Prueba
Dacia Duster, la compra inteligente
Las mejoras en su nivel de acabados, su capacidad interior y su robusto motor lo hacen imbatible en la relación calidad/precio
Quienes miran a Dacia por encima del hombro es señal clara de que se han quedado anclados en el pasado. La segunda marca del grupo Renault ha evolucionado muy satisfactoriamente en los últimos años, con mejoras evidentes tanto en su parte mecánica cómo, sobre todo, en los que se refiere a terminación interior. Un ejemplo de ello es el nuevo Duster, cuyo nivel le coloca en una posición similar a la de cualquier otro modelo de marca generalista, pero con la ventaja de un precio normalmente más favorable.
El Duster es uno de los modelos de mayor éxito de la marca rumana hasta el punto de haber vendido en todo el mundo más de dos millones de ejemplares de su primera versión, de los cuales las matriculaciones en España superaron las cien mil unidades. La evolución presentada hace unos meses, aporta mejoras en la estética y en el interior. Por fuera es fácilmente reconocible por una parrilla de diferente diseño y que incluye el logo nuevo de la marca, y los faros led que mejoran mucho la visión nocturna. En la parte posterior encontramos unos nuevos faros en forma de Y, además de un alerón de mayores dimensiones. Un amplio portón posterior da acceso a un maletero de grandes dimensiones, sin duda mayor que en el resto de sus competidores ya que el nuevo Duster no ha variado sus dimensiones respecto a sus anteriores versiones. Mide 4,34 metros de largo, por 2.05 de ancho y 1,80 de algo y, lo que es más importante, una distancia entre ejes de 2,7 metros, que es lo que le proporciona espacio de sobra ara la comodidad de los pasajeros que viajan en los asientos posteriores. En el techo se incluyen barras de sujeción para transportar cofres como porta esquies o similares.
En el interior los cambios afectan a todo el conjunto, empezando por el volante, que incluye algunos mandos en sus brazos y mueve una dirección suave, pero con la dureza adecuada. Dacia emplea materiales básicos, prácticamente plásticos en toda la elaboración de su salpicadero, pero con una alta calidad de terminación, comparable a cualquier automóvil de marcas más costosas. En el centro, una gran pantalla táctil de 8 pulgadas facilita la información necesaria y los accesos a sistemas de entretenimiento. Y entre los dos asientos encontramos un gran cofre para guardar objetos, con una capacidad de más de un litro. Frente al conductor, los relojes analógicos ofrecen una visión rápida de las funciones para conducir, como velocidad, cuentavueltas, testigos, etc…
Por lo que se refiere a la mecánica, la marca ofrece elección entre un motor diésel o tres de gasolina. El primero de ellos es de Dci de 115 caballos y en el segundo caso, el bloque TCE tiene tres potencias como opción: 90, 130 y 150 caballos, esta última, la que hemos tenido ocasión de probar, equipada con un cambio automático y dos ruedas motrices. Un motor que le permite alcanzar unas prestaciones muy por encima de lo que el cliente habitual necesita, ya que su velocidad punta supera los 170 por hora y pasa de cero a cien por hora en poco más de diez segundos.
Nuestra sensación es que estamos ante un automóvil que ofrece todo lo que puede pedir un usuario de tipo medio. Capacidad interior, acabados suficientes, comodidad en los asientos y buena capacidad de carga, con un motor capaz de dar unas prestaciones muy buenas dentro de su categoría. Un coche ideal para desplazamientos con toda la familia y para el uso diario en ciudad, con etiqueta C. Sus consumos son moderados, por debajo de ocho litros, y se nota un trabajo importante en lo que se refiere a la insonoridad interior. El comprador puede elegir entre tres terminaciones diferentes: Essential, Comfort y Prestige y en todos los casos encontraremos una casi imbatible relación entre calidad y precio, ya que puede ser propietario de un Dacia Duster a partir de poco más de diecisiete mil euros.
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