regenerativo siempre que sea posible, ya que, de este modo, se reduce el consumo del vehículo, pues a través de la frenada se genera potencia eléctrica adicional para el coche.
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